Nuevos avistamientos de drones en Dinamarca. Los últimos, sobre la base militar de Karup. Se suman a otras incursiones esta semana. La más grave, sobre el aeropuerto de Aalborg, que obligó a cerrar durante horas el espacio aéreo.
"Es un acto de guerra híbrida", afirma la primera ministra danesa. Ordena reforzar la seguridad en infraestructuras críticas, a pocos días de acoger una cumbre de la Unión Europea.
Aún no saben quién está detrás, pero sus sospechas apuntan a Rusia. Y la preocupación de la OTAN aumenta. Noruega, otro miembro de la organización, también ha detectado drones intrusos en su territorio. La amenaza se extiende así del Este al Norte de Europa, cuando siguen muy presentes las violaciones del espacio aéreo de Estonia, Polonia o Rumanía.
Los máximos responsables militares de la OTAN se han reunido en Letonia para analizar la situación y anuncian que reforzarán aún más la vigilancia. Ya lo están haciendo con su operación Centinela, pero los bálticos piden más protección.
La psicosis se extiende y Alemania ha dicho que dará permiso a su Ejército para derribar drones que supongan un peligro.
Rusia, como es habitual, niega estar tras los ataques. El ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, ha advertido desde la ONU que "cualquier agresión a su país tendrá una respuesta decisiva".
Foto: Instalación de radar móvil en el sitio militar danés de Amager (Steven Knap/Ritzau Scanpix via AP)
Diario de Ucrania