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Objetivo Igualdad

Mujeres veterinarias rurales: mayor presencia pero escasa conciliación y falta de acceso a puestos de poder

  • La presencia de las mujeres veterinarias aumenta en España con una representación del 53%
  • Veterinaria es una de las carreras con más proporción de chicas
  • Puedes ver el reportaje Veterinarias rurales, en Objetivo Igualdad, el domingo a las 14:25 en Canal 24 horas

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Cada vez más mujeres estudian Veterinaria

Ser veterinaria y mujer en el medio rural no ha sido facil durante muchos añosTrabajar con el ganado aunque fuera para cuidarlo, se consideraba un trabajo más bien masculino. Pero, a día de hoy, la historia ha cambiado tanto en el ámbito urbano como en el rural. En general, en España, el número de mujeres veterinarias colegiadas ha aumentado, aunque no hay datos desglosados por localización geográfica.. Ellas ya son el 53% de la profesión, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). "Una veterinaria que en los años 70 o en los 80 se quisiera dedicar al mundo rural... había muy poquitas. Al abrirse el mercado laboral a las clínicas y a los laboratorios y a otra serie de puestos, nos ha impulsado a las mujeres a hacer este tipo de carrera", asegura Noelia Saugar, veterinaria.

Al abrirse el mercado a clínicas y a laboratorios, las mujeres se impulsan

Sin embargo esta mayor presencia se matiza si relacionamos a España con el contexto de Europa. Según el último estudio de la Federación Europea de Veterinarios (FEV), VetsSurvey, señala que la profesión veterinaria ya es predominantemente femenina en la UE. España está levemente por debajo de la media europea que alcanza el 63% de la representación de mujeres. Finlandia, Suecia y Noruega tienen el porcentaje más alto de veterinarias, con más del 80% mientras que Macedonia del Norte y Hungría tienen el más bajo, con menos del 30% En nuestro país, aunque el panorama profesional se ha transformado desde una perspectiva de género, aún faltan mujeres en las direcciones de la veterinaria. "Estamos muy presentes. Ahora esto se tiene que reflejar en las asociaciones, en las empresas. Hay que alcanzar ese objetivo, nosotras también podamos ocupar esos puestos donde hay toma de decisiones", afirma María Sánchez, veterinaria rural y autora del libro En tierra de mujeres (Seix Barral, 2019)

Queremos alcanzar el objetivo de ocupar puestos donde hay toma de decisiones

Una carrera feminizada

En la actualidad, veterinaria es una de las carreras universitarias con mayor proporción de mujeres en nuestro país. Según los últimos datos del INE, el 77'5% de los estudiantes de las últimas promociones son chicas. "La presencia de mujeres en la carrera de veterinaria ha supuesto un cambio brutal. Mi padre me contaba que, cuando él estudiaba en su promoción del 78 al 83, cuando había clase de reproducción el profesor les pedía a las pocas mujeres que había, una, dos o tres como mucho que, por favor, abandonaran la clase. Hemos pasado de eso a que ahora, por ejemplo, donde yo estudié, en la Facultad de Veterinaria de Córdoba, el 90 por ciento de las estudiantes eran mujeres", dice Sánchez.

El 90 de los estudiantes eran mujeres en la facultad de Veterinaria de Córdoba

También hay que tener en cuenta que la diversificación del trabajo ha influido en la decisión universitaria de las estudiantes. "La principal causa de ese cambio a la hora de elegir la carrera ha sido por la disponibilidad del trabajo. Antes, ser veterinaria implicaba ser veterinaria de campo, de explotación ganadera, un trabajo muy bonito pero muy duro, donde la mujer, sobre todo en el mundo rural, ha estado en otra posición, en otro estatus diferente al del hombre", explica Saugar.

Cada vez hay más proporción de veterinarias

Vocación desde la infancia

Hemos hablado con algunas profesionales, que tienen experiencia tanto en el trabajo de campo como de clínica. Nuestras entrevistadas reconocen que su vocación les viene desde la infancia. "Desde pequeña sabía qué tipo de veterinaria quería ser. No quería ser una veterinaria de clínica ni una veterinaria enfocada a la universidad o a la docencia. Quería trabajar para y por la ganadería extensiva y para aquellas personas que trabajan en el campo. Mi profesión de veterinaria me viene porque lo llevo en la sangre. Por parte paterna, mi abuelo era veterinario, era veterinario de pueblo. Esa figura de veterinario en un pueblo antiguamente era más importante que el alcalde y que el el cura e incluso, a veces, que el médico. Además, mi padre también es veterinario", nos cuenta Sánchez.

Yo soy veterinaria porque lo llevo en la sangre

"Desde pequeñita tenía afición por los animales. Siempre me han gustado. En mi casa, siempre ha habido bichos de todas las clases. Siempre he estado con ellos y me ha encantado. He intentado salvarles, curarles, darles mimos. Es muy gratificante. Cuando te metes en quirófano y el animal se recupera o le curas tú, te vas a casa con un subidón de adrenalina que es difícil de conseguir con cualquier otro medio", explica Saugar.

