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La Sylphide’, estrenado por primera vez en 1832 en la Opera de Paris, es el ballet más antiguo del periodo romántico conservado hasta nuestros días. Creado originalmente por Filippo Taglioni para su hija Marie, la versión que ha sobrevivido hasta la actualidad es la del danés August Bournonville y es la que ahora incluye la CND en su repertorio.

Estuvimos con Joaquín de Luz y los bailarines de la Compañía Nacional de Danza en uno de los ensayos de su última coreografía: 'Swoosh'. 'Swoosh', que habla de encuentros casuales en una gran urbe, se estrenó en las Naves del Matadero de Madrid. Formaba parte de un programa que reunía otras tres piezas del repertorio de la CND que tienen como temática central la humanidad: 'Morgen' de Nacho Duato, que gira en torno al suicidio; 'Kübler-Ross', que pone en escena las cinco fases del duelo que describio la piscóloga cuyo nombre da titulo a la pieza, y 'Arriaga', la pieza que reunió a toda la compañía sobre un escenario después del confinamiento.

El compositor Philip Glass inspira al coreógrafo belga Sidi Larbi Cherkaoui y al español Joaquín de Luz. Sidi Larbi Chercaoui dirige en Amberes una versión de la ópera que Glass dedicó a Gandhi y Joaquín de Luz, al frente de la Compañía Nacional de Danza, presenta Passengers within en Valladolid y Albacete.

Informa Íñigo Picabea

Más allá de ser una de las mejores bailarinas del siglo XX, Maya Plisétskaya es un emblema de la danza clásica. Destacó en los escenarios de todo el mundo, pero siempre mantuvo un especial vínculo con España.

Maya desde joven se sintió atraída por la cultura española y, tras haber bailado con éxito gran parte del repertorio clásico, comienza a acercarse a nuestro país a través del papel de Carmen. El fuerte carácter de la joven cigarrera andaluza curiosamente se adaptaba a la perfección a su decidida personalidad rusa.

Fue directora del Ballet del Teatro Lírico Nacional -la actual Compañía Nacional de Danza- de 1987 a 1990. Su paso por esta institución, junto a su hermano Azari Plisetsky, fue determinante para consolidar la danza clásica en España. Además, obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de Las Artes en 2005 junto a Tamara Rojo. Pero sería en 1993 cuando tuvo una de sus mayores alegrías al obtener la nacionalidad española.

Maya Plisétskaya había nacido en el Moscú de 1925, en el seno de una familia de origen judío y su infancia no fue fácil. Siendo pequeña vivió en sus propias carnes el terror estalinista. Fusilaron a su padre cuando ella tenía 11 años y su madre y su hermano pequeño fueron deportados al Gulag en Kazajstán.

La pequeña Maya fue adoptada por una tía suya que era primera bailarina en el Bolshoi, lo que le permitió mantener los estudios de danza que ya había iniciado en su escuela. Entra oficialmente en el ballet del Bolshoi con 18 años y pronto es nombrada primera bailarina, la única en lograrlo a una edad tan temprana.

Con dos obras emblemáticas, El Lago de los Cisnes y La Muerte del Cisne, Maya definirá el conocido Estilo Plisétskaya: manos, caídas, codos de cisne, cabeza erguida, torso inclinado hacia atrás… ejecutado con la máxima perfección técnica y delicada sutileza. Su marido, el compositor Rodion Shchedrín contribuyó a su fama con la creación de cuatro ballets para ella, además de Carmen SuiteEl Caballito JorobadoAnna KareninaLa gaviota y La dama del Perrito.

Hoy se celebra el Día Internacional de la Danza y para celebrarlo hemos hablado en Las Mañanas de RNE con Joaquín de Luz, director de la Compañía Nacional de Danza, y con nuestra compañera de RNE CulturaOlga Baeza. Ella explica que “según el anuario de la SGAE, en 2020, solamente un 4,3% de las representaciones de artes escénicas correspondieron a espectáculos de danza”. Un motivo por el que desde la institución reclaman una mayor programación y más espacios específicos para la difusión de este arte.

La Compañía Nacional de Danza y el Baile Nacional de España han organizado precisamente hoy y por ese motivo una iniciativa en el Museo Reina Sofía, en la que bailarán frente al Guernica. Una acción que Joaquín de Luz califica como “histórica” no solo por el enclave, sino porque, como explica, rara vez se unen ambas compañías. En ella no participarán las bailarinas ucranianas que llegaron hace unas semanas a nuestro país y que se encuentran preparando las funciones del Teatro Real. “A ellas les ha dado un poquito de alas”, indica el director, y asegura que “se sienten acogidas” por lo que ha llamado “la familia de la danza” que le ha abierto los brazos en Madrid.

Señala también que se siente optimista a pesar del "maltrato histórico” que ha sufrido este arte y las dificultades que está viviendo. Pero señala la diferencia que existe con otros países europeos o con Estados Unidos donde ser bailarín es “un honor” y son reconocidos y felicitados cuando los ven por la calle.

