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Análisis | Videojuego

'Sand Land', el regalo póstumo de Akira Toriyama

  • Bandai Namco vuelve a apostar por un manga de Toriyama para convertirlo en divertido juego
  • Es un RPG de acción en tercera persona con un trío protagonista muy peculiar: Beelzebub, el Sheriff Rao y Thief

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'Sand Land' (tráiler videojuego)

El pasado 1 de marzo el mundo se levantaba con una triste noticia, sobre todo para una generación que se crio viendo Dragon Ball, Akira Toriyama fallecía prematuramente a los 68 años de edad. El genio japonés del manga dejó huérfana a toda una generación, pero antes de mudarse con el 'maestro Kaito', nos ha dejado un regalo llamado Sand Land.

Sus colaboraciones para pasar del papel al videojuego no son pocas y en esta ocasión ha querido despedirse de manera póstuma, llevando a las consolas uno de sus animes con un sello muy muy personal.

Publicado en el año 2000, Sand Land está basado en la historia de un hombre y un tanque que se adentran en un devastador desierto y, hasta ahí, la historia original. El salto a la acción en tercera persona ha ido más allá y nos aporta un mundo más rico, donde hombres y demonios tienen que convivir en una tierra desértica, con el agua como el tesoro más preciado.

Un peculiar trío de antihéroes

Los protagonistas de esta historia son un trío -y una colaboradora sorpresa- muy, pero que muy peculiar. El hijo de Lucifer -Beelzebub-, un sheriff rebelde -Rao-  y un pequeño demonio -Thief- tienen como misión encontrar un manantial secreto para llevar el agua a todas partes y que deje de estar bajo el monopolio del rey humano.

Una historia donde los papeles se cambian, es el demonio el que tiene que salvar del caos al mundo, un caos provocado por los seres humanos. El meollo de la cuestión comienza con el Sheriff Rao pidiendo ayuda, ni más ni menos, que a príncipe de los demonios. Un crío ‘maléfico’ con un corazón de oro y que nos recuerda bastante a Son Goku en su infancia.

Rao necesita la ayuda sobrenatural de los demonios, enemigos íntimos de los humanos, para poder tener éxito en su misión de encontrar un manantial secreto y acabar así con la tiranía de un rey que monopoliza el bien más preciado de Sand Land, el agua.

El desierto inhóspito en el que se ha convertido Sand Land alberga muchos y muy variados peligros. Este peculiar trío no estará solo, una joven misteriosa -Ann- se unirá de manera sorpresiva al grupo para ser una pieza fundamental en este puzle variopinto.

El juego es un RPG de acción en un mundo libre, donde combinar las misiones secundarias con las principales será fundamental para ir desarrollando tanto a los personajes como a las variadas máquinas que podremos ir encontrando y fabricando a lo largo de esta divertidísima y variada historia.

Una variada maquinaria de guerra

Un tanque, el gran protagonista del manga original, será la prima pieza y más importante, que Beelzebub y su equipo deberán robar de una base del rey para poder afrontar los numerosos peligros que se esconden camino del manantial.

Aquí es donde entra en escena Ann y sus grandes dotes para la mecánica. Ella será clave para la mejora y fabricación de todos los vehículos que podremos ir albergando en nuestro haber. La manera de almacenar tantas y tan variadas máquinas serán las cápsulas de compresión. ¿Os suenan? Sí, son un claro homenaje al mundo Dragon Ball, aunque no el único. Lucifer, el padre de Beelzebub, también nos resultará muy familiar.

Pero no solo será necesario completar misiones secundarias para poder afrontar con éxito la misión principal, sino que también habrá que investigar el vasto desierto para poder ir encontrando las piezas necesarias para mejorar nuestros vehículos, que serán muy muy variados.

Podremos disfrutar de un tanque, un robot saltador, un coche o una moto, entre otros, según vayamos avanzando en la historia. Mientras más poder de destrucción y pesado sea, más lento será. Por el contrario, mientras más ágil y rápido, menos poder de destrucción y de salvar la batalla con éxito tendremos.

'Sand Land' (Tráiler videojuego parte 2)

Pero no es ningún inconveniente ni tendremos que decidir cuál escoger una sola vez, gracias a las Cápsulas Corp. podremos contar con todos en cualquier momento, según nuestras necesidades. Además, los vehículos mecánicos no serán la única manera de atravesar las arduas arenas de este desierto que es Sand Land, sino que podremos montarnos a lomos de un Velociraptor o usar el viaje rápido -esta opción solo está disponible entre lugares principales-.

Pero todas las batallas que habrá que afrontar no serán a bordo de artilugios mecánicos devastadores, sino que el cuerpo a cuerpo de Beelzebub y sus dos compañeros también será imprescindible. Poco a poco iremos obteniendo puntos de habilidades para ir desarrollando tanto las destrezas de este bondadoso demonio como las de Rao y Thief. Ambos le dan cobertura en las batallas.

Los poderes de este joven demonio son muchos y variados, pero como novel luchador, las tendrá que ir desarrollando y dominando con cada pelea. El modo de lucha es muy intuitivo y sencillo, a la par que dinámico. En muchos momentos, los combos y poderes ejecutados nos recordarán al Goku niño.

Además de retraernos constantemente a ese primer Dragon Ball de Akira Toriyama, también habrá curiosos momentos en los que Beelzebub bien podría ser Mario Bros en un juego de plataformas en 2D.

Los gráficos, ambientados en el mismísimo manga publicado por Toriyama en el 2000, hacen que nos sintamos parte de la historia, si bien, tiene en contra largas cinemáticas que se hacen pesadas, al no estar dobladas al español y con muchos subtítulos. El idioma de origen por defecto es el inglés, ya que no está doblado, una mejor opción habría sido mantener la lengua de su creador, el japonés.

Conclusión:

Sand Land es un regalo póstumo que Akira Toriyama nos deja para disfrutar de una historia muy divertida y fresca, donde el aburrimiento no se contempla. Este RPG de acción en tercera persona de mundo abierto es una buena opción para pasar horas y horas en la piel de este joven demonio que se tiene que descubrir a sí mismo.

Si se le puede poner un ‘pero’, son las largas cinemáticas subtituladas que a veces se hacen tediosas y rompen el ritmo de un juego frenético, donde el manejo sencillo y las posibilidades que dan la multitud de vehículos en las batallas, completan con éxito, de nuevo, el salto de un manga al mundo del videojuego.

-Análisis realizado con copia para PS5 facilitada por Bandai Namco-