Primera máquina de vapor en España

A finales del siglo XVIII, la Armada española disponía de cerca de 250 buques de línea que protegían las comunicaciones marinas. En 1713, con la firma del Tratado de Utrecht, España había perdido Menorca y Gibraltar en favor de los ingleses y Cartagena se convirtió en un puerto estratégico para controlar el Mediterráneo.
La construcción del Arsenal en esta ciudad comenzó en 1745. Como recuerda José Manuel Sanjurjo --vicealmirante retirado y miembro de la Real Academia de Ingeniería-- los diques de carenado fueron una instalación fundamental para la limpieza del casco de los barcos y que no perdieran velocidad.
No se ahorraron costes en la construcción y mantenimiento de los diques, un verdadero reto para la ingeniería de la época. Se instalaron 48 bombas de achique, cada una de ellas accionada por 16 hombres (los llamados "esclavos del rey"), con un esfuerzo agotador. Con el paso del tiempo, las filtraciones de agua y el descenso del número de esclavos fueron un problema que se resolvió con una de las innovaciones más destacadas en nuestros arsenales gracias a la misión de espionaje industrial en Inglaterra protagonizada por Jorge Juan, marino, ingeniero, científico y humanista español.
En sus viajes por el Reino Unido, Jorge Juan tuvo ocasión de contemplar la máquina de vapor de Newcomen, empleada para el drenaje de las minas de carbón en Gales. Y aunque no comprendía su funcionamiento, encargó una réplica en miniatura que envió a España.
Posteriormente, Jorge Juan recuperó la máquina de vapor de Newcomen para el achique de los diques. Fue la primera diseñada y construida en España y entró en servicio en 1773, sustituyendo el trabajo de más de 300 hombres.
Estas máquinas de vapor también se instalaron en los astilleros de Cádiz y Ferrol y estuvieron operativas hasta finales del siglo XVIII. Desgraciadamente y salvo algunos esquemas, no se conserva nada de ellas. Ingleses y franceses aún tardarían dos décadas en incorporar la más avanzada máquina de vapor de Watt a sus arsenales. En España fue otra oportunidad perdida para el avance tecnológico de nuestro país.