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Sanfermines 2022

El peligroso encierro de los Cebada Gago: "Un toro te puede matar y hoy podía haber pasado"

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San Fermín en cifras: el 47 % son turistas internacionales, la mayoría de Francia y de Estados Unidos

El quinto encierro de estos Sanfermines 2022 ha dejado momentos de tensión e imágenes para el recuerdo. La ganadería es la de Cebada Gago, conocida por toros de menos peso, peligrosos, con pitones hasta el cielo, conocidos entre los corredores como "los toros que quitan el sueño". Y no andan desencaminados, pues el encierro se ha saldado con siete heridos, tres de ellos por asta, dos han sido operados de urgencia en el hospital por cornadas en las piernas.

Dos mozos corneados en la plaza durante el quinto encierro

Tras un fin de semana intenso y con una mayor afluencia de asistentes, siguen siendo numerosos los mozos que madrugan para coger un buen sitio en el encierro y, tras cantarle a la hornacina, prepararse para correr. Antonio García es un corredor veterano: "Me gusta calentar en mi mundo y estar tranquilo", relata en 'La Hora de la 1'.

Una jornada muy complicada para los corredores, no caerse este lunes parecía casi imposible. Castaño, uno de los toros más bravos de este encierro, ha golpeado con el asta en la espalda de un corredor: "Los toros no venían centrados, venía cada uno de una manera. Teníamos ganas de un encierro así, hacía falta un encierro roto, con peligro, para que te des cuenta de que un toro te puede matar y hoy podía haber pasado", explica David.

El vallado del recorrido tiene 900 postes, todos ellos numerados y en orden y 2.700 tablones. Ander Melero también es corredor: "La gente está disfrutando y me da alegría ver a amigos que están intentando coger toro y este año están disfrutando. Además, se está notando el relevo generacional, los veteranos están dando paso a la gente joven", relata.

San Fermín en cifra

Estamos a mitad de los Sanfermines y estas son algunas de las cifras que mueve esta macrofiesta. De media, cada toro corre a una velocidad de 24 kilómetros por hora y el recorrido tiene 846 metros de recorrido. Unos encierros que cuentan con una duración media de tres minutos y 55 segundos.

Pero, ¿cuánta gente corre? En total son 13.800 corredores, una media de más de 1.000 corredores al día y el fin de semana más. Además, 47 % de turistas vienen desde Francia y de Estados Unidos. Los turistas nacionales solo representa el 18 %.

En el callejón se salvan vidas

Correr los encierros conlleva un alto riesgo para los mozos y todas las precauciones para garantizar su seguridad, son pocas. En la última parte del recorrido, en el callejón que actúa de antesala al ruedo de la Plaza de Toros de Pamplona, se sitúan las famosas gateras. Gracias a ellas, los corredores que llegan a este punto a gran velocidad impulsados por una calle cuesta abajo, pueden escapar de una cogida o montonera.

Mariano Pasqal de la Casa de Misericordia: "Se ha hecho todo para progresar. Las gateras se hicieron por una decisión de varios profesionales del toro. En el 75 se produjo una montonera y se buscó, a través de un concurso, una solución", relata.

Estas gateras tienen una capacidad de 100 personas. El recorrido se estrecha al final y se pasa de nueve metros a cuatro, unas características que propician un embudo. Una vez el mozo ha accedido a la gatera podrá acceder por este pasadizo a una sala contigua donde poder recuperar el aliento perdido durante la carrera.

Y ya se sabe, no todo vale en estas fiestas de San Fermín. Javier Goya es jefe de Policía Municipal de Pamplona: "Se penaliza tocar al toro o no hacer caso a los pastores, tampoco se puede llevar bolsos, grabar con cámaras, o ir en chanclas. Tenemos varios filtros policiales y cada vez que viene una persona que no está en condiciones se le saca del recorrido", relata Goya.

Ahora corren más mujeres

En 2019 la participación femenina era del 5 % y actualmente se ha visto incrementada hasta el 10 %. Es el caso de Míriam Pérez, este año corre su tercer encierro, es de Castellón y tiene dos hijas: "Este mundo te llena de adrenalina, pero cuando corro no pienso en mis hijas, sino no correría. Hay pocas corredoras, pero desde aquí animo a todas ellas a que lo hagan", explica.

La madre de Pablo, un joven corredor, no sale en los encierros, pero los vive con el corazón en un puño hasta que su hijo termina de correr y le llama para informarle de que todo ha ido bien: "Le rezo a la Virgen del Pilar y a San Fermín para que no le pase nada. He dormido bastante mal, gracias por informarme de que estás bien", le dice a su hijo.