Enlaces accesibilidad
Sonorama 2022

Lengua de signos o mochilas vibratorias: la apuesta de algunos festivales contra las barreras que 'frenan' su música

  • El Sonorama Ribera y el Cooltural han adaptado parte de sus conciertos para que sean accesibles a todos los públicos
  • Los artistas se muestran favorables a que este tipo de iniciativas se hagan extensivas a más ciclos de conciertos

Por

Rozalén durante su actuación en el Sonorama Ribera
La cantante María Rozalén acompañada de su intérprete de lengua de signos, Beatriz Romero, durante su actuación en el Sonorama Ribera 2022

Durante los últimos años cada vez es más habitual ir a un festival de música y encontrar zonas accesibles para personas con movilidad reducida o baños adaptados, pero en el camino de la accesibilidad universal a la música se quedaban fuera parte de los asistentes. "Pensábamos que poner un par de rampas para acceder era tener un festival accesible, y nada más lejos de la realidad", aseguraba hace unos días el director del Sonorama Ribera, Javier Ajenjo, durante la presentación del evento arandino que ha cumplido este año 25 ediciones.

Y aunque todavía es pronto para afirmar que son 100% accesibles "de verdad", de la mano de la Fundación Music For All, festivales como el Sonorama o el Cooltural en Almería, han apostado por realizar en sus recintos algunos conciertos adaptados a personas sordas, con movilidad reducida o con parálisis cerebral y acercarles a ellos una música que a veces no resulta tan accesible como les gustaría.

El medio para conseguir esa meta ha sido el uso de intérpretes de lengua de signos durante los conciertos, mochilas vibratorias para trasmitir a personas con parálisis cerebral las melodías de las canciones o zonas accesibles para las personas con movilidad reducida.

"Cuando me comentaron la posibilidad de que mis canciones también estuvieran traducidas a lengua de los signos, me pareció una idea fabulosa. Es verdad que hablar de esto es muy fácil cuando alguien tiene el oído normal, pero es muy complicado al mismo tiempo. Yo no me imagino la vida sin música, y no me imagino la vida de una persona que no puede escuchar. Si lo más parecido a escuchar una canción es sentir unas vibraciones que van variando en función de la intensidad y eso te produce lo mismo que a mí, estoy encantado de hacerlo", asegura a RTVE.es el cantante Mikel Erentxun, sobre la inclusión de su concierto en el programa adaptado.

Mikel Erentxun durante el Sonorama

Mikel Erentxun durante su concierto en el Sonorama Ribera 2022 ÁNGEL ARCALLE / SONORAMA RIBERA

"La música es un sentimiento, no se puede encasillar solo como algo sonoro"

"Escuchar la música es un derecho y una necesidad", defienden Julia Martín-Maestro y Marta Brandariz, integrantes del grupo Rufus T.Firefly. "La música es un sentimiento, no se puede encasillar solo como algo sonoro, por eso todo el mundo debe poder disfrutar de ella: escuches o no. Música es expresar, sentir y transmitir", añaden mientras piden más iniciativas como esta. "Ojalá cada vez más ciclos de conciertos se abran a esta posibilidad", cuentan.

Otras artistas, como María Rozalén, llevan años acostumbradas a realizar conciertos adaptados. De hecho, es inconcebible entender la música de la albaceteña sin su intérprete de lengua de signos, Beatriz Romero.

Ellas adaptan sus canciones para que todo el mundo pueda descubrir sus letras. "Me parece genial que poco a poco se vayan acostumbrando algunos festivales a esto. Es evidente que el público mayoritario en todos los sitios es oyente, pero es importante que los propios oyentes nos acostumbremos a ver un intérprete de lengua de signos, eso significa que nuestra realidad no es la única. Es dar visibilidad a una lengua que es muy hermosa y, evidentemente, ofrecer un servicio a las personas sordas", dice Rozalén.

Es importante que los oyentes nos acostumbremos a ver un intérprete de lengua de signos. Nuestra realidad no es la única.

Junto a Rozalén, Mikel Erentxun y Rufus T.Firefly, La M.O.D.A, Shinova o Daniel Fernández han sido algunos de los otros artistas que han formado parte de este cartel "alternativo" en Aranda de Duero. Una medida que ha sido recibida con los brazos abiertos de manera unánime por parte de cantantes y también de los asistentes, que ven como la música se vuelve más universal y accesible que nunca.

Uno de esos asistentes que celebran la iniciativa de Sonorama es Ismael Escalada. Este cántabro se quedó en silla de ruedas hace diez años y ha ido al festival arandino casi de casualidad, asegura. "Mi experiencia en general ha sido muy agradable. Hay ciertas cosillas que se pueden mejorar, pero en general la experiencia es muy buena", cuenta.

"Todos los de la organización han estado muy atentos y además recogen las sugerencias sobre alguna cosa que se puede mejorar y ya me han dicho que lo tendrán en cuenta para el año que viene", añade Ismael, quien no duda en felicitar a la organización por las zonas adaptadas. "Me ha sorprendido gratamente. Están céntricas al escenario y se ve el concierto bien".

El gallo que no cesa - Agosto ya es agosto porque vuelve el Sonorama Ribera - Escuchar ahora

En esas zonas adaptadas para personas con movilidad reducida hay espacio también para una gran pantalla de televisión en la que se muestra el concierto y, al lado, se sitúa un intérprete para lengua de signos en una plataforma.

Entre las sugerencias de mejora de otros asistentes: que el próximo año la zona adaptada esté "algo más cerca del escenario" y que "haya más sillas", pide Juan, uno de los asistentes con problemas a la hora de caminar por una enfermedad que le afecta a la hora de caminar y en la espalda.

Una apuesta por la inclusión que va más allá

"Los conciertos que más he disfrutado fueron durante la pandemia porque eran sentados", asegura. "Yo cuando voy a una discoteca no disfruto porque estoy con más dolores que bailando. Se agradecería que hubiese algún espacio más para sentarse, aunque sea a nivel de mobiliario decorativo, porque no cuesta nada y solo quita un poco de espacio", añade Juan.

Otro de los visitantes que se benefician del ciclo de conciertos adaptados es Ángel Arcalle. Pero en este caso tiene una pecularidad. Él además es uno de los fotógrafos oficiales del festival. Arcalle tiene una enfermedad neuromuscular y cuando nació los médicos le dijeron a sus padres que no podría caminar, aunque el diagnóstico médico erró.

Ahora es diseñador gráfico y desde hace varias ediciones forma parte del equipo de fotógrafos oficiales del Sonorama. "La música es totalmente imprescindible en mi vida, ya sea para inspirarme o para meterme en otro mundo", cuenta.

Ángel Arcalle durante su trabajo en el Sonorama Ribera 2022

Ángel Arcalle durante su trabajo en el Sonorama Ribera 2022 SONORAMA

"Todo lo que sea aumentar posibilidades para que un mayor número de personas, ya sean con discapacidad o sin discapacidad, tenga más fácil acceso a los conciertos siempre va a ser positivo", opina Arcalle.

"Esto ayuda a sumar en la vida, como lo llamo yo. Y cuanto más se sume, más gente vendrá, más personas podrán disfrutar de la vida, de la música en definitiva", reflexiona.

Y en busca de que nadie se quede sin disfrutar de la vida y de la música, Sonorama hace ya balance de una iniciativa que pretenden seguir llevando a más año a año con el objetivo de que en la 26ª edición el festival vuelva a ser "accesible de verdad".