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Nada más fácil para compartir aventuras con nuestros hijos que acompañarles en la lectura. Fomenta su imaginación, incentiva su desarrollo madurativo y, por su fuera poco, les conduce a experimentar sensaciones a un ritmo mucho más sosegado de lo que marca el día a día.

Los youtubers son ídolos de seguidores, incluidos nuestros hijos. Les toman como referencia, adoptan sus roles y les cuesta discriminar la autenticidad de los valores que difunden. Todo ello, sumado a un consumo elevado de pantallas, nos preocupa; pero no todo es desdeñable. Es más, tenemos herramientas para conectar con nuestros hijos, ser nosotros sus "influencers".

Es habitual sentir y decir que por nuestros hijos lo daríamos todo; pero ¿y al revés? ¿ellos por nosotros? Nos sorprendería saber que desde bien pequeños nos lo dan todo, de una manera absolutamente leal, incondicional y amorosa. Muchas de sus conductas, incluso algunas inadecuadas, son su manera de expresarnos su cariño y amor. Y no siempre sabemos o entendemos en toda su dimensión cuánto nos quieren.

¡Ay si los bebés hablaran! Cuántas cosas nos dirían. De hecho, nos las cuentan a través de sus lloros o balbuceos. Lo que ocurre es que no sólo no les podemos siempre entender, sino que todo para ellos es nuevo y no comprenden lo que pasa a su alrededor. La intuición se convierte, muchas veces, en nuestra mejor herramienta para saber qué es lo que más y mejor necesitan.

Dejamos atrás un año muy complicado en todos los sentidos, también en la crianza. Nos hemos confinado con nuestras familias, lo que muchos han interpretado como una oportunidad única, no exenta de dificultades logísticas, incluso momentos de tensión. Hemos valorado más que nunca el verdadero significado de colegios e institutos; incluso, hemos descubierto que un simple paseo en familia puede ser el mejor de los regalos. Y hemos dado lo mejor de nosotros mismos, como madres, como padres y como hijos.

En estas fechas, las personas mayores que viven en residencias, podrán estar con sus familiares disfrutando de la Navidad. ¿Qué tenemos que hacer para vivir con ellos unas fiestas lo más seguras posibles? Nos lo explica el Director Médico de Calidad e Innovación de Sanitas Mayores, Pedro Cano. 

Este año las navidades serán muy diferentes. Habrá menos familiares en casa y tendrán que respetar las medidas sanitarias contra la COVID- 19. Las videollamadas marcarán una Nochebuena nunca antes vista.

La cena deNochebuena no va a ser como el resto de años, así lo ha recogido en algunos testimonios nuestra compañera Alba Rubio. ¿Qué protocolo debemos seguir esta Nochebuena? María Sainz, presidenta de la Fundación de Educación para la Salud, nos ha explicado en Las mañanas de RNE con Íñigo Alfonso, el protocolo a seguir en las cenas de Navidad. Lo primero que debemos hacer al llegar a una casa es mantener una buena higiene de manos, aunque ya estén limpias, con gel hidroalcohólico o jabón de manos (preferiblemente no de pastilla). Para secarse las manos, mejor utilizar papel de rollo que toallas, ya que tendría que haber una por persona. También es importante la higiene general: la casa debe mantenerse limpia y aireada. Nada de abrazos, lo ideal sería hablar con los invitados sobre qué gestos o reverencias se realizarán para saludar. Los bolsos, abrigos y regalos deben guardarse, siempre que sea posible, en otra habitación o lugar apartado bien ventilado. Una vez sentados a la mesa es importante tener en mente que los tiempos tendrán que reducirse respecto a otros años. Es importante apartar los móviles y mantenerlos alejados de la cena. La cena se hará en la habitación más grande de la casa y lo ideal sería redistribuir los muebles, si fuera necesario, para poder respetar las distancias de seguridad con el resto de comensales. Las ventanas y contraventanas deberían estar entreabiertas: la ventilación es básica para renovar el aire en caso de que haya algún portador de la COVID-19. También convendría evitar encender velas.

Las emociones forman parte inherente de nuestro espíritu y pueden condicionar nuestras conductas y aprendizajes, tanto de adultos como de niños. Saber identificar e intrepretar las que tienen nuestros hijos nos ayudará a acompañarlos adecuadamente en su crecimiento madurativo, pero también es importante entender si las nuestras son las más adecuadas para esa labor.