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El primer ministro griego, Alexis Tsipras, insiste en rechazar varias de las propuestas que le han presentado sus acreedores después de reunirse con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, encargado de exponerle la propuesta común pactada entre las instituciones de la UE y el FMI. El jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, que también ha participado en el encuentro, cree que ha sido "constructivo", pese a que sigue sin lograrse el acuerdo que desbloquee la ayuda financiera que permita a Atenas afrontar sus pagos de deuda más inmediatos. Según el presidente del Eurogrupo, la reunión ha sida "muy buena". Tsipras, por su parte, ha reconocido que ha sido "distendido" y "constructivo", pero este jueves, en su cuenta de Twitter, ha insistido en que la propuesta griega "es la única realista" y ha anunciado que las negociaciones "continuarán".

Un día para que Grecia afronte un nuevo pago al FMI, 300 millones de euros y no hay acuerdo con los acreedores. El optimismo de los últimos días parece alejarse después de la reunión anoche a tres bandas, en Bruselas, del primer ministro Alexis Tsipras con los responsables de la comisión y el Eurogrupo. Grecia sigue rechazando las reformas del IVA y las pensiones, a cambio de poder sobrepasar en dos puntos el límite del déficit público (04/06/15).

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, insiste en rechazar varias de las propuestas que le han presentado sus acreedores después de reunirse con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, encargado de exponerle la propuesta común pactada entre las instituciones de la UE y el FMI. Tsipras ha defendido ante Juncker su propio plan de reformas, presentado el lunes pasado y ha reiterado que hay cuestiones sobre las que no está dispuesto a negociar, como nuevas bajadas en pensiones o la subida de diez puntos porcentuales del IVA de la electricidad que le exigen sus socios.

El presidente del BCE, Mario Draghi, explica que la condición para que Grecia permanezca en la zona del euro es un "fuerte acuerdo", que garantice el crecimiento de la economía del país, la sostenibilidad de las finanzas públicas, justicia social y estabilidad financiera. "No puedo dar una actualización a tiempo real de las negociaciones con Grecia, que se llevan a cabo en Bruselas y yo estoy en Fráncfort, pero hay un deseo de que las negociaciones terminen en un acuerdo" por parte de la Comisión Europea (CE), del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del BCE, según Draghi.

La canciller alemana, Angela Merkel, ha sido la anfitriona en Berlín de una reunión en la que han participado el presidente francés, François Hollande, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, el de la Comisión Europea, Jean-Claude Junker, y la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde. Atenas, sus acreedores de la eurozona y el FMI intentan desde hace meses cerrar un acuerdo que pueda evitar la bancarrota del país y una hipotética salida del euro. Grecia debe abonar al FMI 308 millones de euros el próximo 5 de junio, así como otros 347 millones el día 12, 578 millones el día 16 y, finalmente 347 millones el 19 de junio. En total, 1.580 millones de euros en intereses en dos semanas, un sprint que las drenadas cuentas del Estado griego no puede afrontar sin ayuda exterior si, al mismo tiempo, quiere pagar los salarios de sus funcionarios y las pensiones.

Los ministros de Finanzas y los gobernadores de los bancos centrales del G7 han empezado dos días de reuniones en Dresde, Alemania. Sobre la mesa, la situación de Grecia es el asunto más comentado.  La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, ha dicho que hay avances claros pero todavía queda mucho trabajo por hacer. El ministro alemán, Wolfgang Schäuble, también cree que quedan flecos por cerrar y no ve tan cerca el acuerdo como dice. El secretario de Estado del Tesoro estadounidense advierte de que "un error de cálculo" podría ser muy peligroso. En la agenda del G-7 quedan otros asuntos de difícil solución, la regulación del sistema financiero para evitar una nueva crisis, la ingeniería fiscal de las multinacionales que eluden el pago de impuestos o la posibilidad de estrangular financieramente a los grupos terroristas.