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La caída del Imperio Romano: la batalla de Adrianópolis marcó el principio del fin

  • La batalla de Adrianópolis fue una de las mayores derrotas de la historia de Roma porque aproximadamente dos tercios del ejército romano oriental fue aniquilado
  • Los visigodos pudieron defenderse mejor utilizando una técnica muy novedosa que consistía en colocar carros de transporte para formar una especie de muralla a su alrededor

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El Condensador de Fluzo - La batalla de Adrianápolis

Todo imperio siempre llega a su fin, y ese fin siempre tiene un principio. El historiador experto en Roma, Néstor F. Marqués detalla en 'El Condensador de Fluzo' cómo se desencadenó la Batalla de Adrianópolis, uno de los momentos críticos que marcó el inicio del declive del Imperio Romano.

El día de la catástrofe

En el año 378 d.C., los visigodos, buscando refugio de la amenaza huno, cruzaron el río Danubio y se encontraron con un acuerdo temporal con las autoridades romanas. Sin embargo, lo que comenzó como una situación relativamente estable se desencadenó en un conflicto desastroso.

El 9 de agosto, cerca de la ciudad de Adrianópolis, en lo que hoy es la parte europea de Turquía y Bulgaria, los romanos, bajo el liderazgo del emperador Valente, se enfrentaron a los visigodos en una batalla que en un principio parecía favorecer a los romanos. Sin embargo, los visigodos sorprendieron con una táctica novedosa al utilizar carros de transporte para formar una defensa móvil, lo que dificultó la efectividad de las tácticas romanas.

Representación de la disposición de los carros de los visigodos durante la batalla

Representación de la disposición de los carros de los visigodos durante la batalla

A pesar de algunos intentos de negociación, la batalla se convirtió en un enfrentamiento brutal en el que los visigodos lograron rodear y derrotar a las fuerzas romanas. El resultado fue la caída del propio emperador Valente, cuyo cuerpo nunca fue encontrado, y un golpe significativo para la estabilidad del Imperio Romano.

Este evento no solo representó una derrota militar, sino que también desencadenó una serie de migraciones e invasiones que socavaron aún más la integridad del Imperio. Los pueblos germanos comenzaron a penetrar en el territorio imperial, especialmente en sus regiones occidentales, y aunque se produjo un proceso de asimilación cultural, el equilibrio de poder dentro del Imperio se vio comprometido.

La batalla de Adrianópolis supuso un punto de inflexión en la historia del Imperio Romano, marcando el comienzo de su declive y el surgimiento de nuevas órdenes políticas y culturales en Europa. Su legado continúa resonando en la historia de la civilización occidental, recordándonos la fragilidad de los imperios y la importancia de la estabilidad política y militar.