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Encerrada en casa, sin teléfono ni internet, sufriendo constantes humillaciones y maltrato físico. Su pareja, un hombre de 52 años, vigilaba y controlaba cada uno de sus movimientos. Hasta que a ella se le ocurrió esconder un mensaje de auxilio en los deberes de su hijo. La profesora encontró la nota y alertó a la policía. De acuerdo con la policía, los profesores convocaron a los padres a una tutoría y se las ingeniaron para que sólo entrara ella. Así pudo contar el infierno que vivía en casa. El supuesto maltratador, que fue detenido, está ahora en libertad acusado de un delito de violencia de género y con una orden de alejamiento.

Tenían permiso para concentrarse hasta la medianoche en la plaza de la República de París. Pero, entrada la madrugada, como muestran estas imágenes de Le Parisien, la policía ha cargado contra ellos para desalojarlos. Los "antisistema" han lanzado botes de humo y botellas de cristal. Las fuerzas de seguridad han respondido con gases lacrimógenos y bombas ensordecedoras. Los fuertes choques se han prologado hasta el amanecer.

Estaban ocultos en la carrocería de un vehículo. Hay 12 detenidos de una red hispano albanesa que distribuían la droga a nivel internacional. Es la mayor incautación de este estupefaciente en Europa en lo que va año.

La Policía Nacional continúa investigando el robo frustrado este lunes en el domicilio madrileño del doctor Ignacio Frade, en el que el facultativo resultó herido al encontrar dentro a unos atracadores que habían retenido a su padre y a una empleada doméstica. El médico relató anoche a varios medios de comunicación que creía que el robo lo habían perpetrado unos sicarios contratados por alguien que buscaba unos documentos suyos que incriminan a otras personas. El doctor Ignacio Frade fue testigo en el caso Antonio Meño, un hombre que en julio de 1989 quedó, cuando tenía 21 años, en coma vegetativo tras someterse a una rinoplastia en la Clínica Nuestra Señora de América de Madrid, entidad que quedó absuelta tras los juicios iniciados por sus padres. Tras 22 años de litigio en los tribunales en los que los padres del joven llegaron incluso a acampar en 2009 en la plaza de Jacinto Benavente para reclamar justicia, el caso quedó cerrado en 2011. La familia llegó a un acuerdo con las aseguradoras para indemnizarle con 1.075.000 euros. Durante el proceso, el Tribunal Supremo anuló las sentencias dictadas anteriormente al admitir una demanda de revisión presentada por la familia, en la que el doctor Frade reconocía que durante la intervención a Meño el anestesista se ausentó y no estuvo presente cuando él mismo se percató de que se producía una alteración en la frecuencia del ritmo cardiaco del paciente.

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