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Con este embargo que se impuso en 1960 el comercio entre Estados Unidos y Cuba está sujeto a ciertas regulaciones y condiciones. Pero el fin del embargo queda todavía lejos, el presidente de EEUU no puede levantarlo por su cuenta. Ahora la presión se traslada a un Congreso de mayoría republicana.

Los presidentes de EE.UU. y Cuba, Barack Obama y Raúl Castro, han anunciado un histórico acuerdo con el objetivo de “normalizar sus relaciones” diplomáticas, congeladas desde 1961, tras proceder a un intercambio de prisioneros. Además, La Habana ha acordado una amnistía de presos cubanos y Obama se ha comprometido a debatir sobre el fin del bloqueo económico a la isla. José Antonio Alonso, catedrático de Economía Aplicada en la Universidad Complutense de Madrid, miembro del Instituto Complutense de Estudios Internacionales y coautor del libro Quo Vadis, Cuba? La incierta senda de las reformas, nos cuenta lo que significará esta sorprendente noticia. 

El portavoz de Economía del Grupo Popular, Vicente  Martínez-Pujalte, ha considerado que la normalización de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos es un paso "importante", aunque asegura que no sabe si se hace "pensando en los cubanos o en las empresas americanas que no se quieren perder parte del pastel con la transformación cubana".

Ernesto Gutiérrez Tamargo, secretario de la Federación Española de Asociaciones de Cubanos en España, considera positiva la noticia del acercamiento entre Estados Unidos y Cuba, pero a su juicio “no significa que se levante el embargo ni que haya democracia en Cuba”. Jorge Olivera, periodista y uno de los presos de conciencia del grupo de los 75, considera que la gente está contenta por ver el "inicio del deshielo entre dos naciones vecinas", un proceso, añade, que ha tomado por sorpresa al pueblo cubano. Esta opinión no es compartida por Antonio Rodiles, activista político cubano, quien dice que no se sintió optimista al conocer la noticia sino más bien todo lo contrario. “No creo que el régimen esté dispuesto a sacrificar poder político”, explica (18/12/14).

El deshielo entre Cuba y EE.UU. facilitará relaciones comerciales y viajes, pero no traerá de manera inmediata el levantamiento del embargo. 

El bloqueo comercial está inscrito en la legislación de EE.UU. y no depende del presidente, sino del Congreso. Pero el legislativo está en manos de los republicanos, reacios a dar por terminada la guerra fría con la isla caribeña. 

A partir de enero, los legisladores del partido del elefante serán mayoría en ambas cámaras, y algunos de sus líderes ya han manifestado su oposición a la dirección adoptada por la Cas Blanca. 

Marco Rubio, senador republicano de ascendencia cubana, ha prometido hacer todo lo que esté en su mano para oponerse al plan.