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El devastador incendio que ha costado ya la vida a 64 personas avanza hacia el norte y ha obligado a desalojar una 20 aldeas cerca del municipio de Góis. A primera hora del martes, las autoridades daban por controlado el 70% del incendio, pero las condiciones meteorológicas desfavorables (altas temperaturas, que llevan a los 43ºC, y viento) dificultan la situación que califican aún de "preocupante".

Góis, situada a 40 kilómetros al norte de Pedrógão Grandees ahora "la zona más peligrosa" dentro del área afectada por el incendio, en el centro del país, según han explicado a Efe fuentes de Protección Civil.

El avance de las llamas ha obligado a evacuar la aldea de Cadafaz, en Góis, donde residen casi dos centenares de personas, en tanto que otras poblaciones han sido desalojadas durante la noche "por precaución", sobre todo, ancianos.

A lo largo de este martes, se ha difundido la noticia del posible siniestro en Pedrógão Grande de un avión Canadair -tipo de aeronave anfibia utilizada en la extinción de incendios- que estaba colaborando en el combate al fuego. Apuntada la información por Protección Civil de Portugal a varios medios, este mismo organismo lo ha desmentido posteriormente.

Varias instancias, entre ellas el Ejército español, habían confirmado a su vez que ningún aparato perteneciente a sus efectivos destacados en Portugal había sufrido accidente alguno.

La ministra de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, ha presentado este martes la campaña de prevención de incendios para este verano en un momento de "altísimas temperaturas" y una "fuerte sequía", que contará con 70 medios aéreos. La principal novedad es la incorporación de cuatro drones, para ocuparse de la "vigilancia y seguimiento de los incendios".

De momento, 2017 no está siendo un buen año en cuanto a incendios forestales porque hasta el 31 de mayo, se han quemado 38.200 hectáreas, 12.800 más que la media de los últimos diez años. Por eso, preocupa mucho lo que pueda ocurrir este verano.

Más de 30 grados de temperatura, humedad por debajo de 30 por ciento y vientos superiores a 30 kilómetros por hora. Se produce una combustión tan alta que el incendio genera su propia meteorología.

Un escenario ya peligroso de por sí se complica por un factor exclusivamente luso: la privatización de gran parte de los bosques nacionales tras la Revolución de los Claveles en 1974. Actualmente sólo el 5% de los parques forestales portugueses son públicos. Al estar en manos privadas, el control de estos bosques escapa a la actuación del gobierno y son ciudadanos privados los que se encargan de su cuidado y mantenimiento, en muchas ocasiones inadecuado. Además, la desertificación progresiva del interior del país con sucesivas crisis económicas también contribuye a este deterioro que tiene como resultado que muchos incendios tienen su origen en aldeas abandonadas.

El incendio declarado en Portugal y que ha costado la vida a 64 personas avanza hacia el norte y ha obligado a desalojar varias aldeas cerca del municipio de Góis. A primera hora del martes, las autoridades daban por controlado el 70% del incendio, pero las condiciones meteorológicas desfavorables (altas temperaturas, que llevan a los 43ºC, y viento) dificultan la situación. Góis, situada a 40 kilómetros al norte de Pedrógão Grandees ahora "la zona más peligrosa" dentro del área afectada por el incendio, en el centro del país, según han explicado a Efe fuentes de Protección Civil. El avance de las llamas ha obligado a evacuar la aldea de Cadafaz, en Góis, donde residen casi dos centenares de personas, en tanto que otras poblaciones han sido desalojadas durante la noche "por precaución", sobre todo, ancianos.

Según datos de Protección Civil, unos 712 efectivos terrestres se encuentran en el lugar, entre ellos un grupo de bomberos españoles enviados a la zona para ayudar en las tareas de extinción. España ha aportado además cuatro aviones. En la zona afectada se ha restablecido el abastecimiento de agua y electricidad, según informa el corresponsal de TVE, Iñigo Herráiz. Cerca de 26.000 hectáreas de bosque han ardido. El último balance oficial cifra en 64 los muertos y 157 los heridos. Las llamas se iniciaron este pasado sábado al parecer por el impacto de un rayo en un árbol seco, según la Policía Judicial (PJ).

