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 En el Festival de Nápoles, a menudo el teatro sale de los espacios convencionales. Recorriendo pasillos y estancias del Dormitorio Pubblico seguimos la turbadora propuesta del director Dávide Iódice: Mettersi nei panni delli altri. Vestíre gli ignudi. Ponerse en el sitio del otro. Vestir a los desnudos. Cuadros de historias reales, inspirados en las Siete obras de Misericordia de Caravaggio, resultado de talleres con personas que en algún momento han sido excluidas de la sociedad. Realidades duras que alcanzan conmovedores cumbres poéticas.

El verano que viene España será el país invitado al Napoli Teatro Festival Italia.

 Amerika, un texto poco visitado de Frank Kafka adaptado por Maurizio Scaparro, narra las aventuras de un joven judío que se busca la vida en una América compleja y vital al mismo tiempo.

Versión escénica de la exitosa novela del austríaco Daniel Glattauer Contra el viento del norte. Le ho mai raccontato del vento del nord es una historia de amor a distancia iniciada por un mail enviado por error.

Good People, del multipremiado autor norteamericano David Lindsay-Abaire, que en España vimos hace poco en versión de Daniele Veronese, es llevado a escena por Roberto Andò.

30 actores de diferentes nacionalidades, sin palabras pero con música, muestran un catálogo de emociones humanas. Il giorno in cui ci siamo incontrati e non ci siamo riconosciuti (el día en que nos encontramos y no nos reconocimos) es una fantasía escénica de Giuseppe Sollazzo.

 Entre lo mucho y muy variado que se vió, de las propuestas italianas queremos destacar el espectáculo del actor y director Enzo Moscato, Istruzioni per minuta servitù, un drama sobre el concepto de esclavitud nacido del estudio sobre las relaciones sociales entre las clases débiles y las poderosas.

No puede faltar aquí Eduardo de Filippo, cima del teatro napolitano, de la muerte del cual ahora se cumplen 30 años. El napolitano Francesco Saponaro presentó Dolore sotto chiave, un curioso texto de resonancias pirandellianas, que nació como serial radiofónico en 1958 y que gira entorno a las profundidades y las paradojas del alma humana.

Saponaro, que inició su carrera como ayudante de dirección de Toni Servillo, está considerado uno dels directores más interesantes del panorama italiano. En 2008 llevó a escena (y al cine) Chiove, versión de Llueve en Barcelona del dramaturgo catalán Pau Miró. En 2012 presentó en el Festival de Nápoles Yo, el heredero, una versión en castellano del texto de Eduardo y con un reparto encabezado por Ernesto Alterio y Concha Cuetos.

Dolore sotto chiave se podrá ver en marzo en el Teatre Lliure de Barcelona.

Eros Pagni encarna a un alcalde paternalista, en el límite de la corrupción. Dirigida por Marco Sciaccaluga, Il sindaco del Rione Sanità fue escrita por Eduardo de Filippo en 1960 y nos lleva a pensar en el actual mundo de la camorra y la relación entre la ley y la justicia.

 Este año el festival ha prestado especial atención a Chejov, con seis versiones diferentes.

Andrei Konchalóvsky, del Teatro Académico Estatal de Moscú, presentó Las tres hermanas y El tío Vania.

Otro Vania muy distinto, nada clásico, fue el de Rimas Tuminas. El director lituano se concentra en la explosión de los sentimientos y las ilusiones despedazadas.

Alejándose del realismo, se apoya en la tradición actoral cercana a la acrobacia y al clown grotesco.

Entre las puestas en escena italianas de Chejov, el joven director Gianluca Merolli presentó Un gabbiano, una relectura original del clásico ruso.

También el director del festival, Luca de Fusco, llevó a escena Il giardino dei ciliegi, una aproximación mediterránea y napolitana de El jardín de los cerezos.

 El actor Lello Arena encabeza el elenco napolitano.

El napolitano Lello Arena es muy popular y querido en Italia. Actor de teatro, de cine, de televisión, de doblaje, también director y escenógrafo, a finales de los setenta fundó con Massimo Troisi (el cartero de Neruda) el mítico trío La Smorfia. 

Él interpreta a Hamm, personaje ciego, postrado en una butaca, de la que no se puede levantar. Stefano Miglio es Clov, el sirviente de Hamm, que no se puede sentar.

No se soportan, sus diálogos son un continuo tira y afloja, pero ambos siguen ahí en ese no lugar, ese espacio suspendido, como describe el escenógrafo Frederic Amat, que ha participado en el proyecto también en el diseño del vestuario.

Ese es el FIOT, una iniciativa en Carballo, un pequeño municipio de A Coruña, que ya va por su vigésima edición. Este año además estrenan FIOTIÑO, su versión para los más pequeños.

La comedia se abre paso esta noche en el festival de teatro clásico de Mérida con el estreno absoluto de "El Asno de Oro". Rafael Alvarez, El Brujo, ha versionado la única novela escrita en latín de la que se ha podido conservar su texto completo.

En Julio arrancan los festivales de teatro clásico, y el primero en alzar el telón es el de Almagro. 53 espectáculos, 98 representaciones, 27 estrenos absolutos son las cifras de un Festival que convierte durante 24 días a Almagro en un escenario al aire libre.