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Los últimos avances del Estado Islámico han provocado el debate entre los miembros de la coalición internacional sobre como enfrentarse a ellos. La televisión siria asegura que los yihadistas han ejecutado a 400 personas en la ciudad  de Palmira, aunque de momento la noticia no se puede confirmar. Por otro lado, la propaganda del régimen sigue anunciando victorias sobre los insurgentes. 

Antes de esta entrada de los yihadistas, se logró sacar algunas estatuas, pero se teme por el futuro de esas históricas ruinas. La Unión Europea y la UNESCO ya han dicho que lo considerarían un "crimen de guerra". Esta mañana, la aviación de Siria ha bombardeado en Palmira posiciones del Estado Islámico, que controla la mitad del territorio del país.

Ramadi, a poco más de cien kilómetros de Bagdad, ha caído en manos de Daesh, el Ejército Islámico. Supone un duro golpe para Irak, que para recuperarla ha tomado una decisión complicada: enviar a las milicias chiíes. En otras regiones han jugado un papel fundamental para frenar al grupo yihadista. Pero aquí, hasta ahora, se habían mantenido al margen porque la provincia de Al Anbar es mayoritariamente suní y temen que se avive la violencia sectaria. John Kerry, el jefe de la diplomacia estadounidense espera que la situación revierta en pocas semanas. En los últimos tres días la coalición liderada por Estados Unidos ha lanzado 19 ataques aéreos en las inmediaciones de la ciudad.