Los bomberos trabajan sin descanso y una imagen se ha convertido en viral: es la de los equipos descansando en el fuego antes de volver a combatir las llamas, compartida por uno de los bomberos en las redes sociales. Más de mil bomberos, 400 vehículos antiincendios y once aviones siguen luchando contra la voracidad del fuego. En Cernache do Bonjardim, un hidroavión español apoya desde el aire a la unidad militar de emergencias.

El primer ministro de Portugal, el socialista António Costa, ha pedido este martes respuestas "urgentes" a los principales organismos de alerta y socorro para esclarecer lo que ocurrió en las primeras horas del devastador incendio que arrasa desde el sábado el centro del país. Costa ha enviado un despacho a los responsables de Protección Civil, la Guardia Nacional Republicana (GNR) y el Instituto Portugués de Mar y Atmósfera (IPMA) en el que plantea tres preguntas con las que espera aclarar cómo las llamas pudieron alcanzar tal magnitud y acabar con la vida de al menos 64 personas. El texto interno, que el semanario Expresso reproduce en su versión digital, asegura que, "sin prejuicio de una evaluación global que tendrá lugar al término de las operaciones en curso, hay tres cuestiones relativas a la tragedia" que, a juicio del primer ministro, "es necesario esclarecer desde ya".

Las críticas a la gestión de la tragedia se han multiplicado en las últimas horas en Portugal, frente a las cuales el presidente del país, Marcelo Rebelo de Sousa, ha apelado en varias ocasiones a concentrar los esfuerzos en combatir el fuego y dejar para después las posibles responsabilidades. "La prioridad ahora es combatir el incendio y el apoyo a las víctimas y a las familias", ha insistido el jefe del Estado luso, quien considera que después habrá "todo el tiempo del mundo" para debatir sobre el resto de asuntos.

El teniente de la Unidad Militar de Emergencias (UME) Armando Ledo, destacado en la zona de Coimbra, 20 kilómetros al suroeste de Pedrogao Grande, núcleo donde se inició el incendio, ha declarado en Los desayunos de TVE que la situación del incendio en Portugal ha mejorado en las últimas horas. No obstante, Ledo cree "difícil" decir cuándo se va a controlar.

"Hemos notado una mejora de la situación general, al final la coordinación de los medios (...) se está empezando a ver sus frutos. La bajada de temperaturas de la noche ha servido para tener una ventana de oportunidad para llegar a una fase no de control pero sí mejor de lo que teníamos los días anteriores", ha declarado.

El teniente de la UME ha destacado tres factores fundamentales que hacen diferente este incendio: "las condiciones meteorológicas, el intenso calor que no ha dado tregua por la noche; la topografía, es un terreno muy escarpado que juega a favor del fuego (...); y el tipo de vegetación: son zonas de pinares y muchos eucaliptos que son especies forestales bastante complicadas en un incendio".

Las autoridades portuguesas consideran que el 70% del incendio en la región de Pedrogao Grande, que ha costado la vida a 64 personasestá controlado.

Este martes, la ausencia de viento, a pesar de las altas temperaturas, favorece las labores de extinción, en las que participan medios españoles, y no se descarta que el 30% restante pueda controlarse en las próximas 24 horas.

En la zona se ha restablecido el abastecimiento de agua y eléctrico, según informa el enviado especial de TVE, Iñigo Herráiz.

Cerca de 26.000 hectáreas de bosque han ardido.

El presidente de la república, Marcelo Rebelo de Sousa, recorrió este lunes la zona afectada. Por su parte el primer ministro, el socialista Antonio Costa, ha anunciado la apertura de una investigación para saber que falló en la noche del incendio, especialmente en la comunicación, y por qué no se cerró la carretera en la que murieron decenas de personas. Representantes políticos y medios de comunicación portugueses piden ya la dimisión de la Ministra de Interior, Constança Urbano de Sousa.

Una perfecta combinación de fuego y viento ya ha destruído 32.000 hectáreas de una zona boscosa, repleta de eucalíptos, en el corazón de Portugal. Más de 1.000 bomberos, a destajo, con el apoyo de unos 300 vehículos sobre el terreno y numerosos aviones procedentes de España, Francia e Italia no pueden aplacar la furia de las llamas.