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Los ultraortodoxos o jaredíes siguen siendo una minoría en Israel, apenas el 13 % de la población, pero para 2050, los expertos en demografía calculan que podrían ser hasta el 30 %. La Torá es su guía, la que rige sus vidas, sus costumbres, cómo se visten, lo que comen y hasta sus relaciones sexuales. Uno de sus mandatos religiosos es determinante: “creced y multiplicaos” y las familias jaredíes lo cumplen a rajatabla. Suelen tener muchos hijos (5, 10, a veces más) y en esta comunidad las mujeres no tienen ni voz ni voto.

En Israel, la pandemia ha tenido un gran impacto entre los ultraortodoxos y no sólo desde un punto de vista sanitario. En el último año ha aumentado un 100% los jóvenes que han decidido dejar sus comunidades, hartos de unas vidas que les vienen marcadas desde pequeños. Se trata de un proceso largo y doloroso porque muchos son rechazados por sus familias, con las que a menudo no vuelven a tener contacto.

Foto: EFE/ Atef Safadi

Con más de tres millones de ciudadanos vacunados -un treinta por ciento de su población-, Israel lidera la campaña de vacunación contra la Covid-19 a nivel mundial. Un éxito que ha hecho de Israel un pionero en el análisis de la eficacia de las vacunas y en el uso del certificado para vacunados. Nuestra corresponsal en Oriente Próximo, Cristina Sánchez, nos cuenta en este reportaje más detalles sobre cómo el país se ha convertido en un ejemplo para los demás.  

Israel es el país más avanzado en la vacunación. Quienes han recibido los dos pinchazos y quieren entrar en un gimnasio, un hotel o una piscina deben presentar el llamado pasaporte verde, que entró en vigor el pasado domingo. Les permite acceder a actividades restringidas para vacunados y ayer se probó en un concierto en Tel Aviv.

Se puede obtener una semana después de la segunda dosis de la vacuna o si se ha pasado el coronavirus. Eso sí, se mantienen las medidas de seguridad: toma de temperatura a la entrada, mascarilla y distancia social. No todos están de acuerdo con la medida y ya ha habido manifestaciones en contra.

La desescalada de la tercera ola en Israel viene de la mano del 'pasaporte verde'. Una aplicación que permite a aquellos que ya han sido vacunados acceder a hoteles o gimnasios, por ejemplo. Una medida no exenta de polémica dado que hay espacios restringidos a la población que todavía no está inmunizada. Israel es uno de los países que más avanzada lleva su campaña de vacunación. Casi la mitad de la población de nueve millones ya ha recibido la primera dosis de Pfizer y casi un tercio la segunda.

Un estudio del hospital israelí Sheba, difundido este viernes y publicado en la revista científica The Lancet, muestra que la primera dosis de la vacuna producida por Pfizer disminuye en un 75% las infecciones de COVID-19 entre 15 y 28 días después de su administración, y también reduce en un 85% la cantidad de personas con síntomas de la enfermedad.

El estudio es el primero en Israel, y uno de los primeros en el mundo, sobre la eficacia de la primera dosis de la vacuna de Pfizer, que ha sido medida en base a una muestra de aproximadamente 7.000 trabajadores del centro médico en el que se realizó. Los resultados mostraron una baja eficacia de la primera dosis en las primeras dos semanas desde su administración,  pero una alta eficacia pasados los primeros 14 días.

Nuestra compañera Aurora Mínguez ha hablado con David Grossman, escritor israelí, sobre su visión del momento actual y su última novela 'La vida juega conmigo', en Las mañanas de RNE. Grossman tiene 66 años y lleva prácticamente toda su vida abogando por la paz entre palestinos e israelíes. Perdió su primer empleo como periodista precisamente por defender los derechos de quienes vivían bajo la ocupación israelí.

Es un eterno candidato al Nobel y una de las pocas voces pacifistas que encuentra eco más eco fuera que dentro de su país: un Israel desgarrado por las guerras y la violencia, donde es difícil, subraya, sentirse en casa, en seguridad. "Aquí no conocemos ese lujo. Podría vivir fuera, pero de algúna manera me gusta vivir aquí, es muy interesante". Sobre el futuro, tiene cierto optimismo. "Si queremos lograr la paz, debemos tener en cuenta las necesidades, la historia y los deseos de los dos pueblos."

También hemos hablado con Ana Bejarano, traductora de Grossman al español, que cuenta cómo es trabajar con el escritor y lo diferentes que son sus novelas. "Reelabora mucho la realidad artísticamente, por eso tiene su grandes amantes y sus grandes detractores." Ha explicado que para traducir sus novelas, convive con él y otros traductores durante una semana, en la que él lee su novela y comparte sus pensamientos con ellos. Traducir a Grossman tiene un gran reto. "Todo el judaísmo vive en un presente continuo que los occidentales no acabamos de entender. Para nosotros no está claro qué es el presente, el pasado y el futuro. Se lo hemos explicado los traductores a Grossman, que no sabemos muy bien en qué tiempo se mueve, y él no acaba de entender qué no entendemos. Nosotros necesitamos saber cuándo pasaron las cosas en la novela", ha explicado.

La Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha acusado a Israel de impedir este martes la entrada de las primeras vacunas contra la COVID-19 a la Franja de Gaza, una primera remesa de 2.000 dosis de las 10.000 de la vacuna Sputnik V recibidas de Rusia.

Las autoridades israelíes reconocen que no han dado aún el permiso. La decisión depende del Consejo Nacional de Seguridad israelí, un organismo del gobierno presidido por Benjamín Netanyahu.

Israel controla todas las entradas y salidas desde Cisjordania a Gaza, así como la mayor parte de su costa, aparte de la estrecha frontera que comunica la franja con Egipto por el sur. Ambos países, Israel y Egipto, mantienen un bloqueo de Gaza desde que Hamás ganó las elecciones allí en 2007.

Hasta el momento Gaza, con dos millones de habitantes, ha detectado casi 55.000 casos de coronavirus, de los que unos 2.300 continúan activos, con 538 fallecidos. En Cisjordania (3 millones de habitantes) se han registrado 168.000 casos y 1.936 fallecidos.

Diversas organizaciones internacionales, como la ONU, y ONG locales han exigido a Israel responsabilidad como "potencia ocupante" en la vacunación de la población palestina.

Foto: Una mujer con mascarilla pasa ante una pintada en Gaza. REUTERS/Mohammed Salem

Ya se sabía por los ensayos clínicos que la vacuna de Pfizer tiene un 95% de eficacia. Ahora el mayor estudio realizado en Israel, entre más de un millón de personas que ya se la han puesto, confirma algo más. Entre los pocos que a pesar de ponérsela se infectan, casi todos, el 94%, son asintomáticos. Beneficios de la vacunación que se notan aunque lentamente porque Israel sigue teniendo una incidencia acumulada superior a los 900 casos por cada 100.000 habitantes.

El Tribunal Penal Internacional también podría juzgar a políticos y militares israelíes por sus acciones en los territorios palestinos. La Corte se declaró hace unos días competente para investigar crímenes de guerra en Palestina. El primer ministro Netanyahu califica de antisemita al tribunal, al que no reconoce. La Corte de La Haya extiende así su jurisdicción a los territorios ocupados por Israel desde 1967, es decir, Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este. El Tribunal también podrá investigar lo que sucede en las colonias judías en Cisjordania, como ésta de Har Homa. Más de medio siglo de asentamientos, considerados ilegales por la mayor parte de la comunidad internacional. Pero, la Corte también abre la puerta a investigar atrocidades cometidas por los palestinos.

Foto: REUTERS/Suhaib Salem/File Photo