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Las cifras de fallecidos se han disparado en Indonesia, que es ya, después de India, el segundo país de Asia donde el coronavirus tiene más impacto mortal. Además no logran frenar los contagios, a pesar de que han recuperado las medidas de limitación social que hubo de abril a junio. Indonesia es un país fragmentado en 17.500 islas, territorialmente muy complejo, pero algunos analistas inciden también en el error de dejar al frente de la gestión a militares y dejar en segundo plano a médicos, sanitarios y científicos. Esto ocurre también en Filipinas donde la COVID-19 ha dejado ya más de 5.300 fallecidos. El presidente, Rodrigo Duterte, ha decidido ampliar el confinamiento de Manila hasta finales de octubre. La capital filipina cumplirá siete meses y medio en cuarentena, es el encierro más largo en todo el mundo.

Este 8 de marzo es un día de reivindicaciones feministas en medio mundo, el que permite a las mujeres expresarse libremente y reclamar igualdad. En Pakistán, un país en el que todavía se castiga a la mujer por tener relaciones fuera del matrimonio, las mujeres han salido a la calle. En Islamabad han sido miles las que se han manifestado a pesar de las amenazas que incluso han llegado a apedrearlas. En la capital de Indonesia, en Yakarta, se han concentrado frente al palacio presidencial para reclamar una mayor protección a los derechos de las mujeres.

En Europa la reivindicación ha sido en forma de baile en París, donde cientos de mujeres han denunciado con guantes y una cinta en la cabeza que ellas, además de trabajar, se encargan de la casa. Berlín y Londres también han visto sus calles inundadas.

Y multitudinaria marcha en la capital de Chile, donde, según las primeras cifras, más de medio millón de personas se han manifestado como en otros lugares de Latinoamérica. Lo han hecho contra la violencia machista. En México 10 mujeres son asesinadas al día y la ola de indignación ha llegado a las universidades.

El 26 de diciembre de 2004 un terremoto con epicentro en Indonesia provocó un enorme tsunami que arrasó las costas de varios países del Índico como Sri Lanka, Tailandia, Bangladesh, o India, además de la propia Indonesia. Murieron al menos 280.000 personas y varias miles permanecen desaparecidas. Decenas de ciudades fueron arrasadas y las gigantescas olas devoraron pueblos enteros. 15 años después, Valle Alonso recuerda uno de los peores desastres naturales de la historia.

Barrios enteros de Yakarta se están hundiendo en el mar a un ritmo de entre uno y quince centímetros al año."Puedes ver el agua subir con tus propios ojos", dicen en esta megalópolis de 10 millones de personas. Dejará de ser la capital de Indonesia, ha anunciado el presidente, porque ya no no soporta más población, polución y problemas de agua. La futura capital todavía no tiene nombre pero se sabe que estará en la isla de Borneo. El lugar elegido hoy es pura selva: no hay riesgo de terremotos, inundaciones o tsunamis. La construcción empieza el año que viene, va a durar una década y costará más de 30.000 millones de euros. En Asia, otras grandes ciudades viven acechadas por el aumento del nivel del mar. Ocurre en Bangkok, Manila, Shanghái y Pekín. En África, el agua creciente amenaza a Lagos, capital de Nigeria. Y en Europa, el Támesis sube a costa de Londres. En Estados Unidos, el agua crece peligrosamente en Houston, Nueva Orleans y la capital, Washington. Todo lo contrario a lo ocurrido en Brasil en 1960, cuando se cambió Río por Brasilia para impulsar la frontera agrícola y avanzar sobre el Amazonas.