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Teatro

'Casa', una polifonía teatral sobre el problema de la vivienda: "Me encantaría que los políticos vinieran a verla"

  • La dramaturga Lucía Miranda lleva este jueves al Teatro de la Abadía (Madrid) su nuevo trabajo de teatro documental "verbatim"
  • Entrevistó a 40 personas y ahora traslada a escena sus testimonios sobre hipotecas, alquileres, desahucios o gentrificación

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Cinco actores encarnan a una veintena de personajes reales y reproducen sus testimonios de manera literal.
Cinco actores encarnan a una veintena de personajes reales y reproducen sus testimonios de manera literal.

“Todos hemos vivido alguna vez en una. La dibujamos de niños. La gritamos para estar a salvo al jugar al pilla pilla. De adolescentes nos queremos ir de casa. De mayores queremos morir en ella. Es de las primeras palabras que aprendemos en otro idioma...”. Parece una adivinanza fácil de resolver, pero son algunas de las afirmaciones que hace la dramaturga Lucía Miranda antes de lanzar la pregunta que vertebra su último trabajo: ¿qué es una casa?

La primera persona que tuvo que responder a esa cuestión fue ella misma, ya que la idea del proyecto —una obra de teatro documental verbatim que llega el 17 de febrero al Teatro de La Abadía, en Madrid— partió de una experiencia personal:

“Yo me quedo embarazada hace dos años y empiezo entonces a pensar en qué tipo de casa quiero que viva mi hija. Al mismo tiempo, vivo en un barrio supergentrificado, La Latina, que ha cambiado muchísimo en los diez años que llevo aquí viviendo y del que seguramente nos vamos a tener que ir este mes de abril porque han subido mucho los precios (del alquiler) y no podemos pagarlo”, cuenta Miranda, fundadora de Cross Border, una iniciativa de innovación cultural y social, compuesta por una compañía de teatro, una escuela y un espacio de investigación.

Es decir, en la vida de esta directora de escena han confluido un debate “más filosófico” sobre dónde crecería más feliz su hija y un problema social tan extendido como la imposibilidad de hacer frente a un alquiler. A eso se suma, explica, un contexto personal que le ha llevado a conocer numerosas historias relacionadas con el acceso a la vivienda.

"Tengo a mi alrededor un montón de circunstancias que hacen que empiece a preguntarme por esto y que además el tema esté presente en mis cafés diarios o cuando salgo por las noches. Eso me hace coger una grabadora y buscar otra gente que tenga conflictos con la vivienda por diferentes motivos, es decir, me lleva a ampliar el círculo para ver qué valor tiene una casa a nivel físico y qué es una casa a nivel conceptual. También, para ver cómo ha cambiado la visión durante los últimos años, con el COVID, porque nos hemos replanteado todo", cuenta Miranda.

Historias reales sobre desahucios, gentrificación, especulación...

Así fue cómo empezó a engendrarse Casa, un trabajo de teatro documental verbatim (el que recoge conversaciones reales y las traslada luego a escena) para el que la directora entrevistó, grabadora en mano, a más de 40 personas con perfiles distintos en tres ciudades de España.

A lo largo de esos encuentros Miranda escuchó historias relacionadas con desahucios, gentrificación, especulación inmobiliaria, casas tuteladas, casas de acogida, problemas derivados de la crisis del 2008, de la pandemia, de la crisis de los refugiados, de la migración, de las leyes de urbanismo o de las hipotecas, y ha podido crear, con la suma de todas esas voces, una completa polifonía que aborda uno de los temas que más preocupan a la sociedad.

Es una reflexión sobre qué es una casa y sobre cómo se está ejerciendo el derecho a la vivienda en este país

El punto de partida es algo "tan sencillo y tan complejo" como la palabra "casa" y desde ahí se va desarrollando un relato "intergeneracional" que lanza multitud de preguntas al público: ¿Cuándo tu casa empezó a llamarse 'la casa de tus padres'? ¿Las personas sin hogar llaman casa al espacio en el que duermen en la calle? Los refugiados, ¿dónde encuentran su refugio? ¿Cómo en un país con una estimación de seis millones de casas vacías hay gente sin casa? ¿Cómo se está ejerciendo el derecho a la vivienda en España?

 Javier Burgos

Más de 40 entrevistas grabadas y transcritas “palabra por palabra”

Una particularidad del método por el que apuesta Cross Border es que las conversaciones grabadas durante la fase inicial son transcritas después "palabra por palabra". Aproximadamente, el 95% de la obra es una transcripción directa, es decir, hay una parte mínima de ficción en esta obra que se estrenó el pasado mes de diciembre en el Teatre Lliure de Barcelona.

"Se transcribe tal cual y lo que hago es decidir qué parte del material pasa a formar parte de la obra de teatro, porque son muchas horas de entrevistas. Yo hago una criba y selecciono personajes. Los actores reciben el texto de esa transcripción y el audio de la persona entrevistada", explica la dramaturga, que puntualiza que lo que hacen los intérpretes no es tanto "imitar" a los protagonistas reales sino "encarnarlos".

"El actor trabaja con la respiración, se pausa cuando la persona se pausa, es muy muy fiel al audio, se aprende ese audio como quien se aprende esa canción. Esto es muy especial porque coge el ritmo de la persona, la respiración de la persona y eso te va a llevar a una fisicalidad", añade.

