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La quiniela del Nobel de Literatura: Houellebecq, Annie Ernaux y Salman Rushdie

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De izq. a dcha: Houllebecq, Annie Ernaux y Salman Rushdie
De izq. a dcha: Houllebecq, Annie Ernaux y Salman Rushdie

El ritual se repite año tras año: las casas de apuestas internacionales lanzan al tapete un puñado de nombres que suenan fuertes para el Nobel de Literatura que se fallará este jueves en Estocolmo. Un juego interno con quiebros impredecibles en el resultado. La pregunta es: ¿realmente son afinadas las predicciones? La respuesta es sí y no aunque más bien lo último si escrutamos las tendencias de las pasadas ediciones.

En 2021 el ganador fue el escritor tanzano Abdulrazak Gurnah. El autor, relativamente desconocido, ni siquiera aparecía en el listado de favoritos. Fue un “Nobel sorpresa” que obligó a las redacciones a rebuscar a contrarreloj información y el escaso archivo existente sobre este novelista que aborda los efectos perversos del colonialismo.

Otro ejemplo de “fiasco” fue el caso de la ganadora de 2020, la poeta norteamericana Louise Glück, que aunque habitual en las ternas estaba muy lejos de ser valorada como premiable, es decir, casi nadie apostó por ella.

Abdulrazak Gurnah, Premio Nobel de Literatura 2021

Más cerca de dar en el clavo estuvieron las predicciones del doble Nobel de 2019 en el que la narradora polaca Olga Tokarczuk y el polémico dramaturgo austríaco Peter Handke-cuestionado por su postura proserbia en la guerra de los Balcanes- sí se encontraban muy bien posicionados.

Las pistas sobre género literario, sexo o nacionalidad tampoco iluminan: hasta hace poco el perfil del premiado se ceñía a un hombre, narrador y de más de 70 años.

Los escándalos que sacudieron a la institución sueca hace cuatro años-que encaró una pérdida de prestigio sin precedentes- han empujado una modernización que puede romper por cualquier costura literaria. En definitiva, ahora la Academia vira por donde quiere. A continuación los autores más destacados por las casas de apuestas internacionales.

¿Un Nobel para Francia?

El francés Michel Houellebecq suena como favorito en todas las quinielas y podría dar la campanada (7 a 1 en las casas de apuestas). A su favor puntúa que es un autor muy conocido, pero las polémicas por su proximidad al lepenismo y las acusaciones de misoginia contra el novelista de Serotonina podrían desequilibrar la balanza ante una institución sensibilizada tras los escándalos internos de acoso sexual.

La otra opción francesa es la escritora Annie Ernaux, una de las más premiadas de la literatura europea y experta en la narración de su propia vida con un estilo descarnado y sin rastro de autocensura, que ha cristalizado en obras como El acontecimiento, sobre su aborto.

Otro nombre clásico que lidera los rankings es el de Salman Rushdie (Los versos satánicos), aupado por una campaña que apoya la concesión del Nobel de Literatura tras el atentado que sufrió en Nueva York el pasado agosto.

Rushdie, amenazado durante años, es un fuerte defensor de los derechos humanos, otro de los valores que podrían encajar a la Academia sueca aunque no suelen considerar la actualidad o las circunstancias políticas como factores determinantes.

Más un tapado: el maestro del terror Stephen King también se ha "colado" entre los candidatos preferidos. El creador de Misery es una apuesta arriesgada pero nunca se sabe, acaba de celebrar su 75 aniversario con un nuevo libro, Cuento de hadas, y pocas intenciones de retirarse.

King podría ser “un caso Murakami”, eterno aspirante al Nobel, en lo que ya casi parece una broma interna sobre el japonés, pero cuya candidatura parece más avalada por sus ventas que por sus méritos literarios.

La escritora guadalupeña Maryse Condé, que fue galardonada con el conocido como Nobel alternativo, la rusa Liudmila Ulítskaya o la canadiense Anne Carson también son narradoras recurrentes para las casas de apuestas, al igual que el keniano Ngugi Wa Thiong'o, entre los claros favoritos; el rumano Mircea Cartarescu también suma posibilidades.

Si la Academia sueca opta por premiar a algún clásico, nombres como los estadounidenses, Cormac McCarthy, Don De Lillo y Joyce Carol Oates podrían despuntar, la escritora de Blonde resuena con insistencia de forma oficiosa.

Un premio en castellano

Durante años Javier Marías, recientemente fallecido, se ha mantenido entre las principales apuestas para un Nobel de Literatura en español.

Pero el premio no puede concederse a título póstumo. Según se recoge en los estatutos de la Academia de 1974, solo puede ganarse si el galardonado fallece entre la concesión y la entrega del mismo. A pesar de todo, el nombre del padre de Berta Isla continúa apareciendo en los datos cruzados de tres casas de apuestas.

El español José Echegaray abrió en 1904 la lista de autores hispanos galardonados, que incluye a compatriotas como Jacinto Benavente (1922), Juan Ramón Jiménez (1956), Vicente Aleixandre (1977) y Camilo José Cela (1989).

La lista de premiados en castellano la completan los chilenos Gabriela Mistral (1945) y Pablo Neruda (1971), el guatemalteco Miguel Ángel Asturias (1967), el colombiano Gabriel García Márquez (1982), el mexicano Octavio Paz (1990) y el peruano Mario Vargas Llosa (2010).

Que haya pasado más de una década desde la elección de Vargas Llosa podría jugar a favor de las letras hispanas, aunque desde Estocolmo insisten siempre en que no premian ni literaturas ni países, sino autores, aunque a veces sus decisiones parezcan seguir un criterio de rotación de continentes y de lenguas.

La institución ha alternado también entre premiar a candidatos cantados, como ocurrió con el turco Orham Pamuk en 2006; recuperar a clásicos que parecían olvidados, como el propio Vargas Llosa o Doris Lessing (2007); y sorprender con autores como la austríaca Elfriede Jelinek (2004) o con elecciones controvertidas como la del cantautor estadounidense Bob Dylan (2016).