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Este domingo celebramos por adelantado el Día del Padre, y lo hacemos con el último libro de Fernando Vidal, director del Instituto Universitario de la Familia, de la Universidad Pontificia Comillas y autor de "El día del Padre".

Hace tres semanas, el Vaticano reconocía fallos en la protección de los menores y prometía nuevas medidas para ayudar a las víctimas de pederastia en la Iglesia católica. Este miércoles, nuestra corresponsal en Roma, Sagrario Ruiz de Apodaca, nos acerca otra realidad preocupante en el seno de la institución: los abusos contra las mujeres consagradas.

Ya conocemos la sentencia contra el que fuera responsable de las finanzas del Vaticano y uno de los ocho asesores más cercanos del papa Francisco: George Pell. Esta madrugada, un tribunal de Australia le ha condenado a seis años de prisión por abusar sexualmente de dos niños en la década de los 90.

Mañana es 8 de marzo, una jornada reivindicativa en defensa de los derechos de las mujeres, a la que en los últimos días no han parado de sumarse voces. Entre las últimas, mujeres gitanas, monjas y científicas. Alzan su voz contra el machismo y a favor de la equidad, dentro y fuera de la iglesia. A las reivindicaciones del 8 de marzo se suman también las empleadas de hogar. Lo harán colgando delantales en las ventanas. Tienen derecho a huelga, sí, pero señalan que no pueden ejercerlo.

Un ex alumno de los Jesuitas de Sarrià, en Barcelona, ha denunciado a dos miembros de la congregación a los que acusa de abusar de él y de su hermano a principios de los 80. Uno de los religiosos ha fallecido, el otro tiene más de 90 años. La escuela pide perdón y asegura que lo están investigando.

Uno de los acusados, exdirector del centro y ya fallecido, fue condenado el 1992 por abusar sexualmente de una niña. El otro miembro de la congregación al que acusan, el padre Pere Sala, tiene ahora 94 años y vive en la residencia que Los Jesuitas tienen en Sarrià, Barcelona.

Desde la compañía de Jesús piden perdón ante cualquier abuso. Aseguran que la primera noticia en relación al padre Sala les llegó el 21de febrero cuando el denunciante se puso en contacto con ellos.

Explican que ya han abierto un procedimiento canónico para llevar los hechos al Vaticano y que lo investigan para hacerse con las pruebas necesarias y denunciarlo ante la justicia.

Nuevas denuncias por abusos sexuales en la Iglesia, en este caso en Navarra, en los años 70. Cuatro antiguos alumnos del Colegio Padres Reparadores de Puente la Reina acusan al médico del centro de abusar de ellos. Uno incluso asegura que avisó al arzobispado de Pamplona y no hicieron nada más que trasladar al sacerdote.

Es una crónica de Javier Izu, desde RNE en Navarra.

Juan Antonio Menéndez, obispo de Astorga y presidente de la comisión para actualizar los protocolos de luchas contra los abusos sexuales, ha valorado la cumbre sobre la pederastia celebrada la semana pasada en el Vaticano. Considera que ha sido un gran acierto del papa Francisco porque es un asunto que concierne a todos. Dice que en su diocesis ha creado un protocolo para que todas las personas que trabajan con menores sepan qué hacer en caso que se detecte un caso de abuso y como acompañar a las víctimas.

El Obispo de Astorga Juan Antonio Menénez ha calificado en Las mañanas de RNE como un "acierto" la cumbre antipederastia, histórica, que se ha celebrado en el Vaticano. Menéndez cree que "lo que es un problema de todos, debe ser solucionado por todos" y asegura que "muy pronto" las diócesis recibirán "unas normas generales" desde el Vaticano "a las que debemos atenernos todos los Obispos", aunque se apliquen "según las ciscunstancias de cada lugar". El Obispo de Astorga ha insistido en el deber de "acompañamiento" de la Iglesia con a las víctimas de "esta lacra", y ha explicado algunas de las medidas que han tomado en su diócesis, entre las que están la creacion de un protocolo y un grupo de expertos profesionales que "ya está trabajando" atendiendo a las víctimas. Juan Antonio Menénez también ha reconocido que la pederastia es un asunto grave "no solo en la Iglesia, sino en la sociedad en general" ya que, aunque un sacerdote sea expulsado por los abusos, "en muchos casos esos casos ya han prescrito" para la justicia.

La Iglesia española reconoce que tiene una deuda inmensa con las víctimas de abusos sexuales. Tras reunirse la conferencia episcopal esta mañana, hacen autocrítica, asumen que los casos son espeluznantes, pero de medidas concretas, nada por ahora. Argumentan que no pueden actuar hasta que el Vaticano no dicte cómo hacerlo.