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La tensión sigue al rojo vivo. Un grupo de separatistas ha intentado ocupar  una base militar a 40 kilómetros de Sloviansk. Desde Malasia, el presidente de Estados Unidos acusa a Moscú seguir apoyando a los insurrectos y no mover ni un dedo para resolver la crisis de Ucrania. 

Washington cree que Rusia no está haciendo nada para rebajar la tensión en Ucrania. Desde Corea del Sur, el presidente estadounidense, Barack Obama, ha anunciado que se pondrá en contacto con los principales líderes europeos para coordinar nuevas sanciones contra Moscú.

Desde Japón, Obama ha advertido a Rusia de que promoverá nuevas sanciones si continúa sin respetar los acuerdos de desarme de Ginebra. Declaraciones en plena gira asiática del presidente de los Estados Unidos. Una visita de apoyo a sus aliados en Asia pero, sin molestar mucho a Pekín.  

En una entrevista en el programa El Mundo en 24 horas, el profesor de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad Autónoma de Madrid, Carlos Taibo, ha considerado que “el acuerdo de Ginebra era moderadamente sorprendente y arrastra dos problemas: La capacidad de presión de Moscú sobre los rebeldes en el este de Ucrania no está demostrada y el segundo es que la parte ucraniana que firma ese acuerdo es un Gobierno de transición”. Taibo considera llamativo que “la palabra Crimea no haya aparecido en esa negociación” y ha apuntado que, a su juicio, la “metáfora de la Guerra Fría está de más”. 

Inmigrantes de Estados Unidos y organizaciones de derechos humanos han pedido al presidente Barack Obama que ponga fin a las deportaciones. Cerca de dos millones de personas han sido expulsadas durante su mandato. Los activistas aseguran que la mayoría son trabajadores y no han cometido delitos graves.