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La apertura de un diálogo entre Estados Unidos y Rusia sin involucrar directamente ni a Kiev ni a los Veintisiete ha despertado todas las alarmas en Múnich. Europa trata de reaccionar al papel secundario que Trump le está otorgando. "No barajo ni como hipótesis que asuntos europeos se hagan sin la voz de los europeos", ha sentenciado el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares. Según Ursula Von der Leyen, Europa se compromete a seguir apoyando a Ucrania. También ha señalado que los Veintisiete tienen que aumentar su gasto militar.

El presidente de Ucrania ha acusado a Rusia en la Conferencia de Seguridad de Múnich de atacar la central de Chernóbil. Según Zelenski, un dron ruso ha impactado contra la cobertura exterior del sarcófago que protege el reactor nuclear que explotó en 1986 y dice que Rusia se comporta como un "terrorista global". El Kremlin, por su parte, niega tajantemente estar detrás de este supuesto ataque y acusa a su vez a Zelenski de inventarse una provocación para minar las conversaciones de paz. La Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ha asegurado que los niveles de radioactividad no han aumentado en Chernóbil.

Trump ha puesto a Ucrania en el foco al decir que en Múnich hablarían Estados Unidos, Rusia y Ucrania como invitada. El Kremlin ya ha señalado que ellos no van a estar en Alemania, y que se necesita tiempo para preparar los primeros contactos para negociar un alto el fuego. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, sí ha ido a la Conferencia de Seguridad en Múnich, pero no le consta ese encuentro a tres bandas, y tampoco tiene intención de negociar con los rusos.

En cambio, el vicepresidente estadounidense, J.D. Vance, ha encadenado una reunión bilateral tras otra. Llega después de presionar a Rusia en una entrevista a un periódico alemán: si no negocia de buena fe, no descartan enviar a Ucrania tropas. Entretanto, la UE aún trata de encajar el rol secundario que Trump les otorga en las negociaciones para lograr un fin del conflicto.

Un dron ruso cargado con explosivos impactó en la noche del jueves contra el sarcófago de Chernóbil, en el norte de Ucrania. Así lo ha denunciado el presidente del país, Volodímir Zelenski, quien ha asegurado que el escudo de esta central nuclear fue "dañado", aunque el fuego se ha extinguido y los niveles de radiación, aunque están siendo observados, no son altos. Sin embargo, según ha apuntado el mandatario, aunque no se han reportado víctimas, "el daño es significativo".

El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha advertido que una "paz rápida, un enjuague a espaldas de Ucrania y los europeos, no garantiza una paz justa" en la guerra con Rusia.

"No hay una mesa de negociaciones en estos momentos, y Zelenski ha sido claro al respecto. No podemos influir en lo que decidan terceros, lo que sí podemos decidir es qué actitud tomamos nosotros ante el futuro de Ucrania en vísperas cuarto año de guerra. Queremos la paz, lo antes posible, pero una paz sólida, duradera, justa, y eso tiene que respetar la opinión y voluntad de Ucrania y tener en cuenta intereses y voz de los principales afectados después de Ucrania que somos los europeos. No podemos tolerar que de aquí salga que las guerras de agresión pagan, eso sería inestable para todo el mundo".

En una conexión telefónica desde Múnich con La Hora de La 1 de TVE, el ministro se ha referido también a los nuevos aranceles impuestos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. "Todo el mundo tiene la certeza de lo que hará Europa ante lo que sigue siendo un futurible, hay muchos comentarios, pero no sabemos cuándo, cómo. Prevengo de caer en la profecía autocumplida, Pero no hay duda de que los instrumentos que la UE ha usado en el pasado, si hubiera una eventualidad y que proteger el mercado único, actuaríamos en consecuencia", ha asegurado. "Son momentos para tener cabeza fría y serenidad, porque eso permitirá actuar con firmeza cuando llegue el momento", ha añadido.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, reconoce que no ha sido agradable enterarse de que Trump habló con Putin antes que con él. No es una cuestión solo de cortesía, dado que el mandatario está intentando no quedarse fuera de las negociaciones que el líder estadounidense pretende entablar con el ruso. Zelenski también ha pedido que participe Europa, y dice que no aceptará una solución a la guerra que no cuente con Kiev. Este movimiento es arriesgado, porque Estados Unidos ha dejado saber que podría cortarle la ayuda militar a Ucrania si el país se desentiende de un eventual acuerdo alcanzado entre Washington y Moscú. En las calles de Kiev. la exclusión de Ucrania preocupa a unos ciudadanos cansados de la guerra y que cada vez desconfían más de los líderes políticos internacionales.

El cambio de estrategia de Estados Unidos ha descolocado a los socios europeos de la OTAN, que han asegurado que Ucrania tiene que estar presente en todas las negociaciones sobre el futuro del país. El jefe del Pentágono, Pete Hegseth, ha asegurado que quieren buscar un acuerdo rápido en Ucrania, lo que deja en una situación complicada a los socios europeos, que temen que sea un mal acuerdo. El secretario de la OTAN, Mark Rutte, ha reivindicado la unidad de la Alianza y ha pedido que no haya un acuerdo que pueda parecer una "derrota" ante Putin de Occidente.

Más de la mitad de las ucranianos lleva meses deseando un fin negociado de la guerra, según reflejan las encuestas desde finales del año pasado. Hasta entonces, eran más los que querían que el conflicto continuara, pero en Kiev a muchos les choca que Estados Unidos pueda ahora decidir sobre su futuro sin contar con ellos. "Creo que el plan de Trump es terrible", explica a TVE Diana desde Kiev. A otros no les importa tanto quién hable, sino que se ponga fin al conflicto.

Foto: EFE/EPA/SERGEY DOLZHENKO

La iniciativa de Trump ha sacudido la estrategia de la OTAN en Ucrania y el giro ha venido desde dentro. El jefe del Pentágono negaba que estemos ante una traición a Kiev. El secretario general de la OTAN advierte de que cualquier solución tiene que ser duradera y asegura que "todos queremos que haya paz más pronto que tarde". Pero la llamada de Trump a Putin, aunque esperada, ha provocado cierta sorpresa.

Europa teme quedarse sola en su apoyo a Ucrania. Alemania ha lamentado que se hagan cesiones antes de negociar. España ha recordado que Rusia es una amenaza real. Europa se mantendrá firme y seguirá apoyando a Ucrania, según su máxima representante.

La investigadora principal del Real Instituto Elcano, Mira Milosevich, analiza en el Canal 24 horas las recientes negociaciones de Rusia y Estados Unidos sobre la guerra en Ucrania: "Lo que ha anunciado Trump, por lo que sabemos, es una clara victoria para Putin y para Rusia".

"Este anuncio significa el fin de la relación trasatlántica y de la OTAN tal y como la conocemos. La unión en torno a valores, y la unión militar para la disuasión, están cuestionadas", ha añadido, asegurando que Europa no tiene capacidad para defender a Ucrania, y se enfrenta a una "Rusia revanchista", según Milosevich.

La investigadora recuerda que desde 1963 EE.UU. pide a Europa que invierta más en defensa y que "Europa se ha despertado, pero no se ha levantado de la cama. Este anuncio va a ser el último empuje".