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Pese a las amenazas de muerte de los grupos talibanes, el expresidente paquistaní Pervez Musharraf ha decidido regresar a su país para presentarse a las elecciones del próximo 11 de mayo. Hoy acaba de llegar a Karachi procedente de Dubai.

El expresidente de Pakistán Pervez Musharraf ha llegado este domingo al aeropuerto internacional de la ciudad paquistaní de Karachi (sur) procedente de Dubái y tras cuatro años de exilio para participar en las elecciones de mayo. Los talibanes de Pakistán han amenazado con asesinar al expresidente Musharraf a su regreso al país. El portavoz de los insurgentes ha asegurado que tiene preparado un comando especial, con francotiradores y kamikazes, para mandar al expresidente "al infierno", ha dicho literalmente.

En Pakistán, una moto-bomba ha matado a más de 60 personas y ha herido a unas 200.

El aparato ha sido detonado a distancia en una zona comercial de Quetta muy concurrida, de mayoría chií y muy cerca de la frontera con Irán y Afganistán. En enero, en esta misma ciudad murieron un centenar de personas en tres atentados coordinados. Desde hace un año han aumentado sensiblemente los ataques a este grupo religioso, minoritario en Pakistán.

La CIA ha mantenido durante dos años una base secreta de aviones no tripulados, los llamados drones, en Arabia Saudi, según ha revelado el diario The Washington Post. En los últimos años se ha multiplicado el uso de estos aparatos en la lucha contra los terroristas de Al Qaeda. El último ataque, hoy en Pakistán, ha matado a 5 personas.

La adolescente paquistaní Malala Yousafzai, tiroteada hace cuatro meses por talibanes en su país por defender la educación femenina, ha hecho sus primeras declaraciones públicas para reafirmar su compromiso con esa causa e informar de que se siente ¿mejor cada día¿.

Miles de personas han salido a la calle este martes en la capital de Pakistán, Islamabad, siguiendo el llamamiento del clérigo suní Muhammad Tahirul Qadri. Los manifestantes piden la dimisión de figuras destacadas del gobierno civil y reformas electorales para erradicar la corrupción.

La marcha ha provocado enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, que han disparado al aire para dispersar a la multitud. Según la Policía, los manifestantes intentaba llegar hasta la llamada "zona roja", donde se ubican los edificios gubernamentales. Por su parte, los seguidores del líder religioso afirman que la Policía intentó detenerle.

Algunos manifestantes han arrojado piedras a los agentes y al menos seis personas han resultado heridas.

El grueso de la marcha ha alcanzado durante la madrugada las inmediaciones la céntrica avenida Jinnah, en la que decenas de miles de personas esperaban desde hacía horas la llegada de Qadri desde la ciudad oriental de Lahore.

El clérigo ha instado al Gobierno a disolver el parlamento federal y las asambleas regionales este mismo martes, y ha pedido a los asistentes que no se disuelvan hasta que se atiendan sus demandas.