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La hermana de Baní

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Angelina Cartagena Ruiz ha dedicado su vida misionera a trabajar por los más pobres en los barrios del norte de Baní (República Dominicana).
Angelina Cartagena Ruiz ha dedicado su vida misionera a trabajar por los más pobres en los barrios del norte de Baní (República Dominicana).

Baní está considerada como “la capital del mango” y es conocida por sus dulces. Pero también hay una realidad que está más allá de los resorts turísticos, que no sale en los catálogos de las agencias de viaje; la vida diaria de los que menos tienen y peor lo pasan, la cara B del Caribe.

En República Dominicana viven casi once millones de personas. Según datos del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo correspondientes al año 2016, más del 30 por ciento de la población se encuentra bajo el umbral de la pobreza. Estamos hablando de 3 millones de personas que viven con menos de un dólar al día. Sesenta kilómetros separan Baní de la capital del país. Una hora de distancia. La población de esta pequeña ciudad al sur de República Dominicana ronda los 150.000 habitantes. Su principal fuente de ingresos sigue siendo la agroindustria. El turismo internacional de hotel y playa aún está por explotar. En 1949 llegaban, desde España, las Hermanas de la Virgen María del Monte Carmelo; más conocidas como las Carmelitas de Orihuela.

Angelina Cartagena Ruiz nació en Guardamar de Segura, en la provincia de Alicante, hace 83 años. Después de un breve paso por Francia, sus superioras la enviaron a República Dominicana. En 1966 Angelina llegaba a este país por primera vez. Desde el año 2000 vive en la comunidad que las Carmelitas tienen en el barrio de Los Barracones. Un lugar al que comenzó a venir en 1979 para ayudar a las víctimas del ciclón David. Aquí la conocen como "hermana María José" y es una auténtica institución en el barrio y en la ciudad donde todos la conocen y la quieren. Son muchos los que han recibido su ayuda y siguen teniendo su apoyo.

ReciclArte

Rafael llegó a Baní en 1998 para trabajar como policía. Fue uno de los cuatro que el General asignó para proteger la misión católica. Hace dos años le tendieron una trampa y acabaron con su carrera. El juez le declaró inocente, pero los mandos de la Policía Nacional le sancionaron pasándolo a la reserva. Fue entonces cuando se recicló dando rienda suelta a su vena creativa. “ReciclaArte”, así se llama el proyecto que han puesto en marcha Rafael y la hermana María José. Él diseña y fabrica los muebles aprovechando los neumáticos que recogen del vertedero. Ella se encarga de la promoción y venta del producto. Rafael tiene 44 años y cuatro hijos. Su pensión como policía en la reserva es ridícula. Debido a la sanción tuvo que dejar la universidad donde ya había cursado tres años de Educación Física. Le falta uno para terminar pero necesitaría una beca. Nada de esto ha frenado sus ganas de vivir y de sacar adelante a su familia. Rafael es un emprendedor nato. Se ha formado en las más variadas disciplinas.

Adolescentes embarazadas

Una vez al mes, durante dos horas, las adolescentes embarazadas y las niñas madre se reúnen para tratar distintos temas que les ayuden a afrontar con éxito su situación. Estos encuentros formativos también sirven para compartir experiencias. Según el Fondo de Población de Naciones Unidas, República Dominicana se encuentra entre los cinco países con mayor proporción de embarazos en adolescentes. Se trata de un serio problema que necesita medidas urgentes. Además de cuidar la salud física de las madres adolescentes y sus bebés, desde el programa las animan a que retomen sus estudios.

Talleres

El origen de los talleres se remonta al año 1984, aunque su funcionamiento actual como Escuela Laboral reconocida por el Ministerio se debe a la hermana María José. Fue ella la que en 2001 apostó por este sistema educativo de formación técnica y profesional. La hermana firmó un acuerdo con el Ministerio de Educación para poder elegir a los profesores de los talleres y que sea éste quien les pague. Este convenio facilitó la llegada del mobiliario y los electrodomésticos necesarios para las clases prácticas. Los cursos tienen una duración de diez meses, el equivalente a un año escolar. Se imparten de lunes a viernes en horario de tarde, entre las dos y las cinco. Por las mañanas el espacio se destina a la alfabetización de adultos. El turno de noche, que es el más demandado, no se puede ofrecer en Los Barracones. Uno de los cursos que mejores resultados ha dado es el de peluquería y belleza. Son muchas las mujeres que han aprendido el oficio y han podido abrir su propio negocio en el barrio. También es de gran ayuda el sistema de microcréditos apoyado por la hermana.