Enlaces accesibilidad

¿Dónde comenzó la relación entre caballos y humanos?

  • La relación de los humanos con los caballos empezó hace más de 6.000 años
  • La domesticación de los caballos le ha comportado cambios fisiológicos importantes
  • Los caballos son capaces de reconocer nuestras emociones

Por
¡Qué animal! - Una historia de caballos

Los caballos han sido grandes aliados de los humanos. Nuestra relación con estos animales empezó probablemente hace unos 6.000 años cuando los botai, una etnia de las estepas euroasiáticas, comenzaron a criar al antecesor extinto y salvaje del caballo doméstico.  En aquel momento se convirtieron en nuestros compañeros de viaje, dejaron de ser dueños de sus vidas, y tanto el destino de este animal como nuestra historia cambiaron por completo.

Si alguna vez habéis montado un caballo, probablemente se quedó plantado mientras os subíais y os acomodabais en la silla. ¿Os imagináis qué hubiera pasado si el caballo hubiese sido salvaje? Subirse de un salto al lomo de un caballo y domesticarlo debió de ser una locura muy emocionante. Después de montarlos se guardaron en cercados.

Tuvieron un gran impacto en la agricultura ya que aguantaban el doble de tiempo en las tareas de cultivo y lo hacían el doble de rápido que el ganado. Proporcionaron otros muchos beneficios: carne, pero, sobre todo, ¡transporte! que conllevó gestas como expediciones a territorios lejanos, conquistas y facilitó el comercio.

Fuerte selección artificial

Las guerras se transformaron con los caballos. Llevaron soldados a la batalla, tiraron de carros y cañones. Revolucionaron las técnicas bélicas.

Se les sometió a una fuerte selección artificial en función de su resistencia, velocidad, agilidad o tamaño. Con el tiempo los caballos de tiro podían pesar ¡casi una tonelada!

Según una investigación internacional, la domesticación de los caballos dio lugar a cambios fisiológicos significativos relacionados con la formación muscular, las articulaciones y el desarrollo del sistema cardíaco.

Mantener la pureza de la raza

Actualmente se intenta mantener de forma artificial la pureza de algunas razas de caballos, lo que les acaba pasando factura. Se cruzan unos pocos sementales con un gran número de yeguas. Esta crianza lo ha empobrecido genéticamente en los últimos siglos y ha tenido graves consecuencias. Debilita su salud, e incluso algunos ejemplares pueden mostrar síntomas compatibles con la esquizofrenia. Nosotros los enfermamos y ellos, nos curan.

Su capacidad terapéutica

A mediados del siglo XX se empezó a estudiar su capacidad terapéutica. Se utilizaron para la rehabilitación de patologías como el estrés, la depresión, las fobias o los desórdenes alimentarios. La equinoterapia utiliza el movimiento del caballo y la transmisión del calor corporal. Aseguran que reconcilia a la persona con su cuerpo.

Además, los caballos, como los perros, reconocen nuestras emociones.  En un estudio reciente se mostraba a los equinos fotos de hombres con caras enfadadas. El ritmo cardíaco de los caballos se aceleraba cuando miraban un rostro enojado.