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Los precios de algunas materias primas como el cobre o el zinc se han duplicado en la última década. Estas subidas están estrechamente relacionadas con el rápido avance de las economías emergentes.

El voraz apetito de los países emergentes como India, Brasil y, sobre todo, China ha disparado la demanda de metales industriales capaces de satisfacer sus necesidades de urbanización e industrialización. Por ejemplo, necesitan más aluminio para construir más coches o zinc para las líneas de teléfono.

La fuerte demanda de materias primas de estas economías, la depreciación del dólar, moneda a la que se referencian y la falta de previsión han disparado la cotización de cobre, acero, zinc, aluminio o platino.

Por ejemplo, el valor del zinc ha subido casi un 100% desde la caída de Lehman Brothers en septiembre de 2008; el precio del cobre se ha multiplicado por cuatro desde que arrancó el siglo y ha incrementado su valor más de un 127% desde que se recrudeció la crisis, lo mismo que el platino.

Según los expertos, unos grandes beneficiados son los productores, hablamos de Sudamérica, que tiene grandes yacimientos de todas estas materias primas. Entre ellos Brasil, que seguirá marcando el paso a los precios de las materias primas. Mientras su crecimiento siga por encima del 5,5% y el de China lo haga entorno al 9% por ciento, la tendencia seguirá al alza.

El barril de petróleo estadounidense supera ya los 100 dólares y el de crudo Brent se acerca de nuevo a su máximo de los últimos dos años y medio (119 dólares). Mientras, el oro -convertido en refugio de los inversores ante la inestabilidad- ha marcado un nuevo máximo histórico, y las bolsas europeas han retrocedido. El Ibex 35 ha cedido más de un 1% y ha perdido el nivel de los 10.700 puntos.