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La investigación del asesinato de Laura Luelmo se centra en la casa donde vivía el detenido en El Campillo. Se baraja la hipótesis de que Bernardo Montoya pudo retener allí a la joven y creen también que fue alli donde la agredió sexualmente, un dato que ha confirmado la autopsia. También analizan los objetos encontrados en los alrededores del pueblo. De momento no han localizado el teléfono móvil de la joven, que puede aportar datos importantes para aclarar que pasó desde su desaparición.

El detenido por la muerte de Laura Luelmo, Bernardo Montoya, ha confesado que secuestró, intentó violar y mató a la joven profesora zamorana, aunque la autopsia ha confirmado que sí hubo agresión sexual. Montoya llegaba a la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva esta madrugada a las 2:20 horas desde el cuartel de Valverde del Camino, donde había permanecido desde su detención. Después de horas de interrogatorio confesó a los investigadores que la joven le preguntó por un supermercado, la engañó y la mandó a un callejón sin salida, donde la agarró, golpeó y dejó inconsciente.

La autopsia realizada este martes en el Instituto de Medicina Legal (IML) de Huelva ha revelado que Laura Luelmo sufrió una agresión sexual, además del golpe en la frente que provocó su muerte entre los días 14 y 15 de diciembre, entre dos y tres días después de su desaparición en El Campillo (Huelva), han confirmado fuentes cercanas a la investigación a TVE.

Según las mismas fuentes, han sido encontrados en el cuerpo de la joven restos biológicos y ahora tendrán que cotejarlos para ver si coinciden con los de Bernardo Montoya, el hombre de 50 años detenido como principal sospechoso y que ha confesado el crimen después de dar varias versiones contradictorias durante el interrogatorio ante la Guardia Civil, si bien ha mantenido que intentó violarla el mismo día de la desaparición pero que finalmente no lo hizo. Esta versión ha caído tras conocer el resultado de la autopsia.

Bernardo Montoya, el hombre de 50 años detenido por la muerte de Laura Luelmo en la localidad onubense de El Campillo, ha confesado el crimen después de dar varias versiones contradictorias durante el interrogatorio ante la Guardia Civil. El ya asesino confeso de la profesora zamorana de 26 años ha reconocido que la golpeó, pero sostiene que la dejó abandonada con vida tras intentar violarla el mismo día de su desaparición, el 12 de diciembre, en el paraje donde luego se localizó el cadáver.

Los vecinos de Cortegana, la localidad onubense a la que se mudó en los 90 la familia de Bernardo Montoya, el autor confeso del crimen de Laura Luelmo, están conmocionados por lo ocurrido. Fue en esta misma localidad en la que Montoya asesinó una anciana en 1995. Fue condenado a más de 17 años de prisión.

Bernardo Montoya, el detenido por la muerte de Laura Luelmo, ha confesado el crimen de la profesora ante la Guardia Civil...

Era vecino de la joven y estuvo 20 años de prisión por matar a una mujer y atacar a otra.

La familia de Laura ha pedido respeto a su dolor, a su intimidad y que no se difundan bulos. Los investigadores tratan ahora de esclarecer qué ocurrió. La Guardia Civil está ya reconstruyendo los hechos con el asesino confeso en el Campillo.

Bernardo Montoya, el hombre de 50 años detenido este martes por la muerte de Laura Luelmo en la localidad onubense de El Campillo, ha confesado el crimen, pero sostiene que la dejó con vida en el paraje en el que luego se localizó el cuerpo tras intentar violarla sin éxito el mismo día de su desaparición, siempre según su versión. La autopsia concluyó que la profesora zamorana de 26 años murió de un fuerte golpe en la cabeza entre dos o tres días después de desaparecer el pasado 12 de diciembre tras salir a correr. Tenía señales de haberse defendido y muestras de presión en el cuello.

Bernardo Montoya, el hombre de 50 años detenido este martes por la muerte de la joven Laura Luelmo en El Campillo, Huelva, ha confesado el crimen aunque todavía no han trascendido los detalles de su declaración, según han confirmado fuentes de la investigación. Montoya ha dado versiones contradictorias durante varias horas en el interrogatorio al que ha sido sometido esta madrugada por los agentes de la UCO, pero finalmente ha reconocido el asesinato este miércoles por la mañana en presencia de su abogado.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado este miércoles nuevas medidas para garantizar la seguridad de las mujeres y en defensa de sus libertades. Sánchez ha hecho el anuncio en el Congreso de los Diputados, después de que el líder del PP, Pablo Casado, mencionara el asesinato de la profesora Laura Luelmo para pedir que no se derogue la prisión permanente revisable.

La portavoz de Unidos Podemos, Ione Belarra, ha aprovechado el comienzo de su intervención para calificar de "infame" que Casado haya utilizado el asesinato de Luelmo. "Es como si los vendedores de armas cada vez que hay un asesinato recomendaran que todo el mundo llevara pistola (...) Déjenos en paz, no necesitamos ni pistoleros ni prisión permanente revisable. Necesitamos políticas públicas que nos protejan antes de que nos maten".

La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ha agradecido la intevención de Belarra. "En la defensa de la seguridad de las mujeres la derecha no ha hecho nunca nada: recurrir las leyes de igualdad con las que las mujeres nos hacemos respetar en este país", ha asegurado Calvo.

La joven profesora zamorana Laura Luelmo murió de un fuerte golpe en la frente entre dos y tres días después de desaparecer, según ha revelado la autopsia practicada al cuerpo después de su hallazgo este lunes a unos 4 kilómetros de El Campillo, en Huelva. En concreto, los forenses fijan su fallecimiento entre el 14 y el 15 de diciembre. El cuerpo de la joven desaparecida el pasado miércoles fue encontrado este lunes en un paraje próximo a El Campillo, municipio al que se había trasladado este mismo mes para hacer una sustitución en un instituto de la cercana localidad de Nerva.

Bernardo Montoya, el detenido por la muerte de Laura Luelmo, ha estado en la cárcel hasta hace dos meses. Dos condenas, la última por robo con violencia y la anterior, más grave, casi 18 años de cárcel por asesinar a una anciana en Cortegana en 1995.

Manuel Montoya, el padre del sospechoso, ha asegurado que si su hijo lo ha hecho "que lo pague, porque eso no se puede hacer".