Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

El incendio en el campo de refugiados griego de Moria (Lesbos) ha dejado a más de 12.000 refugiados a la intemperie. Aunque el Gobierno griego ha prometido que esta noche tendrán un techo, los migrantes no se fían y piden que les saquen de allí. Sí han salido 170 menores no acompañados hacia otros campamentos. El resto tendrá que esperar a que construyan carpas o les permitan zarpar en los buques anunciados por el ministro de Inmigración. La opción de reabrir Moria, el mayor campamento de Europa, no está sobre la mesa.

Un nuevo incendio ha estallado este miércoles por la tarde en el campo de refugiados de Moria menos de 24 horas después del fuego que ha asolado la mayor parte de este campamento. Miles de migrantes se han quedado sin techo. El Gobierno griego va a facilitar un ferry y dos transbordadores para acoger a las personas más vulnerables.

Peio García Amiano, fundador de la ONG Zaporeak, ha contado en una entrevista en el canal 24 horas la situación de los refugiados del campo de Moria, en Lesbos (Grecia), que se han visto afectados por un incendio que ha destruido el 80 % del campamento. Peio García cuenta que se han encargado de ofrecer hasta 4.000 comidas ya que el Gobierno griego no ha dado a los migrantes alimentos hoy. "Están muy asustados, no saben lo que va a pasar", explica el fundador de la ONG. Actualmente hay 12.000 personas dispersas alrededor del campo. "La policia ha hecho una barrera para que no entren en el pueblo", explica.

El campo de refugiados de Moria, en la isla griega de Lesbos, donde se albergaban cerca de 13.000 personas, ha quedado prácticamente destruido y ha tenido que ser evacuado en su totalidad por un gran incendio. El fuego se ha originado de madrugada tras producirse enfrentamientos entre los migrantes en el campo, que estaba bajo cuarentena después de que 35 personas dieran positivo por coronavirus.

El Gobierno griego declara el estado de emergencia para la isla griega de Lesbos, tras el incendio que ha destruido el mayor campamento de refugiados del país, el de Moria. El fuego se declaró después del anuncio de que un grupo de 35 inmigrantes habían dado positivo por COVID-19 y que iban a ser trasladados a una zona especial de aislamiento. La Comisión Europea anuncia que costeará el traslado a la zona continental de Grecia de los 400 menores no acompañados que había en el campamento.

Las relaciones entre la Unión europea y Turquía pasan por su peor momento. A los desencuentros de los últimos años por cuestiones como los refugiados o los recortes en libertades en Turquía tras el intento de golpe de Estado de 2016, se suma ahora un nuevo encontronazo por los yacimientos de gas en el mediterráneo oriental. Ankara y Atenas reivindican la explotación de esos recursos y ambos países no han dudado en aumentar su presencia militar en esas aguas en una escalada que parece lejos de frenarse. Nos lo cuenta Fernando Martínez en este reportaje.

Sube la tensión diplomática en el Mediterráneo oriental por el choque entre Grecia y Turquía por los ricos yacimientos de gas bajo el mar, al sur de la isla griega de Castelorizo, frente a la costa turca. Cuatro países de la Unión Europea (Grecia, Francia, Italia y Chipre) realizan maniobras militares en la zona, que también patrullan barcos de guerra turcos.

Ankara asegura que tomará lo que considera suyo, mientras Atenas ha decidido ampliar las fronteras marítimas en el mar Jónico. Por su parte, la Unión Europea apoya a Grecia, pero Francia quiere sanciones mientras Alemania se opone.

Atenas y Ankara mantienen desde hace años un pulso en el Mediterráneo oriental, donde se descubrieron importantes yacimientos de gas. La batalla se libra sobre las fronteras marítimas, y se ha incrementado en los últimos días. Grecia, mientras está llevando a cabo maniobras navales con Chipre, Francia e Italia, está pidiendo sanciones para Turquía a la UE por explorar aguas que el gobierno griego considera como suyas. Turquía anuncia maniobras, también navales, para la próxima semana. Analizamos la compleja situación con Eduard Soler, investigador del CIDOB y profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Pau Abad es periodista y a la vez cooperante que trabaja con varias ONG en la isla griega de Lesbos. Hablamos con él en el Diario 24 horas fin de semana de RNE Diario 24 horas fin de semana de RNE porque este domingo era el día en el que los campamentos de refugiados de las islas griegas iban a dejar de estar confinados, pero el Gobierno griego ha decidido prorrogar hasta el 31 de agosto ante el aumento de casos positivos de coronavirus en todo el país, pero con un trato totalmente diferentes en esos campamentos a el que reciben los residentes nacionales. Médicos Sin Fronteras reiteradamente está denunciando las condiciones en las que están miles de personas - unas 30 mil - que viven hacinadas y que con esta medida empeoran sus condiciones. MSF ha llegado a cerrar por ejemplo su centro de aislamiento en Moira por las presiones del gobierno. "La situación es desesperante, es frustrante. Todas las personas que llegan a los campamentos de Lesbos llegan con muchos sueños en la cabeza de llegar a Europa, a este u otro país, pero de repente solamente tienen un único sueño que es el de salir del campo de refugiados de Moría, que bueno, es una mezcla de injusticias, de miedos, de condiciones inhumanas a nivel de higiene, a nivel de vivienda y luego toda la situación de criminalidad que se vive también dentro del campo. El miedo que se siente dentro es respirar inseguridad por todas las partes del campo de refugiados, además obviamente de todos los recursos que les faltan a estas personas".

El campo de refugiados de Moría se confinó a mediados de marzo. Había controles estrictos en las carreteras de acceso y los refugiados solo podían salir, por ejemplo, si tenían una cita con el hospital "pero no podían acceder a los supermercados como si podían acceder los residentes griegos de lesbos, tampoco podían ir a un cajero automático a retirar dinero, porque ellos reciben como 90 euros al mes por persona para poder vivir".  Tal fue el problema que se instaló, aunque con retraso un cajero automático en el propio campo, para que pudieran adquirir lo esencial para su mantenimiento. Y luego el otro miedo "que cualquier caso positivos que se registrase en el campo pues podía ser una bomba de relojería".

Médicos Sin Fronteras (MSF) se ha visto obligada a cerrar su centro de aislamiento para pacientes de Covid-19 en Moría, en la isla de Lesbos, por las multas y las amenazas legales de las autoridades locales en relación con las regulaciones urbanísticas. El centro había abierto a principios de mayo y era el "único lugar de la isla para proporcionar un especio seguro para que la gente de Moría con síntomas de Covid-19 pudiera aislarse y recibir atención médica". El cierre de esa instalación donde eran atendidas las personas más vulnerables aumenta el riesgo de que el coronavirus se propague por el centro de recepción de migrantes, donde más de 15.000 refugiados vivien en condiciones de hacinamiento. La ONG no solo denuncia las presiones del Gobierno griego sino también la pasividad de las autoridades europeas.

Un ensayo, publicado por la editorial Siruela,  de Carlos García Gual, el más ilustre catedrático de filología griega de España. Heracles, Perseo, Jasón y Teseo, Aquiles, Héctor, Odiseo… Mediante estos personajes alegóricos de la mitología griega, se trataba de entender el mundo y enseñar unos valores. ¿Imponen ahora los dioses el mismo respeto que en el mundo antiguo? ¿Cómo los ha tratado el teatro? Escucha a Jordi Corominas en su paseo de cada viernes por el programa 24 horas de RNE.