Enlaces accesibilidad
ENTREVISTA

El quintento La última copa prepara un tema con Morat que pronto verá la luz

  • Son muy jóvenes, pero les sobran ganas y talento
  • El grupo pop de cuatro hermanos y un amigo empieza a despegar
  • "Siempre que decimos la última, nunca es la última"

Por
La última copa
La última copa

Si aún no los conoces, te anunciamos que este grupo madrileño formado por cuatro hermanos y un amigo va a dar mucho que hablar. Sole, Blanca, Pablo, Guille y su amigo Jaime Mollá hace un tiempo que quedaban para hacer covers y pasar un buen rato juntos, hasta que decidieron tomárselo más en serio y formar La última copa. La banda fue cogiendo forma en cuarentena y un día les llegó la oportunidad definitiva de la mano de Universal.

La formación empieza a dar sus primeros pasos. El primero de todos ha sido lanzar EP en acústico y el single "La última copa". Ahora que la situación lo permite están dándose a conocer con conciertos en pequeñas salas. Su debut principal ha sido este fin de semana en el Teatro Reina Victoria (Madrid), donde han dado un emotivo concierto cargado de su particular sonido.

Suenan guitarras, un bajo, la batería y voces al unísono. De golpe, lo que en un principio se fraguó en locales de ensayo en los que se reunían por "puro hobbie", poco a poco se va transformando en una verdadera banda pop. Mantienen que las decisiones se toman por democracia, y si en algún momento alguien no se siente cómodo, se para. Hablamos con los cinco sobre dónde, cuándo y cómo nace La última copa.

P: ¿Cómo os definís a vosotros mismos?

R: Somos La última copa: un grupo joven, fresco, con mucha variedad en nuestras canciones tanto a nivel musical, de género, como a nivel voces. Somos una banda que mezcla voces masculinas con femeninas intentando darle a todas el mismo protagonismo. Y luego personalmente, somos cuatro hermanos y un amigo, Jaime, que es como el quinto hermano.

P: Es raro ver en esta época un grupo mixto...

R: Sí, hay muy pocos y es a lo que más nos agarramos. Es decir, en realidad somos un quintento en el que hay variedad de voces, hacemos unas armonías muy particulares y también decimos siempre que somos cinco voces principales, es decir ninguna pisa a la otra. Hay momentos en que los chicos son protagonistas y las chicas apoyamos con coros y al revés. Luego hay momentos que cantamos los cinco a la vez, todos al unísono, suenan muchas voces con diferentes tonos a la vez y eso es lo que nos caracteriza.

P: Supongo que de momento no vivís de ello. ¿Qué más cosas hacéis?

R: Todavía no, estamos empezando realmente. Acabamos de sacar nuestro primer EP con cuatro canciones en acústico, ni siquiera versión estudio. La semana pasada sacamos nuestro primer single: "La última copa" y ese ya es en versión estudio. Así que está todo realmente empezando, pero seguimos estudiando cada uno lo suyo.

P: ¿Contadnos cómo surge y qué pasa en vuestra casa?

R: Antes de formar el grupo como tal, quedábamos para tocar canciones, pero no como grupo sino por hobbie. En nuestra casa, por ejemplo, nunca ha habido consolas. Quedábamos siempre para cantar, y como tenemos edades tan seguidas, somos como amigos y Jaime es uno más. También es cierto que nuestro padre siempre nos ha inculcado muchísima música de todos los géneros y en todos los idiomas: música turca, rusa, italiana, portuguesa, francesa... Así que referentes tenemos bastantes, pero no dentro de nuestra familia.

P: Entonces, ¿quiénes son vuestros referentes?

R: Ahí está el problema, como somos cinco cada uno tiene sus referentes. Pero siempre hay alguno en común como Vetusta Morla, Leiva, Izal, Morat, Coldplay... Además de los Morat, que son hermanos también y hemos tenido el placer de conocerlos. Son unos cracks. De hecho, hemos hecho alguna composición con ellos, aunque todavía no ha salido.

P: Tenéis ahora un bolo en Madrid. ¿Nerviosos? ¿Es el primero?

R: Este va a ser el tercer bolo que hacemos como La última copa. Ya hemos dado un par de bolos antes en pequeñas salas, pero este va a ser el primero en un teatro, que ya son palabras mayores. La verdad que estamos muy emocionados y con muchas ganas, porque este es el concierto que más nos hemos preparado y va a tener un cariño especial.

P: ¿Os da miedo que todo esto se convierta en un negocio y perder un poco esa frescura?

R: Más que el tema de perder la frescura, creo que al final este es uno de los trabajos más sacrificados, en el sentido de que tienes que ser una persona con una agenda súper flexible. A veces te da miedo incluso comprometerme a algo. De hecho, con Morat (Blanca) tenía una quedada con alguien que no veía desde hace tiempo y nos dijeron: 'Están los de Morat aquí y vais a componer una canción juntos'. Entonces, lo dejé todo por supuesto. Esa flexibilidad hay que tenerla y a veces es complicado. No te puedes comprometer apenas a nada y eso te aleja un poco también de tu vida social, aunque tus amigos de verdad siempre van a estar ahí. Pero la vida social, sin duda, se reduce bastante porque tienes que estar constantemente componiendo, promocionando, subiendo cosas a redes... Y el tema del miedo a perder la frescura casi no existe, entre otras cosas porque nosotros somos los compositores de La última copa, entonces quieras o no somos los máximos responsables de ello.

