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Los talibanes, que controlan Afganistán, han dado este martes su primer paso efectivo para gestionar el país con el nombramiento de los primeros miembros de un gabinete "temporal" encabezado por sus principales líderes.

Mohammad Hasan Akhund, que trabajó con el fundador, el Mulá Omar, y fue ministro de Exteriores en el anterior periodo de los talibanes en el poder, será primer ministro. Abdul Ghani Baradar, otro de los fundadores y responsable de la oficina política, será el número dos como vice primer ministro.

Otro dirigente talibán, Sarajuddin Haqqani, líder de una de los grupos más sangrientos y considerado terrorista por EE.UU., la red Haqqani, será Ministro de Interior. Haqqani está en busca y captura por el FBI estadounidense.

El Mulá Mohammad Yaqub, hijo del Mulá Omar, será ministro de Defensa.

Todos los miembros nombrados hasta el momento pertenecen a los talibanes y no hay ninguna mujer.

Foto: AMIR QURESHI / AFP 

Ciudadanos afganos que se encuentran refugiados en la ciudad de Peshawar, capital de la región pakistaní que acoge al 58% de las personas procedentes del país fronterizo -Jaiber Pastunjuá- ven con relativa esperanza la llegada de los talibanes al poder tras veinte años de conflicto armado. Piden la colaboración internacional para que los hasta ahora insurgentes sean capaces de pacificar el país.

Ignacio Álvaro, ex trabajador de la AECID, ha dicho en Las mañanas de RNE que 36 familias de colaboradores de la agencia han logrado llegar a España, pero quedan 170. "Seguimos confiando en la palabra del Gobierno. El ministro se ha comprometido a no abandonar a los que colaboraron con España. Se habla de reabrir el aeropuerto, de montar corredores humanitarios a los países fronterizos. No hay nada concreto y no tenemos información específica al respecto", explica. Mientras, ayudan con la identificación de las personas, que ha sido complicada a veces. "Muchos no tienen pasaporte". Su situación es dramática. "Con el anuncio de España, vendieron sus propiedades y fueron a Kabul con lo mínimo. Después no pudieron salir. Muchos están señalados, sobre todo los de minorías étnicas. Se les empieza a acabar el dinero, no tienen posibilidad de volver a su casa, buscan refugio con familiares, otros tienen que volver Herat. La situación es muy terrible", lamenta.

Pilar Bernal, vicepresidenta de Reporteros sin Fronteras, mantiene la esperanza apoyando a las compañeras periodistas. "Muchas nos escriben a diario. Tenían salvoconductos para subir a los aviones y no lo logaron", cuenta. "Somos ese hilo indestructible entre ellas y la invisibilidad a la que quiere someterles este régimen terrible de los talibanes". Están intentando proteger a quienes nos han informado durante tantos años de guerra. "Eran quienes salían a grabar a las calles, quienes sacaban los micrófonos, quienes se exponían. Ahora la situación es difícil pero antes también lo era. Hace unos meses mataban a tres jóvenes periodistas de una televisión afgana. Llevan mucho tiempo exponiéndose, peleando la libertad cada día y les debemos eso. Es nuestra responsabilidad. Aunque no haya garantías hay un compromiso indestructible", concluye.

'La voz de la sociedad afgana' es una encuesta realizada seis meses antes de que los talibanes llegasen al poder. Una mayoría veía cada vez más difícil un acuerdo de paz. Pero había una parte muy importante de la población que creía que no todo estaba perdido. Los hombres afganos eran claramente más optimistas que las mujeres. Paco Camas, cofundador de Elemental Research, nos explica los datos de esta encuesta en esta sección del 24 horas.

Las mujeres afganas piden a la UE que no las abandone en manos de los talibanes una vez que ha terminado la evacuación de sus nacionales y colaboradores. Akbar Shaharzad, presidenta de la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán, ha hablado ante el Parlamento Europeo, por videoconferencia desde fuera de su país.

