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El silencioso Steinmeier, un 'heredero' de Schroeder para combatir a Merkel

  • Jurista de 52 años, las responsabilidades le han llegado sin hacer mucho ruido
  • El político fue jefe de gabinete del ex canciller y llevaba su agenda de reformas sociales
  • Por eso puede defraudar a quienes esperaban un giro del SPD a la izquierda

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El vicecanciller y ministro de Asuntos Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, se ha convertido este domingo en el aspirante del Partido Socialdemócrata (SPD) a quitarle el puesto a su jefa, la canciller federal Angela Merkel, una misión que contrasta con su imagen de hombre afable.

De ministro casi invisible en tiempos de Gerhard Schröder, Steinmeier pasó a suceder al frente de Exteriores al carismático Joschka Fischer y a ser ahora un miembro incómodo en el equipo de Merkel.

Steinmeier no ha sido hasta ahora un hombre fuerte en su partido y sin embargo está obligado a conseguir el apoyo de las bases.

El político da la impresión de que los grandes cometidos le llegan sin pelearlos, aunque detrás de los objetivos logrados hay mucho trabajo oculto.

Así fue cuando ocupó el cargo de ministro de la Cancillería, que ejerció con moral de "hombre a la sombra" de Schröder, encargado de de asumir las labores más ingratas.

Con voz propia en el mundo

Pocos le veían capaz de hacer olvidar a Fischer, el líder verde que revolucionó a su paso Exteriores, pero que pasó a la retaguardia con la derrota de Schröder frente a Merkel en el año 2005.

La canciller encontró en el jurista Steinmeier, un ministro que cuadraba en sus anhelos de mostrar una Alemania conciliadora y dialogante, muy de acuerdo con el talante de la líder alemana. Pero también un número dos dispuesto a mostrar un perfil propio en política exterior.

Desde que al cargo de Exteriores se sumó el de vicecanciller -en noviembre del 2007, por la dimisión de su correligionario y ministro de Trabajo, Franz Müntefering-, Steinmeier apretó tanto a Merkel como al jefe de su partido, Kurt Beck.

El ministro escaló posiciones en los índices de popularidad gracias a su gestión en el ámbito internacional o de los secuestros de ciudadanos alemanes en regiones en crisis como Afganistán, mientras que a Beck se le veía cada vez más hundido en su condición de líder "provincial" -o sea, primer ministro del estado de Renania Palatinado.

Poder en la sombra

Steinmeier, nacido el 5 de enero de 1956, ingresó en el SPD en 1975, pero no hizo una carrera relevante en la formación hasta convertirse en 1991 en asesor personal de Schröder, por entonces primer ministro de Baja Sajonia.

Desde ese puesto se convirtió en secretario de Estado de la Cancillería Federal y en julio de 1999 pasó a ser jefe de la Cancillería. Éste es un puesto clave en el Gobierno alemán, ya que dirige el gabinete del canciller y es su lugarteniente de puertas adentro.

A pesar de no ser un hombre conocido por la opinión pública alemana, y menos aún por la europea, Steinmeier fue durante la era Schröder uno de los políticos más poderosos de Alemania.

Steinmeier se encargaba hasta ahora además de coordinar el conjunto de la política gubernamental y como tal se le atribuyó el papel de "organizador" de la Agenda 2010, el plan de reformas económicas y sociales de Schröder.

El propio Schröder confesó en alguna ocasión que, aparte de su esposa Doris, tenía una confianza ilimitada en Steinmeier, con quien trabajó 15 años codo con codo.

Su designación está destinada, por tanto, a desilusionar a quienes querrían ver al SPD alejarse de la línea del ex canciller y acercarse a posiciones más a la izquierda, que representa Beck.