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La negativa a liberar a un preso en huelga de hambre por motivos de salud reabre el debate sobre Guantánamo

  • El yemení Tariq Ba Odah lleva ocho años en huelga de hambre
  • Para la defensa, la decisión trata de ocultar la división en el gobierno de Obama

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Foto de archivo de la valla de seguridad que rodea el centro de detención de máxima seguridad de Camp Delta, en la base naval estadounidense de Guantánamo (Cuba).
Foto de archivo de la valla de seguridad que rodea el centro de detención de máxima seguridad de Camp Delta, en la base naval estadounidense de Guantánamo (Cuba).

El departamento de Justicia de Estados Unidos ha bloqueado este viernes una solicitud para dejar en libertad al yemení detenido en la cárcel de Guantánamo (Cuba), Tariq Ba Odah, que lleva ocho años en huelga de hambre y es alimentado con líquidos y suplementos nutricionales dos veces al día.

La decisión ha sido condenada por la filial estadounidense de Amnistía Internacional mientras que para el coordinador de la defenss del yemení, Omar Farah, esta posición es "un intento evidente de ocultar la división en el seno de la administración del presidente Barack Obama" que es incapaz de abordar el cierre definitivo del centro de detención.

Según el Pentágono, cuya visión hav sido apoyada por el Departamento de Estado, la luz verde para el traslado de Ba Odah podría suponer un incentivo para más helgas de hambre entre los presos.

La defensa de Ba Odah, que tiene 36 años y pesa poco más de 33 kilos, pidió a un juez federal que fuera dejado en libertad por criterios de salud y por su "grave deterioro físico y psicológico". Sin embargo, el departamento de Justicia intervino en el caso y solicitó al magistrado que retrasara su decisión mientras valoraba a nivel interno si era conveniente o no la liberación del preso, algo a lo que finalmente se ha opuesto.

De los 116 detenidos en la base naval estadounidense en territorio cubano, 52 han recibido el visto bueno para ser dejados en libertad condicional.

Un plan para cerrar Guantánamo

La Casa Blanca ha asegurado que ultima un plan para cerrar definitivamente el penal de Guantánamo, cuya situación es un limbo legal creado en 2002 para trasladar a sospechosos de terrorismo islamista, que presentará pronto al Congreso para intentar cumplir una de las promesas de Obama tras su llegada al poder en 2009.

En el caso de que se cierre finalmente la prisión de Guantánamo, existe un grupo de 64 presos sobre los que deberá decidirse si deben ser procesados en tribunales militares o seguir bajo custodia estadounidense sin juicio bajo las leyes de guerra (una opción que se contempla para aquellos que podrían quedar en libertad por haber confesado bajo tortura pero se siguen considerando peligrosos).

El Gobierno de Obama se enfrenta a la tarea de convencer también al Congreso, dominado por los republicanos, que ha mostrado su oposición a que se traiga a territorio estadounidense a terroristas que han sido acusados, entre otras cosas, de formar parte del plan de los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra EE.UU.