Poca conciliación

Las mujeres son propietarias del 58% de  las clínicas veterinarias en nuestro país, un porcentaje en la media europea. Por ejemplo, Inmaculada de Gregorio y Noelia Saugar, dos de nuestras entrevistadas, son dueñas de clínicas en el medio rural. La primera, en Puertollano, y la segunda, en Almodóvar del Campo. El país con la proporción más alta es Francia, donde las mujeres propietarias de una clínica llegan al 96%. En Finlandia, Noruega y Suecia más del 80% de los consultorios son propiedad de mujeres veterinarias. Sin embargo, las tasas son mucho más bajas en Macedonia del Norte (13%) y Serbia (21%).

Nuestras entrevistadas destacan que tienen una escasa conciliación familiar y personal. "Es muy sacrificado porque los animales, hoy en día, son un miembro más de la familia. Si les pasa algo es un drama en la casa. Tienes que estar 24 horas disponible para ellos porque tienen urgencias y no se ponen malos de lunes viernes, con un horario. Es igual que una persona", cuenta De Gregorio. Por su parte, María Sánchez cuenta con mucha experiencia en el ámbito de la explotación ganadera. Ha trabajado como veterinaria en explotaciones ganaderas de España y Portugal. En la actualidad, En 2020, trabaja en la protección y en la mejora de las razas autóctonas en peligro de extinción en Canarias. Refiriéndose a su anterior trabajo la autora de explica que "era un trabajo duro. Como bien cuento en el libro, yo pude hacerlo durante unos años porque era independiente, soltera, sin familia, pero también es un trabajo que sabía que iba a tener una fecha de caducidad. La profesión conlleva muchas horas de furgoneta, de carreteras secundarias, pero también mucho tiempo con los ganaderos y con las ganaderas", confirma la autora de Cuaderno de campo (La Bella Varsovia, 2017)   

Discriminación y machismo

En Objetivo Igualdad, es pregunta obligada a nuestras entrevistadas si han sufrido discriminación o machismo en su desarrollo profesional. Salvo alguna excepción, las tres veterinarias confiesan que no, aunque con matices. "Yo hablo desde mi experiencia personal, que no es la misma que la de una mujer migrante que esté trabajando en la fresa o en la aceituna o en una granja ordeñando. He estado trabajando con cerca de cien ganaderías en el campo. Quitando un par de veces que me han preguntado por mis compañeros la primera vez que me vieron aparecer por la granja, me he sentido muy respetada y muy querida", afirma Sánchez.

Mi experiencia no es la misma que la de una trabajadora migrante que esté trabajando en lafresa o en la aceituna

Sin embargo, Noelia Saugar confiesa que ha sentido un mayor rechazo por ser de Madrid que por ser mujer. "Complicaciones siempre hay, seas mujer o seas hombre. Cuando una va a un trabajo que es principalmente físico, sobre todo cuando trabajas con animales -porque los ganaderos viven de sus animales- el que llegue alguien a tratar su animal de una manera o de otra se mira con cuidado. A ver quién eres, cómo eres y cómo me tratas mi animal porque yo necesito que ese animal esté bien. En unos sitios, tienen más reparos porque eres nueva. En otros sitios, tienen más reparos porque eres mujer. Hoy en día, por suerte, en el mundo rural, en el mundo ganadero y en el mundo de la veterinaria está muy implementada la presencia femenina. De hecho, hay ganaderos que te dicen: No, no, a mí mándame a una chica que sé que me va a tratar con más delicadeza, con más mimo, al animal que un chico. Yo he sentido más rechazo al llegar una explotación ganadera, al decir que vengo de Madrid".

Yo he sentido más rechazo al decir: Vengo de Madrid

María Sánchez confiesa a nuestro programa que escribió su novela sobre la vida de una veterinaria en el campo por una deuda que tenía con las mujeres de su familia. "Me gustó mucho una definición que hizo del libro una periodista catalana, Ana María Iglesias, porque me pareció que tenía razón. Me dijo que había hecho una especie de duelo al escribirlo, que le había querido pedir perdón a mi madre y a mi abuela. Esta historia es una manera de pedirles perdón por haber sido tan injusta con ellas, por no haber entendido el porqué no quería ser como ellas cuando era pequeña, la razón por la que no decidí que fueran el espejo en el que me quería ver reflejada, sin nunca preguntarme qué mochilas traían ellas o de dónde venían. Creo que ese era uno de los objetivos del libro. El otro era redignificar las vidas de las personas del medio rural", asegura la escritora de Tierra de mujeres (Seix Barral,2019)   

Mi libro es una forma de pedirles perdón a las mujeres de mi familia

En conclusión, se ha producido un cambio positivo en la presencia de mujeres en la veterinaria en España pero aún no se alcanza una situación de igualdad en los puestos de poder de la profesión ni respecto a la situación de algunos países europeos. Nuestras entrevistadas destacan que, a pesar de la dureza del trabajo en el campo, la satisfacción y la vocación lo engrandecen. También admiten que reconocen la falta de conciliación tanto en las tareas especializadas de clínica como en las explotaciones de ganadería extensiva. Por último, todas tienen la dedicación total y el amor por los animales en común.