Para ella y para su equipo lo que permite esta metodología teatral es hacer partícipe a la sociedad del proceso y alumbrar un material escénico que pueda derivar en una reflexión muy profunda sobre cuestiones muy tangibles que están en el día a día de los ciudadanos: "Sabemos que no estamos dando voz desde la ficción, sino desde una grabadora. Es un teatro que se hace con la gente y a nosotros y nosotras nos gusta eso porque nos abre la cabeza. Va más allá de lo que ellos puedan pensar o de lo que nosotros podamos pensar", apunta.

“Me encantaría que los políticos vinieran a verla”

Entre los protagonistas de la pieza, a los que Miranda les cambió el nombre "y poco más", están un arquitecto que construyó más de 500 viviendas pero que a su hija, en herencia, le dejará unos cimientos, un chico que lleva media vida en una residencia de menores, una joven refugiada venezolana que consiguió el asilo gracias a una canción de Nirvana, un hombre con diversidad funcional que lucha por su independencia, una activista de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) o un hombre de la NASA.

Son, en total, una veintena de personajes reales a los que encarna un elenco formado por cinco actores: Pilar Bergés, César Sánchez, Macarena Sanz, Efraín Rodríguez y Ángel Perabá.

"El personaje más joven creo que tiene 21 años, que es un chico que lleva viviendo desde los 12 años en una residencia de menores. Yo le entrevisté cuando tenía 20 años o 21 y él cuenta la historia desde que tiene 12 años hasta ahora. Y el personaje más mayor es un arquitecto que tiene 67 años y nos cuenta su vida desde que empieza a estudiar la carrera de arquitectura con 18. Son perfiles muy diferentes", resume la autora, quien considera que esa pluralidad de vivencias permite ver que el sentido que tiene la palabra "casa" es muy distinto para unas personas y otras.

Todas las personas a las que he entrevistado quieren lo mismo. Eso es bastante revelador

Sin embargo, sí hay un deseo o una necesidad que los conecta a todos: "Creo que todas las personas a las que he entrevistado, viniendo de lugares muy diferentes, teniendo un origen cultural y socioeconómico distinto, y edades también distintas, quieren lo mismo. Eso es bastante revelador como para que, por ejemplo, la clase política viniera a verlo, porque da igual que tengas 67 años y seas de clase media o que seas un chaval de una residencia de menores. Todos quieren lo mismo", recalca Miranda, que insiste en lo mucho que le gustaría ver a algunos dirigentes políticos sentados en la butaca para que escuchen todas las historias reales que ha recogido.

"Me encantaría que vinieran a verla y, además, es que hemos hecho verbatim de algunos políticos con el tema de la vivienda. Por ejemplo, Rafa Mayoral es uno de los personajes de la pieza porque hay una persona que nos cuenta su problema y explica que fue a una asamblea de la PAH y que estaba él", dice Miranda.

El teatro documental bebe de la realidad para contar una historia

El elenco hizo una lectura para los entrevistados: "Fue muy emotivo"

Antes de comenzar con los ensayos, el equipo hizo una lectura abierta en la que invitaron a los entrevistados, que no se conocían entre ellos. Miranda asegura que ese encuentro fue "muy emotivo", que lloraron, que rieron y que se pusieron a trabajar en grupo.

También cuenta que solo algunos de ellos pudieron asistir al estreno en Barcelona, pero el resto tendrá oportunidad de encontrarse con su propia historia ahora en el Teatro de la Abadía, ya que la compañía ha organizado un pase general solo para ellos y sus allegados.

De algún modo, será para los protagonistas reales de la obra el culmen de un proceso que se inició cuando decidieron abrir las puertas de su casa a una dramaturga y a su grabadora. En cambio, en ningún caso supondrá un cierre para el propio proyecto teatral, ya que seguirá muy vivo durante el tiempo en el que esté circulando por los escenarios.

Durante cada función el público tiene la posibilidad de dar su opinión o de compartir sus testimonios, y eso hace que la pieza siga enriqueciéndose: "Hay gente que tiene ideas muy diferentes a las que puedo tener yo y creo que está bien compartir ese espacio y escuchar qué se dice. En Barcelona tuvimos días en los que vinieron okupas a ver la pieza y lo que opinan ellos sobre la vivienda es importante. Al final tienes que seleccionar y siempre se quedan voces fuera", dice Miranda.

El estreno en Madrid de este trabajo coincide con el décimo aniversario de Cross Border, una compañía a la que le gustaría seguir trabajando en lo que denominan como "teatro aplicado a la educación y a la transformación social".

Entre los trabajos más interesantes de la compañía se encuentra Fiesta, fiesta, fiesta, otro espectáculo de teatro documental verbatim que en 2017 radiografió los institutos públicos a través de entrevistas a madres, alumnado, profesorado y personal no docente. Así, pudieron hablar de educación, de adolescencia, de inmigración o de identidad.

"Creo que en los siguientes diez años tendríamos que dedicarnos a ayudar o a promover que haya más proyectos como estos en todo el territorio porque son buenos para la comunidad y a nosotros como artistas también nos sientan bien", dice Miranda.