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Las elecciones del pasado domingo han tenido todas las características de los mejores dramas griegos: pasiones humanas, conflictos individuales, una puesta en escena dramática y un final trágico, -la salida del euro y el derrumbe de parte de la eurozona- que, al menos, se ha pospuesto. El nuevo mapa político sigue fragmentado pero tres formaciones, los conservadores de Nueva Democracia, los socialistas del Pasok e Izquierda Democrática, se han puesto de acuerdo, en un tiempo record, para formar gobierno. Queda al margen la oposición izquierdista de Syriza que con 71 diputados ha sido el segundo partido más votado en las pasadas elecciones. Grecia inicia una nueva etapa aunque la desconfianza de Europa hacia el país heleno no parece dispuesta a amainar mientras las cifras económicas no sean convincentes.

Los líderes de las tres formaciones que forman el nuevo gobierno de Grecia -conservadores, socialdemócratas y centroizquierdistas- se reunirán este jueves para continuar las negociaciones sobre la composición del gabinete de ministros.

Las reuniones entre los líderes, por un lado, y los grupos de trabajo de los partidos, por otro, se prolongaron el miércoles hasta entrada la noche pero no lograron pactar la composición. No obstante, no se esperan demasiados problemas dado que el jefe de los conservadores de Nueva Democracia (ND), Antonis Samarás, ya juró como primer ministro tras garantizarse el apoyo del Movimiento Socialista Panhelénico (Pasok) y los centroizquierdistas de Dimar.

De este modo, el nuevo Ejecutivo contará con el respaldo de 179 de los 300 escaños del Parlamento (129 de ND, 33 del Pasok y 17 de Dimar).

Samarás mantendrá este jueves una reunión con el jefe del Pasok, Evangelos Venizelos, y el de Dimar, Fotis Kuvelis, en el Parlamento griego, para tratar de llegar al acuerdo final. Aunque la lista completa de ministros no ha sido aún desvelada, los medios griegos dan por seguro que el nuevo Gabinete tendrá un claro componente "técnico", es decir, formado por personas que no han sido elegidas en las urnas ni son pertenecen a los partidos, sino que provienen de la empresa privada.

De hecho, el nombre más escuchado para dirigir el importante Ministerio de Finanzas es el de un banquero privado, Vassilios Rápanos.

Grecia ya tiene gobierno. Un ejecutivo tripartito formado por el conservador Nueva Democracia, los socialistas del Pasok y la Izquierda Democrática. Grecia está en su quinto año de recesión y el nuevo gobierno quiere renegociar los duros términos del plan de rescate de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional.

Los contactos entre los líderes políticos griegos continúan con el objetivo de cerrar este mismo martes un Ejecutivo de coalición en el que es segura la presencia de conservadores y socialdemócratas y al que se pretende sumar al partido de centro izquierda Dimar.

La ronda de contactos sigue esta mañana con una reunión entre el dirigente del socialdemócrata Pasok, Evangelos Venizelos, y el líder de Dimar, Fotis Kuvelis.

Kuvelis presentó este lunes una serie de condiciones para que los 17 diputados que obtuvo su partido en las elecciones del domingo apoyen a una coalición entre Pasok y Nueva Democracia, el partido conservador que ganó los comicios.

La esencia de ese condicionante es la renegociación del programa de ajuste pactado con las instituciones internacionales, con medidas como la reducción de salarios y pensiones comprometida y la ampliación del plazo dado a Grecia para reducir su déficit, la medida que es más probable que Bruselas acepte.

Kuvelis también se reunirá este martes con el dirigente de Nueva Democracia, Antonis Samarás.

En Grecia, los socialistas están dispuestos a formar un gobierno de salvación con los conservadores de Nueva Democracia, el más votado en las elecciones de este fin de semana. Entre los dos tendrían la mayoría absoluta, aunque confían en que se sume otro partido, los socialistas, en todo caso, son la clave y ya han dicho, que mañana podría haber acuerdo.