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El ministro Alberto Ruiz Gallardón ha dicho esta mañana que los jueces no deben tener un trato diferenciado del resto de los funcionarios. Los jueces amenazaron ayer con una huelga en enero. Desde el Poder Judicial dicen que la huelga no es la mejor opción.

Doscientos jueces de toda España, entre los que hay magistrados del Supremo, han hecho público un manifiesto donde critican que el pasado Consejo de Ministros indultara por segunda vez a cuatro Mossos que habían sido condenados a 4 años de cárcel por torturas.

Esta mañana ha habido concentraciones de jueces y de fiscales de toda España. Se han reunido ante las sedes judiciales de todas las capitales de provincia para rechazar las últimas reformas anunciadas por el ministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón.

Aunque las nuevas tasas judiciales deberían haber entrado hoy en vigor, los juzgados de momento no las están cobrando. Tardarán unas semanas porque aún no están listos los impresos correspondientes. Esas tasas han centrado hoy el debate político. Socialistas e Izquierda Unida apoyan recurrirlas ante el Constitucional. El gobierno asegura que servirán para hacer más eficaz la justicia.

El presidente del Gobierno anunció que tomaría medidas para paralizar de forma temporal los desahucios de las familias más vulnerables. También el PSOE pidió a los bancos que los pararan hasta que se aprobara una nueva ley. Con el anuncio de los bancos sobre la mesa horas se reúnen en el Palacio de la Moncloa las delegaciones del Gobierno y de los socialistas, Los partidos minoritarios exigen que se cuente con ellos en esa negociación. CiU, la Izquierda Plural y UPyD coinciden al decir que populares y socialistas rechazaron las medidas que cada uno de ellos presentó hace meses para evitar los desahucios.

También en el Congreso, el ministro de Justicia, en respuesta a una interpelación de UPyD, ha anunciado que el Gobierno modificará la Ley de Enjuiciamiento Criminal para que partidos políticos y sindicatos tengan responsabilidades penales; hasta ahora estaban exentos.

El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, ha defendido el endurecimiento de las penas para delitos fiscales y contra la Seguridad Social y ha recalcado que combatiendo el fraude se da respuesta a una "necesidad estructural" de defensa de lo público, ya que la credibilidad del Estado, según ha afirmado, "depende de ganar esta batalla".

En la defensa del proyecto, Ruiz-Gallardón ha subrayado en varias ocasiones que esta reforma no criminaliza las conductas que no tienen ánimo de defraudar, es decir, "no persigue a quienes perciben indebidamente una prestación, sino a quienes engañan para percibirla", ha zanjado.

Sin embargo, el diputado socialista Julio Villarrubia ha defendido justamente lo contrario y ha afirmado que el Ejecutivo pretende crear un tipo nuevo de delito "para incluir a desempleados y pensionistas en el Código Penal, hasta por infracciones mínimas".

Por parte de la Izquierda Plural, el diputado Gaspar Llamazares ha recalcado que la propuesta del Gobierno responde a la táctica del "populismo punitivo" que, según ha dicho, consiste en responder a los problemas con iniciativas legislativas "sin acuerdo y sin diálogo".