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La Unión Europea (UE) instó este jueves al Reino Unido a revisar su plan de cooperación económica entre Londres y los Veintisiete una vez que se materialice la salida británica del club comunitario, y reiteró que todavía espera concluir el acuerdo sobre la retirada en octubre.

"El marco propuesto para la cooperación económica no funcionaría porque amenaza con socavar el mercado común", declaró el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en una rueda de prensa posterior a la cumbre informal de líderes celebrada este miércoles y jueves en la ciudad austriaca de Salzburgo.

La constitución de Frontex como una policía de fronteras con más de 10.000 efectivos va tomando cuerpo en los planes de la UE y en las mentes de los países miembros con diversa fortuna, entre el rechazo y la adhesión. La política migratoria también se ha convertido en la medida de esta distancia que separa a los socios, además del las infructuosas negociaciones del 'Brexit', que por fin verán un horizonte, ha anunciado Donald Tusk, el presidente del Consejo Europeo, en una reunión extraordinaria convocada para noviembre con el fin de dar carpetazo a un acuerdo definitivo, a cinco meses de la ejecución de la salida de Reino Unido de la UE.

El embajador del Reino Unido en España, Simon Manley, ha reconocido en Las mañanas de RNE con Íñigo Alfonso que su gobierno trabaja ya con la hipótesis de un brexit sin acuerdo. "No queremos que no haya un acuerdo, claro, trabajamos para lograr un acuerdo con nuestros socios europeos, pero claro, como gobierno responsable estamos preparándonos para la posibilidad de que no haya un acuerdo, pero tenemos que trabajar con nuestros socios europeos para lograr un acuerdo", ha explicado.

El Parlamento Europeo (PE) ha recomendado este miércoles a los Estados miembros aplicar el artículo 7 de los tratados europeos y sancionar a Hungría al considerar que existe un riesgo de violación del Estado de Derecho al no respetar los valores fundamentales de la Unión Europea (UE) y actuar contra los inmigrantes. Ese artículo contempla sanciones para el Estado miembro concernido, incluida la pérdida del derecho de voto en el Consejo de la UE. Es, además, la primera vez que la Eurocámara acepta poner en marcha este proceso.

Durante los últimos años, la negativa del Gobierno húngaro a acoger refugiados, las trabas a la libertad de prensa, y la aprobación de las leyes sobre universidades que obstaculiza a la Universidad Centroeuropea del magnate George Soros y sobre el control de las ONG han generado el rechazo de Bruselas. En la misma línea, durante su discurso sobre el Estado de la Unión pronunciado en el pleno del PE en Estrasburgo (Francia), el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha declarado este miércoles su oposición a todo ataque al Estado de Derecho. "Estamos preocupados por la evolución de los debates en algunos de nuestros Estados miembros", ha dicho, para después defender que el artículo 7 del Tratado de la UE debe activarse ahí en donde el Estado de derecho esté en "peligro".

Precisamente este martes, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, culpó con vehemencia a la UE de querer imponerse frente a los designios del "pueblo húngaro" y fue aplaudido por las fuerzas euroescépticas al dejar claro que no piensa tener en cuenta la opinión del Parlamento Europeo sobre la salud de su democracia. El primer ministro acusó a los eurodiputados de pretender "acallar" al pueblo húngaro y querer "dar lecciones de lo que le conviene o no le conviene". Asimismo reivindicó "el derecho del pueblo húngaro" a decidir sobre su gestión de la inmigración. "Se quiere condenar a Hungría porque los húngaros decidieron que su patria no sería un país de inmigrantes. Me opongo a que las fuerzas de la Eurocamara partidarias de la inmigración nos chantajeen. No cederemos, no importa lo que voten", advirtió.