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Escala humana

¿Cómo creamos espacios urbanos que favorezcan la práctica del deporte?

  • Hablamos de salud urbana en el capítulo ‘In corpore sano’
  • La proximidad a las instalaciones deportivas y espacios públicos es clave para mantenernos activos
  • Descubre ejemplos en los que se ha integrado el deporte en el tejido urbano

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Escala humana - Lo mejor del capítulo 'In corpore sano'

Acercar el deporte a la gente va más allá del hecho de construir grandes estadios y polideportivos. A través del urbanismo y el diseño del espacio público debemos crear ciudades pensadas para la actividad física. De esta manera, mejoraremos la salud de las personas que viven en ellas.

Una ciudad sana pasa por mantener a sus ciudadanos activos. Núria Moliner habla del concepto de salud urbana con Manuel Franco, médico e investigador en salud pública, que estudia en la universidad de Alcalá y la Johns Hopkins en Baltimore cómo influye la organización de las ciudades en la salud de sus habitantes.

“La salud urbana es cómo entendemos la ciudad y cómo entendemos las características de la ciudad que se relacionan con la salud de los que vivimos en la ciudad.”

La proximidad a las instalaciones deportivas es clave para mantenernos activos pero en las ciudades es difícil construir grandes espacios dedicados a potenciar la actividad física. Según Manuel Franco, el problema es que muchas infraestructuras deportivas requieren grandes espacios y áreas enormes y el suelo del centro de la ciudad cuesta muchísimo y además ya está construido. “Lo que está pasando hoy en día es que hay numerosos espacios chiquititos para hacer deporte”, explica.

Actualmente hay una tendencia a hacer deporte en zonas como los ríos o playas o zonas verdes: "El ser humano lo que quiere es estar activos y al aire libre porque eso nos relaja y nos hace sentir bien”, apunta el investigador.

Integrar el deporte en el tejido urbano

Es fundamental que el deporte se integre en el tejido urbano para que los espacios públicos fomenten la salud y la cohesión y para que las ciudades proporcionen una mejor calidad de vida.

Estar activos, al aire libre y en comunidad. Este es el objetivo de la Factoría Joven de Mérida, un espacio multifuncional de 2.000 metros cuadrados destinado al ocio de los jóvenes. Para realizar el diseño arquitectónico se contó con la participación de distintos colectivos juveniles para entender y adaptar el espacio a sus necesidades.

La Factoría Joven es un edificio concebido como una gran marquesina abierta a la ciudad, coronada por una cubierta translúcida de policarbonato. Esta construcción se extiende sobre una planta ovalada, dividida en módulos autónomos, que permiten configurar el espacio libremente.

Otro ejemplo de espacio que permite hacer deporte al aire libre y, en este caso, rodeado de naturaleza es la pista de atletismo Tussols - Basil, del grupo de arquitectos RCR, ubicada en Olot (Girona). Para conseguir una perfecta harmonía con el entorno, los arquitectos ubicaron la pista en un claro utilizado previamente como zona de cultivo. Además, respetaron los árboles de la zona, integrándolos en el interior de la pista para dar continuidad al bosque que la rodea, y las gradas fueron colocadas siguiendo la topografía natural del terreno.

El frontón siempre formó parte del tejido urbano

Originario de calles y plazas, el frontón convive con el espacio público desde sus inicios. Siempre formó parte del tejido urbano. Es el caso de la emblemática Plaza de la Trinidad, en San Sebastián, que el arquitecto Luis Peña Ganchegui remodeló en los años 60.

Frontón en San Sebastián

Frontón en San Sebastián Escala humana

Según Daniel Carballo, doctor arquitecto y pelotari, transformó la trasera en un espacio donde se pudieran jugar juegos tradicionales como el arrastre de piedra, el corte de tronco, los bolos… “El gran acierto de Luis Peña, aparte de hacer que las traseras tomen parte en un espacio central, es adecuarlo para que con las gradas la gente pueda disfrutar de todas las modalidades de juego”, señala Carballo.

El frontón de las calles y plazas derivó en el frontón industrial, un espacio dedicado a practicar la pelota vasca a nivel profesional en el que se vendían entradas en taquilla y se hacían apuestas dentro. Estos edificios privados han ido desapareciendo. Sin embargo, actualmente muchos niños y niñas todavía juegan en espacios públicos diseñados para practicar frontón como sucede en la Plaza de la Trinidad.

Espacios para el deporte ya en la época clásica

El capítulo ‘In corpore sano’ deEscala humana retrocede a la época clásica para ver que ya en aquel tiempo existían espacios dentro de la ciudad para practicar deporte. Conocemos el circo romano de Tarragona, gran instalación lúdica que reunía a miles de personas para ver correr a sus cocheros.

Joaquín Ruiz de Arbulo, catedrático de arqueología de Grecia y Roma en la URV, explica que un circo romano “por su necesidad de tener una gran pista se colocaba normalmente en una posición extra urbana, fuera de la ciudad. En cambio, en Tarragona lo tenemos dentro de la ciudad lo cual es rarísimo y excepcional. En este caso el circo tuvo que adaptarse a las murallas de la ciudad romana que tenían una determinada anchura.”

Circo romano en Tarragona

Circo romano en Tarragona Escala humana

La influencia arquitectónica de la antigua Roma llega hasta nuestros días. El Coliseo Romano, por ejemplo, inspiró a los arquitectos del Wanda Metropolitano. El nuevo estadio del Atlético de Madrid destaca por su cubierta ligera y ondulada, formada por dos anillos unidos por cables y paneles que protege de las inclemencias del tiempo a la mayoría de sus 70.000 espectadores.

Otro ejemplo son los hipódromos. Escala humana visita el Hipódromo de la Zarzuela. Esta construcción conjugaba arquitectura e ingeniería y se convirtió, una vez terminada la guerra civil, en icono del movimiento moderno. En el año 1996, y durante 9 años, se llevó a cabo una rehabilitación por parte de Junquera Arquitectos.

Hipódromo de la Zarzuela

Hipódromo de la Zarzuela Escala humana

Para Carlos Polo, subdirector de proyectos y obras Hipódromo de la Zarzuela, existen dos características principales en este edificio. Una es el delgado canto de las láminas cubiertas de hormigón armado que en el extremo es de entre 5 y 8 cm. Aunque la característica más singular está en la estructura:

“El espacio que se necesita de gradería es mayor que el que se presta de la parte técnica o de servicio de la propia tribuna. Eso crea una diferencia de voladizo que para compensarlo el arquitecto Eduardo Torroja ideó un sistema de tirantes que conectaban la parte corta del voladizo de los jardines con la bóveda del vestíbulo.”

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