'Mi retiro', ¿Y si Hitler hubiera sobrevivido a la Segunda Guerra Mundial?

Abraham Martínez usa la figura de Hitler para hablarnos de nuestro presente
El dibujante asegura que: “Hitler es el villano perfecto, el mal personificado”

04.02.2020 09:34 horas

Por JESÚS JIMÉNEZ

Uno de los mejores cómics de 2018 fue Plutocracia, crónica de un monopolio global (Bang ediciones), en el que Abraham Martínez (Valencia, 1974) nos mostraba un futuro gobernado por una única empresa. Ahora el dibujante sigue haciéndonos reflexionar con Mi retiro (Bang Ediciones) en el que especula con lo que hubiera pasado si Hitler hubiera sobrevivido a la Segunda Guerra Mundial. Un cómic que también nos recuerda que este 2020 se cumplen 75 años del fin de ese conflicto bélico.

Abraham confiesa que: “Hitler es el villano perfecto, el mal personificado, por lo que para un cómic es un personaje muy atractivo. No podemos evitar que su figura ejerza cierta atracción entre nosotros, aunque también nos incomode. Las personas que tenemos empatía nos ponemos en lugar de personajes como estos y no somos capaces de comprenderlos. Más que atracción o fascinación es curiosidad por su figura”.

Pero Abraham también confiesa que: “Ver el mundo a través de los ojos de Hitler da miedo”

Si la futurista Plutocracia servía a Abraham para hablarnos del mundo actual, esta historia ambientada en el pasado, también tiene ese objetivo: “Lo que me interesa es hablar del presente. Más que del nazismo, hablo del mundo que ha quedado tras la Segunda Guerra Mundial, que no es el mismo que tendríamos si no hubiera pasado todo aquello”.

“Hay un peligro real de que la historia se repita”

Uno de los temas subyacentes en el cómic es el nuevo auge de los nacionalismos exacerbados y el miedo a los extranjeros. “Ese es el quiz -asegura Abraham- Me preguntó como algo que devastó Europa puede volver a estar triunfando. Creo que hay que recordar lo sucedido para evitar volver a cometer los mismos errores. Porque creo que hay un peligro real de que la historia se repita”.

Abraham añade que: “Como decía Primo Levi (escritor italiano de origen judío y superviviente del Holocausto): “Si ha sucedido, puede volver a pasar” Y esa es una idea que recojo en el cómic donde un personaje asegura que: “Es más fácil que ocurra una segunda vez que la primera, porque ya están ahí las bases”

“A la secretaria de Goebbels (ministro de propaganda del nazismo), que sobrevivió a la guerra y murió muy mayor, le hicieron muchas entrevistas y ella decía que: “A veces piensas que, viendo como es hoy el mundo es imposible que vuelva a ocurrir una cosa así, pero luego rechazaba esa idea asegurando que era la condición humana”.

“Por eso –concluye- no he querido deshumanizar del todo a Hitler e incluso muestro algún momento de debilidad, haciendo que llegue a dudar sobre si se equivocó o no. Porque creo que eso refuerza la idea de que si una persona fue capaz de hacer eso, otra puede ser capaz de repetirlo. No son monstruos ajenos a nosotros”.

El 30 de abril de 1945

La historia nos cuenta que el 30 de abril de 1945 Hitler, rodeado por los aliados, se suicidó en su búnker, de un disparo en la cabeza. Mientras que su esposa, Eva Braun, recurría al cianuro.

“El cómic arranca en el momento de la escenificación de la muerte de Hitler -nos comenta Abraham-, por lo que el tema, más que el nazismo, es el post nazismo, el post fascismo".

Aquí Hitler se rapará el bigote y empezará una huida que lo llevará a Mallorca y a Argentina, donde irán languideciendo mientras ve como se desvanece su sueño del Tercer Reich. Un Hitler derrotado pero que mantiene sus aíres de superioridad.

Cuando Hitler era un “Nini”

En cuanto a su retrato del personaje, Abraham confiesa que: “He intentado que el Hitler del comienzo se parezca lo más posible al personaje histórico, por lo que me he documentado mucho sobre él. Por ejemplo, cuando Hitler era un “Nini”, que ni estudiaba ni trabajaba, tuvo un compañero en Viena que lo describía como una persona colérica, egocéntrica y que no aceptaba opiniones que le cuestionaran. Por eso era amigo de este chico que casi no hablaba, lo que le venía muy bien a Hitler que podía hablar sin que nadie le cuestionara”.

