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Desconexión digital: la revuelta de los mayores contra la banca se extiende ahora a la Sanidad

  • La campaña 'Soy mayor, no idiota' impulsa las quejas de este colectivo hacia otros ámbitos
  • "La digitalización acelerada por la pandemia deja a muchos atrás", explican asociaciones sanitarias

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En España viven más de nueve millones de personas mayores de 65 años
En España viven más de nueve millones de personas mayores de 65 años

"Igual que me llaman para ofrecerme un crédito, que me llamen para preguntarme si necesito algo". Quien se queja es María, de 69 años. Sus palabras retratan el malestar que sienten muchos ante la impenitente digitalización de procesos tan cotidianos como realizar un pago o pedir una cita. "O que pueda llamar yo -añade-, porque ahora te ponen con una máquina y nada de nada". María, madrileña, sufre epoc en grado tres. "Soy totalmente electrodependiente", aclara. A cada uno de sus pasos le sigue un administrador de oxígeno, el soporte médico necesario que le evita crisis respiratorias y que, a cambio, le complica cualquier movimiento. Bajar a la calle es prácticamente un lujo.

- ¿Y cómo se apaña para hacer cualquiera de esas gestiones?

- Antes era por teléfono y funcionaba. Ahora es todo por Internet. Para descargarme las aplicaciones dependo de que vengan mis hijos porque no me aclaro. Te dan una serie de códigos y de no sé qué que te vuelven loca. Y yo ya no sé. Yo lo que necesito es que me atiendan.

María ha visto en la televisión a Carlos San Juan, el médico jubilado que ha emprendido una cruzada contra la desatención que, como él, miles de mayores denuncian recibir de una banca cada vez más impersonal, cada vez más menguante y, en definitiva, cada vez más inaccesible. "Soy mayor. Y los hay más mayores. Y no, no somos idiotas", agrega María, parafraseando el eslogan de una iniciativa que ha logrado recibir una notable atención mediática y, de camino, cierto mimo político.

"La reivindicación ha llegado para quedarse"

En la calle, parada en una plaza del centro de Madrid, encontramos a Higinia. Apoya una mano en el carro de la compra. Con la otra, saca el móvil del bolsillo de su chaquetilla de punto.

- Yo mando todas las fotos de la calceta por el chat. Mira, a mi hijo le mando todas.

- ¿Y se apaña igual de bien con todas las aplicaciones cuando tiene que hacer alguna gestión?

- No, no. Ahí espero a que venga a casa. Es por internet. Y me da miedo.

"Ella al menos tiene hijos", salta Carmen, sentada en un banco y pendiente de la conversación. "Te sientes inútil y hacen que te dé vergüenza preguntar". A medida que habla, se enfada. Y el suyo -el de todos ellos- no parece un enfado pasajero: la creciente revuelta de algunas capas de la sociedad contra la digitalización de lo habitual ha prendido y mira ahora a la Salud. "Nuestra campaña ha permitido visualizar un problema con todos los campos", explica Carlos San Juan a RTVE.es. "La reivindicación ha llegado para quedarse".

Más de tres millones de españoles mayores de 80

"La pandemia ha acelerado la transformación digital y esto es una oportunidad. Pero hay que tener en cuenta que España es el tercer país más envejecido del mundo", afirma Andoni Lorenzo, presidente del Foro Español de Pacientes (FEP). "Con más de nueve millones de personas mayores de 65 años y más de tres millones mayores de 80, lo que esta situación está generando es una brecha digital, se está dejando a gente atrás". Dentro de ese grupo, asegura, la situación más difícil la viven los pacientes crónicos, que requieren un seguimiento.

La desconexión digital, un problema para los mayores

"Tenemos a muchos mayores en riesgo de desconexión del sistema sanitario", denuncia María José García, portavoz nacional del sindicato de enfermería Satse. "No manejan los medios online y la única manera es a través de la atención telefónica que, en muchos casos, se encuentra sobresaturada", afirma, al tiempo que alerta de los riesgos en la salud de estos perfiles si terminan invisibilizados.

Una línea telefónica para mayores de 65

El FEP ha trasladado esta situación al Ministerio de Sanidad. Proponen nueve medidas para atajarla, entre las que se incluyen crear una línea de atención telefónica propia para mayores de 65 y dar alternativas a los que residen en zonas rurales o con baja conectividad.

En las últimas semanas, el Ministerio que dirige Carolina Darias se ha reunido con ellos y les ha invitado a mantener una "línea de cooperación” abierta, con contactos regulares para canalizar sus reclamaciones y llevarlas a los gobiernos autonómicos, competentes en la materia.

"Las administraciones públicas están obligadas a asegurar que sus servicios sean accesibles a todos los ciudadanos, también en el ámbito sanitario", recuerdan fuentes de Sanidad.

"Queremos seguir en la sociedad"

Aunque van paso a paso, lo cierto es que las quejas, sin embargo, son totales. Ocurre con las compañías de luz, de gas o de teléfono, o con operaciones en apariencia simples como realizar pagos con tarjeta. "Me da ansiedad e incertidumbre. Sobre todo cuando me meto y me lo rechaza una y otra vez y tardo a lo mejor una tarde entera", cuenta una usuaria del centro Ferrer i Guardia de Fuenlabrada, en Madrid. Asiste por primera vez a uno de los puntos permanentes de apoyo digital para mayores que acaba de instalar el Ayuntamiento, una especie de escuela abierta varias horas a la semana en la que se dan a conocer las herramientas básicas, informa Albert Mateu.

"Tienen inquietudes y nos preguntan. Ahora, por ejemplo, vemos que tramitar el certificado COVID es una barrera a la hora de contratar viajes", explica Iria García, animadora social que trabaja en este servicio. "Aquí les ayudamos a completar sus inscripciones en el gimnasio o a sacarse entradas para ir a un espectáculo", agrega.

"En muchos sitios nos preguntan si tenemos hijos, pero no se trata de eso", explica Antonio, otro de los usuarios. "De lo que se trata es de que no queremos quedarnos atrás. Queremos seguir dentro de la sociedad".