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Ecuador vota en medio del drama sanitario y social

  • Las elecciones deciden si el país vuelve al correísmo o apuesta por un rumbo liberal
  • Las encuestas apuntan a un empate técnico entre Andrés Arauz y Guillermo Lasso

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14 horas Fin de Semana - Ecuador vota en medio del drama sanitario y social

Este domingo en Ecuador se elige entre correísmo o anticorreísmo. Cuatro años después de dejar el poder en manos de su primer delfín y luego enemigo Lenín Moreno, Rafael Correa sigue marcando el paso político en el país. Para estas elecciones ha apostado por Andrés Arauz, un joven economista de 36 años, prácticamente desconocido para la ciudadanía, que sin embargo ganó la primera vuelta con el 32% de los votos.

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Durante toda la campaña, el mensaje de Arauz ha sido claro: volver a la senda que marcó Correa y a “recuperar la dignidad". "Estamos a las puertas de recuperar nuestro país y nuestro futuro. De recuperar la patria”, señalaba ante sus fieles en un acto multitudinario en Quito el pasado jueves.

Se enfrenta al conservador Guillermo Lasso, banquero de profesión, en su tercer intento por ser Presidente de la República. “Acudan a las urnas para hundir un pasado injusto, nosotros somos el futuro”, decía Lasso en su cierre de campaña en Guayaquil.

Las dudas están ahora en si los dos son capaces de atraer los votantes indecisos, que rondan el 15%. También está por ver si el llamamiento al voto nulo hecho por el movimiento indígena que logró casi pasar a la segunda vuelta con su candidato Yaku Pérez logra calar en una votación obligatoria para los ecuatorianos.

“Nuestros padres votaron con el concepto del mal menor, pero estamos muy lejos de los dos proyectos. El correísta nos persiguió y el neoliberal quiere desmantelar lo público”, nos señala Apawki Castro, coordinador de comunicación de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), una organización que está en medio de un duro fuego interno después de que su presidente, Jaime Vargas, pidiera el voto para Arauz por su cuenta. “Ha provocado incomodidad y malestar dentro del movimiento indígena. No ha dimensionado que es el presidente de todas las nacionalidades”.

El movimiento indígena contará con una bancada importante en la Asamblea Nacional y promete plantar cara a cualquier gobierno, incluso en las calles si hace falta como hicieron en octubre de 2019 contra los recortes que pretendía imponer Lenín Moreno tras el rescate del Fondo Monetario Internacional.

Elecciones en medio de la pandemia

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Las calles de Quito están estos días más tranquilas de lo habitual. Hasta el viernes regía un estado de excepción en 8 provincias del país con un toque de queda que a partir de las 20:00 horas dejaba una capital fantasma. Los casos de coronavirus se han multiplicado en las últimas semanas y toda la infraestructura sanitaria está colapsada.

A las puertas del hospital Quito Sur hay carpas donde permanecen los pacientes con coronavirus que no tienen sitio ni las UCI ni en las camas normales. “Hay al menos un centenar de personas en lista de espera y eso pone en riesgo su supervivencia”, explica a RTVE la intensivista Eliana Morejón, que realiza su labor en este hospital público y en el privado sin ánimo de lucro Padre Carollo, que nos permite llegar hasta las puertas de su UCI COVID. Desde el umbral, sus profesionales nos cuentan que están siendo días terribles y que empiezan a faltar los suministros. “No sé cómo vamos a aguantar si siguen llegando tantos casos al día”, nos dicen.

La situación en el hospital no es buena según explica su director, Juan Carlos Panchi. “El gobierno no está cumpliendo con su obligación de cuidar de la salud de los ecuatorianos, muchos centros han cerrado por impagos en las prestaciones y en este lugar, ni siquiera han vacunado a todos los profesionales”, destaca. La vacunación es, sin duda, la gran última polémica del presidente Lenín Moreno, que acumula ministros de Salud pública incapaces de establecer un plan. Las colas de cientos de personas mayores durante horas para vacunarse ha levantado todavía más los ánimos por la gestión de la pandemia.

El país es un 32% más pobre que hace un año

Los datos oficiales hablan de un aumento de la pobreza muy elevado, “pobreza que no se ve a simple vista”, nos explica Marcela Cruz, directora de la Fundación Tierra Nueva, que atiende con diversos programas a la población más vulnerable del sur de Quito. “En las casas donde antes había dos ingresos ahora apenas hay uno. Y las familias se ven obligadas a buscar cualquier cosa para sobrevivir”, añade.

Esta fundación nos acompaña a casa de Orlando, un hombre de 70 años que, tras tres décadas de trabajo informal, no tiene ni seguro sanitario ni pensión. “La gente de la fundación me trae comida todos los meses y gracias a eso en casa vamos avanzando”, nos dice. Llegamos justo cuando le devuelven el suministro eléctrico, cortado durante días. Señala que ha tenido que elegir entre “comprar comida o pagar la luz, y por pagar ese recibo tendré que esperar al mes que viene para hacerme unas pruebas de la próstata que cuestan 60 dólares” en un país con el salario mínimo en 400.

En otro sector de la zona, María también lo está pasando mal. “Me dedico a revender papel higiénico. Lo compro a un dólar y se lo doy a mis amigos o familiares por 1,25. No tengo nada”, nos dice junto a Gisella. Ella tiene síndrome de down y lleva un año sin poder acudir a la escuela o al centro de ayuda de la Fundación Tierra Nueva. “Cada vez está más rebelde, más brava, quiere salir a correr, a jugar al parque, pero no podemos salir por el coronavirus y eso le está cambiando el comportamiento”, nos cuenta María, que además cuida de sus padres nonagenarios. Ellos, nos miran tapados con una manta desde un banquito en su casa.

El efecto en los equilibrios latinoamericanos

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A pesar de ser un país pequeño, las elecciones de Ecuador pueden indicar si la marea a la izquierda que se lanzó con las victorias de Alberto Fernández en Argentina, Andrés Manuel López Obrador en México o Luis Arce en Bolivia tienen su continuidad. Muchos creen que una victoria de Arauz devolvería fuerza al eje del socialismo del siglo XXI, como en su día lo tuvieron Correa, Hugo Chávez, Cristina Fernández o Lula da Silva.

Estas elecciones además son las primeras del año en América Latina, donde también se esperan nuevos gobiernos en Perú, Chile o Nicaragua y parlamentos renovados en México o Argentina .Y todo con Venezuela en medio. Lasso ha alertado de que una victoria de Arauz acercaría Ecuador a “la dictadura de Maduro” mientras que el candidato izquierdista asegura que su gobierno apostará “por la integración, no por la alineación”.

En todo caso, las elecciones tardarán en resolverse como ocurrió en la primera vuelta. “Gane quien gane, el que sea declarado perdedor dirá que hubo fraude”, señala Santiago Basabe, decano del Departamento de Estudios Políticos de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO Ecuador. Y no hay que olvidar que hace cuatro años, Guillermo Lasso denunció irregularidades y sus seguidores provocaron incidentes ante la sede del hoy -de nuevo- muy criticado Consejo Nacional Electoral.