Uno de los mayores desafíos era hacer el retrato psicológico y físico de Hitler, sobre todo quitándole el bigote. “El problema –asegura Abraham- es que cuando le quitabas el bigote no parecía él, ya que es su rasgo más característico, y ha sido complicado conseguir su físico. En cuanto al retrato psicológico también me costó bastante, porque Hitler es el protagonista absoluto del cómic y cuesta mucha mucho entenderlo”.

“Encontré un dossier de 1943 con un retrato psicológico de Hitler -añade- y era bastante acertado. Decía que era incapaz de mantener relaciones humanas y que tenía un cierto complejo de inferioridad porque su familia era humilde y casi sin recursos. Encima su compañero de clase, del que os hablaba, era muy rico”.

“Nos llevaremos el mundo con nosotros”

El cómic comienza con una frase de Hitler: “Podemos hundirnos, pero nos llevaremos un mundo con nosotros”

“El cómic –asegura Abraham- juega con la idea de que este libro también estaría escrito por Hitler, al igual que Mi lucha. De ahí el tema de las citas. Hitler decía eso porque si perdía la guerra pensaba hacer política de tierra quemada, es decir, arrasar todo para que el enemigo no encontrase nada cuando llegase. Y eso incluía arrasar París e incluso toda Alemania”.

“Pero esa frase tiene un significado un poco diferente en el cómic -añade- Aquí se lleva el mundo porque huye, se va a otro sitio. No porque haya arrasado con todo”.

El título y la portada del libro se inspiran en Mi lucha, el libro ideológico que publicó Hitler. “Si, es un juego con el original” -confiesa Abraham-. Pero en vez de esa imagen, que todos conocemos, le vemos como un anciano retirado y demacrado, con su bata de andar por casa. En una imagen que resume perfectamente de qué va el libro”.

“No hay ninguna prueba de que Hitler se suicidara”

A estas alturas todavía hay teorías sobre esa posible huida de Hitler tras la Guerra. “Yo creo que nunca sabremos con certeza si se suicidó porque no hay ninguna prueba -asegura Abraham-. El cráneo que encontraron los rusos, cuando le hicieron la prueba del ADN, demostraron que era de una mujer. Incluso los rusos intentaron hacer pasar un cadáver por el de Hitler porque estaban deseando presentar su cadáver”.

“Así que no hay ninguna prueba de esa muerte de Hitler –añade-. Y Mi Retiro juega con eso, porque es una ucronía y de lo que se trata es de usar la base histórica para sacar una historia diferente a la oficial”.

Pero aunque sea una historia de ficción, Abraham se ha documentado mucho sobre esa posibilidad: “El libro incluye una completa bibliografía histórica y de libros que hablan de esa posible supervivencia de Hitler. Desde libros históricos a teorías de conspiración escritas por gente que realmente piensa que Hitler consiguió escapar”.

Hitler y Chaplin

En el cómic destaca una escena en la que Hitler ve la película El gran dictador (1940) en la que Chaplin le parodiaba. “Por los registros se sabe que Hitler vió la película, en el cine que tenía en la cancillería, por lo menos dos veces. Lo que no sabemos es cómo reaccionó ante la película y si le gustó o no”

“Lo que sí se sabe es que, antes de ver esa película, Hitler admiraba a Chaplin como actor. Me llamó mucho la atención esta historia por el parecido físico entre Hitler y Charlot y el hecho de que viera una parodia de sí mismo siendo tan egocéntrico como era”.

En cuanto a la relación entre Plutocracia, donde especulaba con nuestro futuro y Mi Retiro, donde hace lo mismo con nuestro pasado, Abraham afirma que: “No lo buscaba pero, vistas a posteriori, es cierto que hay conexiones entre ambas obras. No pretendo seguir una línea pero hay un nexo fundamental que es que reflejan mis intereses y preocupaciones. Ambas están relacionadas con la política ficción, hablan de regímenes autoritarios… Pero al final siempre me intereso por el presente”

Un presente que también protagonizará su próxima obra: “Estoy trabajando en un tercer libro pero todavía no sé cuando lo terminaré. Siempre intento que no trate sobre política ficción pero al final no puedo evitar hablar sobre la realidad. Aunque creo que este va a ser menos político” (ríe).