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El presidente estadounidense Joe Biden ha anunciado la retirada de tropas en Afganistán el próximo 11 de septiembre. Una decisión que llega dos décadas después después de los atentados contra las Torres Gemelas en los que murieron casi tres mil personas y que llevó a Estados Unidos al despliegue militar en Afganistán para localizar a Osama Bin Laden, responsable de aquellos hechos, y luchar contra las fuerzas talibanes. La OTAN, con 7 mil efectivos en la zona, ya plantea seguir la misma senda.

Un aniversario solemne, pero marcado por las medidas de prevención contra el coronavirus: asistencia limitada, mascarilla obligatoria y distancia de seguridad. El vicepresidente Mike Pence y el candidato demócrata Joe Biden han acudido al evento conmemorativo en Nueva York, la ciudad más impactada por el atentado yihadista. Por su parte, Trump ha acudido a la Pennsylvania rural, donde se estrelló el avión que pretendía atentar contra el Capitolio. Informa el corresponsal de Radio Nacional en Estados Unidos Fran Sevilla.

El ataque terrorista a las Torres Gemelas el 11-S con aviones secuestrados que transportaban pasajeros hizo que la seguridad aerea tomara dos caminos: safety y segurity. También nacieron nuevas precauciones y se acuñaron nuevos términos. Seguro que recuerdan lo que hacían un 11 de septiembre de 2001 cuando ocurrió el atentado a los  dos edificios más altos de Manhattan y al Pentágono. ¿Cómo ha cambiado el modo de entender el mundo y la seguridad aerea desde entonces?

Han pasado 18 años desde que Estados Unidos decidiera invadir Afganistán. George W. Bush aseguraba que los talibanes tenían los días contados. Les acusaba de albergar a Osama Bin Laden y a líderes de Al Qaeda vinculados con el 11S. Pero casi dos décadas después la guerra continúa. Los talibanes perdieron el poder pero controlan el 46% del territorio y siguen sembrando el terror a diario.

Hay 13.000 enfermos de cáncer, según el programa de salud del World Trade Center. Nadie predijo las secuelas de inhalar las toxinas que durante meses permanecieron en el bajo Manhattan al desplomarse las torres gemelas. Al principio las autoridades dijeron incluso que el aire era seguro.
Cada vez son más los que entran en el programa de vigilancia médica. Este es el primer aniversario en el que pueden acudir a un memorial dedicado a los que continuan muriendo 18 años después.

  • El príncipe de las tinieblas es una historia alternativa de los franceses Duval, Pécau y Kordey
  • Se basa en la historia real del hombre que advirtió sobre los atentados y al que no creyeron
  • Este 11 de septiembre se cumplen 18 años de los atentados que cambiaron el mundo

Los servicios de inteligencia de Estados Unidos han recibido informes que indican que Hamza bin Laden, hijo de Osama bin Laden y considerado uno de los actuales líderes del grupo terrorista Al Qaeda, ha fallecido, informó este miércoles la cadena de televisión NBC.

De acuerdo con la cadena, tres fuentes del Gobierno estadounidense, que pidieron no ser identificadas, han confirmado la muerte de Hamza bin Laden, aunque por el momento sigue sin saberse cómo y dónde perdió la vida.

Se desconoce también si EE.UU., que había ofrecido una recompensa de un millón de dólares por cualquier información que condujera a su localización, ha desempeñado algún papel en la muerte del hijo de Osama bin Laden. El New York Times afirma que Estados Unidos ha jugado un importante papel en la operación en la que Hamza bin Laden ha fallecido.

Nueva York ha despedido en vísperas del Día de la Independencia al policía Luis Álvarez, uno de los primeros agentes que atendió a los afectados en los atentados del 11 de septiembre de 2001. Bomberos, policías y personalidades han acudido al funeral en la ciudad norteamericana. Álvarez, de origen cubano, ha muerto a causa de un cáncer de colon a los 53 años que contrajo a causa de los humos y gases que inhaló durante decenas de horas buscando a supervivientes en la zona cero de las torres gemelas.

Los atentados del 11 de septiembre contra las Torres Gemelas de Nueva York cambiaron el mundo. Dos aviones impactaron contra los rascacielos que ardieron hasta derrumbarse.

En la misma jornada, un tercer avión se estrellaba contra la fachada del Pentágono y un cuarto en mitad del campo en Shanksville, Pensilvania, aunque su objetivo era el Capitolio. Unos ataques terroristas perpetrados por Al-Qaeda que conmocionaron al mundo y que retransmitió, para Radio Nacional, Magin Revillo.

La guerra de Afganistán arrancó en el año 2001 cuando los Estados Unidos, en respuesta a los ataques del 11-S contra las torres gemelas, invadieron el país en la llamada operación ‘Libertad Duradera’. Los bombardeos iniciales dieron paso al avance terrestre y fue el 13 de noviembre cuando los talibanes se retiraron de Kabul.

Fue un momento histórico que contó en directo desde la capital afgana Fran Sevilla. Dieciocho años después ni se ha conseguido la estabilidad, ni una democracia estable, ni se ha vencido a Al-Quaeda pese a haber capturado y matado a Osama Bin Laden, ni tampoco se ha expulsado a los talibanes del país. La tragedia en Afganistán continúa y no da muestras de llegar a su fin.

Este lunes se cumplen 16 años de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos. Unos ataques terroristas, perpetrados por 19 miembros del grupo Al Qaeda, que conmocionaron al mundo, y que han sido los peores vividos en la historia del país norteamericano. Casi 3.000 personas fallecieron y otras 6.000 resultaron heridas.

Los informativos internacionales emitieron en directo el desplome de los dos gigantescos rascacielos.
102 minutos desde el impacto del primer avión hasta el derrumbe de ambas torres.

Casi dos horas después, un tercer vuelo se estrellaba contra la fachada del Pentágono, sede del Departamento de Defensa estadounidense.

Y en medio de la desesperación y el caos, un cuarto avión se estrellaba en campo abierto en Shanksville, Pensilvania, aunque su objetivo era el Capitolio de los EEUU. Los terroristas perdieron el control de la nave después de mantener un enfrentamiento con los pasajeros que intentaron evitar el choque.
En total, casi 3.000 personas perdieron la vida y otras 6.000 resultaron heridas.