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Es una vuelta macabra más de la espiral de atrocidades que vive Nigeria, especialmente en el noreste del país, plaza fuerte de las milicias de Boko Haram, cuyo objetivo es implantar un Estado islámico. 

ADVERTENCIA: Estas imágenes pueden dañar su sensibilidad.

Se han cumplido tres meses desde que el grupo radical islámico Boko Haram secuestró a más de 200 adolescentes. Malala, la joven paquistaní que fue víctima de la violencia talibán, ha visitado el país y le ha pedido al presidente que haga lo necesario para liberarlas. La guerra con Boko Haram ya no se libra solo en el norte rural y musulmán, se extiende al resto de Nigeria y pone contra las cuerdas al gobierno de la mayor economía de África. 

 El Estado Islámico de Irak y Levante ha logrado poner en jaque al gobierno iraquí y también ocasiona grandes problemas en Siria. En otros países como Nigeria o Somalia, también han surgido grupos yihadistas locales que cuestionan el liderazgo de Al Qaeda.

 Lo han hecho en presencia de las tres escolares que escaparon del grupo radical Boko Haram y que han acudido tapadas para preservar su identidad. Sus madres han relatado que ahora les cuesta comer y se pasan el día llorando. En la aldea piden que se refuerce la búsqueda de las niñas para recuperarlas cuanto antes.