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Rumanía, un país que en en España interesa especialmente no sólo porque es socio en la Unión Europea, sino porque miles de sus nacionales viven entre nosotros, tiene nuevo gobierno. Es un cambio político importante. Gobernará el centro derecha, del Partido Liberal Nacional. En octubre ya había ganado una moción de censura al ejecutivo socialdemócrata que llevaba en el poder desde 2017. Ahora el nuevo ejecutivo ha logrado la ratificación del Parlamento. El nuevo jefe de gobierno será Ludovic Orban, casualmente, el mismo apellido que el de su colega de Hungría. Sustituye a Viorica Dancilla. Se van del poder los socialdemócratas que han sufrido un desgaste continuo desde hace tres años. Corrupción y escándalos con protestas continuas en las calles que giraban en torno a la suerte judicial y política de su líder, Liviu Drágnea, encarcelado, y a polémicas reformas. Hemos acudido a Alex Amaya Quer es Doctor en Historia, analista del centro de Opinión EURASIAN HUB y residente en Rumania, para interesarnos por el cambio político en el país y su situación actual.

El gobierno francés endurece su política migratoria para tratar de combatir a la extrema derecha. Va a presentar hoy un plan con cuotas a la información económica en función a las necesidades de cada sector laboral. Se trata de una veintena de medidas que buscarán el control de flujo migratorio desde los cruces fronterizos y una concesión de visados más controlada. Regulará la entrada de inmigrantes no por procedencia si no por objetivos y profesión, algo que según la izquierda francesa estigmatiza a los que llegan a Francia en busca de asilo, trabajo o ayuda.

El sentido del discurso ha cambiado por completo desde 2017 ya que Macron era un firme partidario de evitar esas cuotas de inmigrantes y desde hace meses, el gobierno que preside Philippe, afirma que no hay que tener miedo a la implantación de cuotas para nuevos inmigrantes en Francia.

Los candidatos retoman la campaña tras el debate. Distintos mensajes electorales a cinco días de que volvamos a las urnas. Con la resaca del debate de anoche, los candidatos han retomado la campaña apurando lo que queda de semana hasta el sábado de reflexión.

A falta de un año para la celebración de las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos, Trump ya ha iniciado su personal campaña electoral con un guiño a los sectores evangélicos, que suponen un 25% de la población total del país. Trump ha anunciado su nuevo fichaje estrella para su equipo de gobierno y se trata de Paula White, una famosa telepredicadora en favor de la teología de la prosperidad, muy vinculada al capitalismo salvaje, que en la práctica quiere decir que hacerse rico es casi un mandato divino y que en sus últimos mensajes se ha quedado a un paso de comparar al presidente con un nuevo mesías.

White, que asume un cargo oficial de asesoría espiritual y telepredicación, ha asumido la coordinación de un mecanismo, puesto en marcha por el presidente, para reforzar la influencia de los grupos religiosos mediante programas gubernamentales, supuestamente diseñados para defender la libertad religiosa y luchar contra la pobreza. White ha logrado reunir una fortuna con sus mensajes apocalípticos y a lo que se conoce como teología de la prosperidad,

En previsión de las elecciones de 2020, los candidatos estadounidenses ya han empezado a recaudar fondos para sus campañas. Mientras Trump se presenta en solitario, bajo la sombra del 'Ucraniagate', el 'impeachment' y la muerte del terrorista más buscado, Al Baghdadi, más de una decena de candidatos se disputan el liderazgo de los demócratas. 

El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, ha declarado este domingo que su acuerdo con Bruselas es "la única manera de cumplir el 'Bréxit'". "La única forma de salir de la UE, la única manera de cumplir el 'Brexit'" consiste en seguir adelante con el acuerdo que hay, ha reconocido a Sky News en una entrevista que supone el pistoletazo de salida de su carrera hacia las elecciones del 12 de diciembre.

Argentina se prepara ya para la nueva etapa de Alberto Fernández con un desafío principal: devolver al país su estabilidad económica y frenar la caída de reservas en el Banco Central. Peticiones sociales muy altas y una inflación desbocada, demandas del FMI y acreedores. El nuevo presidente tendrá que renegociar la deuda: cómo lo manejará es una incógnita.

  • La marcha peronista vuelve a sonar desde lo más profundo del ruedo político en Argentina con Alberto y Cristina Fernández
  • El secreto del éxito: abarcar todo el arco ideológico y tener el don del oportunismo y de la mutación

Laura Tedesco, profesora de Ciencia Política de la Saint Louis University ha analizado en el Telediario el resultado de las elecciones presidenciales celebrados en Argentina el pasado fin de semana. Tedesco sostiene que el peronismo ha vuelto al poder "porque ha ido mutando", pero también porque acoge a todos los grupos sociales: "incluye a un obrero, a un bancario, a la clase media", apunta.

Sobre el papel que van a desempeñar el presidente electo, Alberto Fernández, y la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, Tedesco defiende que "Fernández no va a ser un títere". La politóloga argentina asegura que ambos "saben que se necesitan mutuamente porque pudieron unir al penorismo", pero no por ello "podemos decir con seguridad que va a ser una prolongación de lo que fue el Kirchnerismo, porque el contexto internacional es muy distinto"

El investigador principal para América Latina del Instituto Real Elcano, Carlos Malamud, considera que la pregunta clave tras los resultados electorales en Argentina es "cuál de los dos Fernández va a mandar", si Alberto Fernández o Cristina Fernández de Kirchner. "Si manda él, probablemente se aplique una política más pragmática, si manda ella será mucho más radical y confrontativa", asegura. En su análisis en La Tarde en 24 Horas, Malamud ha considerado que el desayuno entre Alberto Fernández y Mauricio Macri "es una novedad muy positiva que augura que va a haber una transición pacífica y pactada" en el país. 


En Argentina, Alberto Fernández, candidato peronista, se ha impuesto con holgura en las elecciones de este domingo, con un 48% y tiene ya garantizado el sillón de la Casa Rosada. Sillón que abandona Mauricio Macri, y junto al que se sentará la nueva vicepresidenta, Cristina Fernández de Kitchner. Alberto Fernández llegaba como favorito a estos comicios, los novenos de la democracia argentina, después de haber aventajado en 16 puntos en las primarias de agosto al propio Macri. Este mismo lunes, Fernández tiene previsto reunirse con el presidente saliente. Con él quiere abordar la transición política hasta el 10 de diciembre, día en el que asumirá el cargo.

El triunfo del abogado Alberto Fernández, de 60 años, en las elecciones de este domingo devuelve al peronismo al poder en Argentina en un momento en el que el país vive una grave crisis económica y de convulsión en América Latina.

Con el 96,99% del voto escrutado, Fernández, del Frente de Todos, se ha impuesto con el 48,10% de los sufragios ante el presidente Mauricio Macri, que ha obtenido un 40,36%, lo que supone una ventaja de casi 8 puntos, mucho menor que la que pronosticaban las encuestas.

Fernández tomará las riendas del poder el próximo 10 de diciembre sin necesidad de una segunda vuelta al haber logrado superar el 45% de los votos.

El candidato a la presidencia de Argentina Alberto Fernández ha logrado este domingo el 47,42% de los votos en las elecciones generales, con el 77,75% de las mesas escrutadas, lo que supondría una victoria en primera vuelta, según los datos del escrutinio provisional.

Por su parte, el actual presidente, Mauricio Macri, ha cosechado el 41,15%, un resultado mejor del anticipado por las encuestas.