Ha denunciado que se están produciendo detenciones y ejecuciones sumarísimas. Las mujeres afganas piden que la UE no se olvide de ellas.

La Unión ha condicionado el diálogo con los talibanes a que cumplan los derechos humanos. Mientras tanto, trabajan con los países limítrofes para que acojan a los refugiados y en enviar una delegación tan cerca de Kabul como sea posible. 

Foto: Mujeres en la Universidad Avicena de Kabul. Redes sociales vía Reuters


 

Los talibanes insisten en que ya dominan todo Afganistán tras el anuncio de la conquista delvalle de Panjshir, el último foco de resistencia de las tropas afganas. Sin embargo, el líder de la resistencianiega el control talibán en esa región montañosa e insiste en que continúan los combates. Además, pide un alzamiento nacional en todo Afganistán, mientraslos insurgentes ultiman la formación de su Gobierno sin que hayan trascendido más detalles al respecto.

Los talibanes siguen sin nombrar Gobierno en Afganistán mientras el país trata de recuperar la normalidad. Ya se han retomado los primeros vuelos internos desde el aeropuerto de Kabul. Los combates se recrudecen en el bastión de la resistencia afgana, el Valle de Panjshir, donde los talibanes aseguran que han tomado cuatro de los ocho distritos. La inestabilidad se traslada a los países vecinos, como Pakistán. Al menos tres personas murieron y otras 20 resultaron heridas -entre ellas, 16 militares- este domingo en un atentado suicida contra un puesto de control de las fuerzas de seguridad en la ciudad de Quetta, en el oeste de Pakistán, en un ataque reivindicado por el principal grupo talibán del país, el Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP).

Con la reapertura de los mercados de intercambio de divisas se ha dado un paso más hacia la normalidad en Afganistán. La mayoría de bancos ha reabierto esta semana. Se han formado largas colas, aunque de momento la retirada de fondos está limitada a 200 dólares semanales. También se han reanudado las transferencias de dinero, lo que supone un alivio para miles de afganos que dependen de lo que reciben de sus familiares en el extranjero. Mientras, siguen los combates en el valle de Panshir, último foco de resistencia antitalibán. Un general estadounidense advierte del potencial peligro de una guerra civil, que conduciría al crecimiento del terrorismo.

Foto: Mercados de intercambio de divisas en Kabul (Aamir QURESHI/AFP)

17 muertos y 40 heridos han causado las ráfagas de disparos al aire que tuvieron lugar en Kabul para celebrar la supuesta caída del Valle de Panshir, el último bastión antitalibán. Mientras, en Kabul los talibanes borran cualquier mural que recuerde a la anterior etapa. Los niños han vuelto a las aulas. De momento, no hay imágenes de niñas aunque sí de profesoras. Pequeños grupos de mujeres han vuelto a manifestarse en la capital afgana, incluso encarándose con milicianos armados, para pedir que se mantengan sus derechos. La formación del nuevo gobierno se retrasa, mientras Catar negocia la apertura de corredores humanitarios en los aeropuertos y la ONU convoca para el 13 de septiembre en Ginebra una conferencia ministerial para recaudar fondos ante el eventual colapso económico del país.

Foto: Un miembro de la resistencia antitalibán en el Valle del Panshir (Ahmad SAHEL ARMAN/AFP)

Una veintena de mujeres afganas han salido a la calle en Kabul para reclamar su participación en el Gobierno afgano. Los talibanes prometieron un Gobierno inclusivo pero, en el caso de las mujeres, han pedido que esperen hasta nuevas directrices. Desde la OTAN señalan que es "demasiado pronto para juzgar al nuevo Gobierno" pero que les harán responsables de que han prometido. Informa Valle Alonso.

Entrevistamos a Chema Gil, experto en seguridad y terrorismo yihadista, codirector del Observatorio de Seguridad Internacional. Con él hablamos de la situación en la provincia del Panshir, un valle situado al norte de Kabul, la capital de Afganistán. Es el único territorio del país que no está en manos de los Talibanes.