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Un científico australiano de 104 años, el botánico y ecólogo David Goodwall, ha viajado hasta Suiza para someterse a un suicidio asistido este mismo jueves, según ha explicado en una conferencia de prensa apenas 24 horas antes. Este anciano, que no sufre ninguna enfermedad terminal, ha explicado que su calidad de vida se ha deteriorado y que es hora de partir, pero ha lamentado que no pueda hacerlo en Australia porque allí es ilegal.

Charlie Gard, el bebé aquejado de una rara enfermedad genéticaha muerto en un hospital para enfermos terminales, según ha comunicado la familia.

Chris Gard y Connie Yates, los padres del pequeño de once meses afectado por una enfermedad mitocondrial congénita, lucharon durante meses para poder trasladar a su hijo a Estados Unidos a fin de someterlo a un tratamiento experimental, contra el parecer del hospital londinense Great Ormond Street, que trataba al bebé.

El pequeño de once meses padecía el síndrome de depleción de ADN mitocondrial, un extraño desorden que inhabilita la capacidad del cuerpo de dar energía a los músculos, hasta que el cuerpo eventualmente sufre una falla respiratoria total.

Finalmente, desistieron cuando los expertos demostraron que los daños eran irreversibles.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha aprobado este miércoles la decisión de la Justicia británica de dar una muerte digna al bebé de diez meses Charlie Gard, afectado por una "enfermedad genética rara y mortal", y rechazó así el recurso que presentaron los padres. Su dictamen especifica que, en términos médicos, el pequeño sufre un "severo síndrome infantil de encefalopatía mitocondrial", que causa mutaciones en el gen RRM2B y le "priva de la energía necesaria para vivir".

Christopher y Constance Gard recurrieron a la Corte europea el pasado 6 de junio, cuando los tribunales británicos autorizaron que Charlie fuera privado de la respiración artificial. Alegaron que el Reino Unido había vulnerado su derecho a la vida, al oponerse el Great Ormond Street Hospital de Londres, donde lleva ocho meses ingresado, a un tratamiento experimental en Estados Unidos.

Los padres se quejaron de que las decisiones de las instancias internas habían supuesto "una injerencia injusta y desproporcionada en sus derechos parentales y sin justificación alguna". El TEDH demandó el 9 de junio a las autoridades británicas suspender de forma provisional la decisión judicial y mantener a Charlie con vida. Pero en su dictamen de hoy, que es definitivo, por lo que no acepta recurso, estimó que las decisiones de los tribunales británicos han sido "meticulosas, completas y objeto de un examen en tres niveles jurisdiccionales, con una motivación clara y detallada".

El TEDH señaló además que los magistrados del Reino Unido han estado en contacto directo con los interesados y consideró "apropiado" que el hospital acudiera a los tribunales "en caso de duda sobre la mejor decisión a adoptar". La Corte de Estrasburgo avaló así la conclusión de la Justicia británica, basada en "evaluaciones de expertos detalladas y de alta calidad" que daban como "muy probable que Charlie estaría expuesto a dolores y sufrimientos continuos". Esos exámenes determinaron que "administrar cuidados experimentales sin perspectiva de éxito no ofrecería ninguna ventaja y continuaría causándole graves dolores".

En el Reino Unido, la grave enfermedad de Charlie Gard, un bebé de ocho meses, ha enfrentado a sus padres con los médicos que lo atienden y que quieren desconectarlo para que pueda morir con dignidad y sin dolor. El caso ha acabado en los tribunales, ya que los padres tienen la intención de llevar al niño a EE.UU. para un tratamiento experimental, mientras que los médicos creen que no servirá de nada y el pequeño sufrirá más. Los jueces han dado la razón a los facultativos.