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El presidente estadounidense, Barack Obama, regresa a Washington tras sus vacaciones navideñas para iniciar un último año de mandato. Entre otros, trae en su agenda el delicado desafío de controlar la venta de armas por decreto y cimentar su legado frente a la oposición del Congreso.

Obama, que ha dicho que comienza este 2016 "animado" y con ganas, se reunirá el lunes con la fiscal general, Loretta Lynch, para abrir un proceso de tres meses en el que determinarán qué decretos ejecutivos -de espaldas al Legislativo- pueden ser viables para universalizar los controles de antecedentes para la venta de armas.