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A la espera del resultado de las dos citas electorales del otoño, las catalanas y las generales, los inversores apuestan por la estabilidad. Tras resolverse la crisis griega, las perjudicadas son las primas de riesgo de países periféricos como Italia y España. Aun así, los expertos no auguran una tormenta perfecta.

El Banco Central Europeo podría extender el programa de compra de deuda más allá de septiembre de 2016 "en caso de que fuera necesario" si los "renovados riesgos a la baja" -en concreto, la ralentización de las economías emergentes y la caída del precio del petróleo- afectan a la inflación y a la recuperación de la zona euro. Las nuevas previsiones del BCE contemplan un crecimiento del PIB de la eurozona del 1,4% este año, una décima menos de lo esperado en junio.