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  • La Iglesia Católica culmina el anormal proceso de beatificación del Pontífice
  • Tras su muerte se han repetido las excepciones para acelerar su ascenso
  • Su relación con el fundador de los Legionarios de Cristo retrasó el proceso
  • La curación milagrosa de una monja francesa enferma de Parkinson, clave
  • Los servicios de limpieza ya han borrado las señales de la fiesta
  • Los turistas han vuelto a tomar las calles como cualquier fin de semana
  • Los 8.000 periodistas acreditados ya han comenzado a recoger sus equipos

El siglo XX arrancó con una Europa de sólo tres republicas. El XXI con una Europa de apenas 10 monarquías. Con el tiempo y la Historia han perdido algo más que presencia. Sus funciones, con matices, casi las mismas: representación institucional, otras como poner su firma en leyes, acreditar cargos, nombrarlos, u ostentarlos como la jefatura de las fuerzas armadas. Mantienen contactos con los dirigentes políticos. Algunos frecuentes, es el caso dicen de la reina de Holanda. Otros tienen más presencia por sus otras vida, como la artística, de Margarita de Dinamarca. O figura casi sólo testimonial, como la monarquia sueca. En común: no tienen una oposición mayoritaria y fuerte en sus paises que hoy presagie que una imagen así es historia.

El presidente de EE.UU., Barack Obama, ha asegurado este viernes que "nunca" había visto "una devastación como ésta" al recorrer Tuscaloosa, la ciudad más afectada por los temporales y tornados en el estado de Alabama, donde se han contabilizado hasta ahora 213 de los, al menos, 300 fallecidos en el país. En una breve declaración a los medios mientras observaba los daños, Obama ha prometido "la máxima ayuda del Gobierno federal". "Vamos a hacer todo lo que podamos", ha dicho el presidente estadounidense tras visitar algunas de las zonas más perjudicadas por los tornados en la ciudad universitaria de Tuscaloosa.

Apenas tocadas las once de la mañana Kate Middleton ha bajado del Rolls Royce real, ya restaurado, y ha mostrado al mundo el secreto mejor guardado de esta boda, su vestido de novia. Del brazo de su padre, que no es aristócrata, sino un exitoso hombre de negocios, Kate ha entrado en la abadía de Westminster.

La iglesia de las coronaciones desde la invasión de los Normandos. La iglesia donde se casó la reina. Y la iglesia donde el Príncipe Guillermo con 15 años asistió al funeral de su madre, Diana de Gales.

Algunos estuvieron entonces y han vuelto este viernes. En total han asistido 1.900 invitados. Unos, por protocolo: el Gobierno, los representantes de la Commonwealth, el cuerpo diplomático, otras realezas. Y otros porque son familia, amigos o tienen algún vínculo, civil o militar, con los novios.

El momento del sí quiero ha llegado en un cuarto de hora. El príncipe Guillermo y Kate Middleton han intercambiado los votos. Y en el caso de ella se ha suprimido lo de obedecer al marido. Más acorde con los tiempos, como lo ha sido su noviazgo, que ha durado más de ocho años y ha incluido convivencia. Una relación que consideran más sólida tanto para su matrimonio como para la monaquía, cuya útima crisis la desenadenó la muerte de Diana.

Si se cumple el guión, la pareja volverá a la abadía para la coronación del Príncipe Carlos y, después, para la coronación del propio Guillermo. Sin adelantar acontecimientos, el balance es de una celebración sin percances, ni lluvia. Y la mayoría de británicos vuelven a decir orgullosos que nadie como ellos para organizar estas pompas.

Un artefacto explosivo activado a distancia fue utilizado en el atentado contra el café Argana, situado en la plaza de Yemá el Fna de Marraquech, ha informado este viernes el ministro del Interior, Taeb Cherkaoui.

"Las primeras investigaciones han mostrado que la bomba estaba compuesta de nitrato de amonio, de explosivo TATP, así como de metralla, y la explosión ha sido activada a distancia", ha declarado Cherkaoui. Así lo ha explicado el ministro del Interior ante los diputados en una reunión de la comisión parlamentaria en Rabat.