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El Comité Nobel y la ONU presionan a China en la víspera de la ceremonia en honor de Liu

  • Este viernes se celebra la ceremonia de entrega del Nobel de la Paz
  • Ni Xiaobo ni su familia podrán estar allí para recogerlo
  • Organizaciones internacionales piden a Pekín que deje en libertad al disidente

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El Comité Nobel ha pedido China que combine el desarrollo económico con reformas políticas y que aprenda a tolerar las críticas, reflejadas en la concesión del Nobel de la Paz de este año al disidente chino Liu Xiaobo.

El secretario del comité, Thorbjoern Jagland, ha trazado un paralelismo entre los destinos del mundo y de China: si ésta impulsa cambios políticos, tendrá un "enorme impacto" positivo en el resto de países; pero, de lo contrario, la influencia será muy negativa.

De ahí que hablara de que el mundo debe estar "muy preocupado" por el futuro de China, por la condición de potencia mundial adquirida en las últimas décadas por este país.

La comparecencia de Jagland, celebrada en el Instituto Nobel de Oslo, ha sustituido a la tradicional conferencia previa del galardonado con el Nobel de la Paz, suspendida este año por la negativa de China a dejar viajar a Oslo a Liu Xiaobo, que cumple condena de 11 años de cárcel en su país por incitar a la subversión.

Liu, que participó en las protestas de Tianammen en 1989 y fue uno de los autores del manifiesto "Carta 08", fue galardonado "por su lucha larga y no violenta por Derechos Humanos fundamentales en China", según el fallo del jurado.

No es "un premio contra China"

La elección de Liu refleja la "estrecha conexión" entre derechos humanos, democracia y paz, ha explicado Jagland, resaltando que no se trata de "un premio contra China", sino una forma de homenajear a los activistas chinos por los derechos humanos.

La ausencia de Liu, que estará no obstante presente de forma simbólica en una foto suya colocada en el sillón destinado para él, alterará el desarrollo este viernes de la ceremonia de entrega del premio en el Ayuntamiento de Oslo.

Será la quinta vez que un galardonado con el premio no acude a la ceremonia, pero la segunda que nadie lo recoge en su lugar: el único precedente data de 1936, cuando el régimen nazi no dejó viajar al activista alemán Carl von Ossietzky.

La actriz noruega Liv Ullmann será la encargada de leer un texto de Liu ante los reyes de Noruega, autoridades locales y representantes de dos tercios del total de embajadas en Oslo.

Diecinueve países no asistirán a la ceremonia, aunque ha habido cambios en la lista inicial, y mientras que Ucrania y Filipinas sí estarán presentes, otros países como Argelia y Argentina no lo harán, ha señalado este jueves el director del Instituto Nobel, Geir Lundestad.

La ONU exige su liberación "inmediata"

Además de la propia China, países como Rusia, Pakistán, Serbia, Irak, Irán, Afganistán, Venezuela y Cuba tampoco acudirán, supuestamente por las presiones ejercidas por Pekín, que en los últimos meses ha congelado las relaciones con Noruega y criticado la concesión del premio a un "criminal". Incluso ha bloqueado las webs internacionales para que los chinos no puedan seguir la ceremonia.

Jagland ha asegurado no estar sorprendido por las protestas chinas, si bien ha afirmado no prestarle "mucha atención", y ha vaticinado que la presión disminuirá una vez que haya pasado la ceremonia de entrega del premio, porque las autoridades chinas son "muy pragmáticas".

A China le será en cambio "difícil" mantener la condena a Liu, porque la presión del resto del mundo será "fuerte", ha señalado Jagland, quien cree que el Nobel de la Paz de este año influirá en general en la cuestión de los derechos humanos en este país asiático.

En este sentido, se ha pronunciado también la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navy Pillay, que ha vuelto a pedir este viernes a China que libere "lo antes posible" a Xiaobo.

"Xiaobo debe ser liberado pero también solicito a las autoridades chinas que acaben con la presión contra las personas de su entorno, especialmente su esposa, que está sometida a arresto domiciliario, algo que creo que contradice la legislación nacional", ha agregado Pillay.

Representación china en Oslo

Aunque Pekín no ha dado permiso tampoco para viajar a la esposa de Liu -la poetisa Liu Xia, en arresto domiciliario en Pekín- ni a amigos o familiares del disidente, habrá cerca de un centenar de chinos presentes este viernes en el Ayuntamiento de Oslo.

Entre ellos figuran unos cuarenta opositores en el exilio, incluidos líderes de Tiananmen y de la minoría uigur, lo que supondrá una reunión sin precedentes, ya que la oposición china es muy reducida y está fragmentada. También acudirá invitada por parte del premiado la presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi.

Con motivo de la entrega del Nobel de la Paz a Liu, grupos de derechos humanos han organizado otras iniciativas paralelas, como una manifestación frente a la Embajada china en Oslo, que reunió hoy a unas 200 personas.

El objetivo era entregar 100.000 firmas de apoyo a Liu reunidas en una campaña de Amnistía Internacional, pero nadie de la embajada quiso recibirlas, según los organizadores de la protesta.