P: ¿El nombre del grupo de dónde salió?

R: Quedábamos mucho los cinco, y casi sin darnos cuenta cada vez que quedábamos siempre acabábamos cantando cosas juntos. Todo muy casero. De repente un día, yo (Blanca) tenía un examen de la carrera al día siguiente y les dije: "Me voy a tomar la última porque sino mañana no apruebo." Siempre que digo "la última", nunca es la última. De repente ese día caímos en que siempre que quedábamos pasaba lo mismo: acabábamos cantando los cinco y había mucha complicidad. Así que decidimos formar la banda.

P: ¿Cuándo surge esa primera oportunidad profesional?

R: Llega casi por pura suerte. Damos un conciertillo de covers en casa de unos familiares y a través de stories de Instagram, de vídeos en redes, llegamos a determinadas personas que les empezó a interesar, y de repente, teníamos una oferta de Universal sobre la mesa y nosotros flipando.

P: O sea que las redes tienen mucho peso para vosotros, ¿no?

R: Indudablemente, es que al final es suerte. Mucha gente sube cosas, pero es el llegar a una persona que te vea y diga: "Te quiero en mi equipo". Es importante el talento, pero siempre está el factor suerte que casualmente nosotros hemos tenido. Estamos muy agradecidos porque somos muy afortunados.

P: ¿Os habéis planteado alguna vez presentaros a un talent?

R: Yo (Sole) me presenté a OT y no me cogieron. Una semana después nos llamó Universal para ficharnos. Para mí que no me hayan cogido fue como una señal porque luego vinieron oportunidades mucho más atractivas. Así que me alegro de que no me cogieran.

P: Y lo de Morat, ¿cómo surgió?

R: Porque nuestro manager es también el de Morat. Entonces Pedro nos ha dado una cantidad de oportunidades... Pedro es como el quinto miembro de Morat, tiene muy buena relación con ellos y un día nos concertó una sesión de estudio y de ahí surgió todo.

P: Muchos grupos acaban separándose. ¿Siendo hermanos pasa eso de que la confianza da asco?

R: La confianza siempre puede llegar a dar asco, pero siempre decimos que al ser hermanos, incluido por supuesto Jaime, lo consideramos algo mucho más positivo que dañino. Imagina que esto algún día nos sale bien, si nos separamos perderíamos mucho porque al final también somos hermanos. Pero como todos tenemos un concepto de la familia como algo muy importante, eso va por delante. Siempre nos hemos llevado bien, quizás porque no tenemos mucha diferencia de edad y porque incluso salimos juntos. Todo está relacionado. Luego cada uno tiene un rol y en cada momento hay alguien que destaca. Entonces lo hacemos de manera tan igual, que creo que no hay ningún momento en el que digas tal persona sobresale.

P: ¿A la hora de tomar decisiones hay democracia?

R: No sé si democracia, pero si alguien no le gusta nada algo, eso no se hace. Aunque claro, quieras o no somos una banda y hay que ceder a veces. Si a alguien no le gusta algo muchísimo pero al resto le encanta, pues tendrá que ceder. Somos un grupo y no siempre nos va a gustar todo en el mismo momento. La democracia que hay es hasta el punto de no sobrepasar la línea en que alguien esté completamente incómodo. En chorradas, como una foto, da igual. Ahí ganan las niñas. Nosotros podemos estar sacándonos un moco que si ellas salen guapas, se saca. (risas)

P: ¿Quién escribe las letras?

R: Siempre hay más iniciativa quizás por parte de Pablo y Blanca, aunque estamos cambiando un poco la forma de componer. Como esto surgió un poco en cuarentena, lo hacíamos más por separado, pero ahora nos hemos dado cuenta de que componiendo juntos nos salen cosas mucho más guays. Cada uno aporta un poco de su estilo a la canción y así sale el sonido 'La última copa', que es un poco lo que buscamos. Algo en lo que estemos todos implicados.

P: ¿Qué casualidad que cada uno toque algo, no?

Pablo: Yo soy oficialmente el bajista del grupo, pero yo siempre he tocado la guitarra. De hecho, compongo con la guitarra. Pero a la hora de formar el grupo faltaba el bajo, porque ya había dos guitarras y no era plan de añadir una tercera. Entonces decidí aportar algo al grupo que realmente hiciese falta. Era la opción con más sentido, así que me adapte al bajo. Ahora ya me he enamorado del bajo, cuando estoy en los conciertos bailo con él.

¿Cuál es vuestra próxima meta?

R: A corto plazo, este verano tenemos en mente aprovecharlo para grabar a tope canciones y poderlas sacar después de verano. No tenemos fechas establecidas, así que componer y componer. Aunque verano es una muy buena época para salir a la calle a cantar. Allá que vamos.