Bailarinas de la Ópera Nacional de Ucrania han sido acogidas en España en la Compañía Nacional de Danza. Con tres horas diarias de entrenamiento, se acercan a la paz mental.

Aseguran que "las horas que bailamos, olvidamos" y que se están adaptando porque la obra clásica es la misma en todos los países, pero el carácter de los bailarines españoles es diferente, pero uno de sus intereses es, también, aprender la danza española.

Foto: EFE/ Rodrigo Jiménez

La Compañía Nacional de Danza de España acoge a siete bailarinas ucranianas para que sigan desarrollando su actividad profesional. Para las bailarinas del Ballet de la Ópera Nacional de Ucrania, la CND es un refugio, un lugar donde se pueden expresar en el lenguaje que llevan practicando desde niñas. Elizabeth, Anastasia y Katerina son tres de las siete bailarinas ucranianas acogidas y todas ellas coinciden en que ha sido muy duro tomar la decisión de abandonar el país. No querían dejarlo, pero llevaban casi un mes sin salir de casa y tras hablar con la familia y ver la oportunidad, pensaron que era bueno intentar seguir con sus vidas profesionales. Sus familias están a salvo porque permanecen al oeste del país y aquí ellas tienen una rutina que les da tranquilidad.

Informa Olga Baeza

Hoy en Por tres razones nos acercamos a la figura de José Carlos Martínez, el cartagenero que fue estrella del Ballet de la Ópera de París, director de la Compañía Nacional de Danza y el primer español en coreografiar el concierto de Año Nuevo de Viena, además de el único en hacerlo dos años consecutivos. Hablamos con José Carlos porque como años aneriores, regresa en estas fechas a su tierra, la Región de Murcia, para ser el director artístico de la tercera Gran Gala de Navidad "Estrellas de la danza", que se celebra el 29 y 30 de diciembre en el Auditorio Víctor Villegas de Murcia.

Nos cuenta cómo desde el principio de su carrera ha sentido que los profesionales españoles muchas veces no tienen las mismas oportunidades que en otros lugares y, por eso, ha decidido aprovechar la oportunidad que tiene como director para dar ese espacio a sus compañeros de profesión y procedencia.

Nos cuenta sobre todos los proyectos que tiene en marcha, muchos paralizados por la pandemia, pero que ahora vuelven a rodar y esperan entre ensayos y producción el momento de poder deleitar al público con grandes obras dirigidas por él mismo y representadas por compañías de ballet internacionales y de largo recorrido.

Biofonías

Víctor Ullate

De Lola Flores Dead Can Dance y de la Jota aragonesa Massive Attack. Ese es el periplo que nos sugiere un hombre de gustos eclécticos que sacudió en su día la danza española y le dio un indudable carácter internacional. Víctor Ullate, bailarín y coreógrafo, atesora reconocimientos como el Premio Nacional de Danza o la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, aunque a nosotros hoy nos interesa -sobre todo- la persona que hay detrás del artista, sus recuerdos y también sus sensaciones de ahora mismo, en su retiro de La Vera.

Desde sus casas, muchos han respondido al reto del Ballet Nacional de España y la Compañía Nacional de Danza. Un ‘challenge’ digital para celebrar el Día Internacional de la Danza, con coreografías compartidas en las redes sociales con las etiquetas #ChallengeDanza y #YoBailoenCasa. Una manera de afrontar el confinamiento por el coronavirus.

Javier de Luz y los bailarines de la Compañía Nacional de Danza (CND) componen una cadena improvisada de coreografías confinadas para celebrar el Día Internacional de la Danza. Este año, la crisis del coronavirus impide las galas habituales en los teatros para celebrar este día. Por eso, la CND y el Ballet Nacional de España invitan al público a celebrar desde casa el espírtu liberador de la danza con un 'challenge' digital. Proponen que cualquiera se anime grabarse bailando un fragmento improvisado del Bolero de Ravel y lo comparta en redes sociales con la etiqueta #YoBailoenCasa para celebrar este 29 de abril.

Cada 23 de octubre las grandes compañías de danza celebran el Día Mundial del Ballet con una clase a través de las redes sociales y, este año, con el recuerdo de la bailarina cubana Alicia Alonso, recientemente fallecida.

El #WorldBalletDay es desde hace seis años el mayor evento de transmisión de ensayos, clases y entrevistas con las principales compañías del mundo. Entre ellas, la Compañía Nacional de Danza (CND), que esta mañana ha transmitido la clase de ballet con la que inician la jornada, dirigida por Ema Jovanovich.

Los profesionales de ballet destacan la importancia de los ensayos. "La clase, como Balanchine decía, es como cepillarse los dientes. Es una responsabilidad que nosotros nos inculcamos" comenta Joaquín de Luz, director de la CND.