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“El año 2014 fue catastrófico para millones de personas atrapadas en la violencia. Y la respuesta de los Estados fue vergonzosa e ineficaz”. Así resume Amnistía Internacional la situación de los derechos humanos en el mundo en su informe anual difundido este miércoles.

La principal novedad del pasado año es que el rostro de los conflictos ha cambiado. El de los verdugos y el de las víctimas.

Las 200 niñas secuestradas en Nigeria por Boko Haram, los miles de ahogados en el Mediterráneo, los millones de refugiados sirios, los yazidíes acosados por el Estado Islámico en Irak, las familias refugiadas en las escuelas de la UNRWA en Gaza, los 43 jóvenes mexicanos desaparecidos en Ayotzinapa, los blogueros detenidos en China y Arabia Saudi, los civiles atrapados en el fuego cruzado en el este de Ucrania…Son las vidas minadas que se esconden tras los datos y las cifras.

En 2014, Amnistía Internacional registró e investigó abusos contra los derechos humanos en 160 países y territorios del mundo. Homicidios, ataques indiscriminados, violencia sexual, limpieza étnica y secuestros cometidos por fuerzas del Estado pero también cada vez con mayor frecuencia por grupos armados. En al menos 18 países se cometieron crímenes de guerra u otras violaciones de las “leyes de la guerra”. Y en uno de cada cinco se constataron abusos por parte de grupos armados. Estas son dos de las tendencias del pasado año, que se perpetuarán en 2015, si no se actúa de forma urgente, señala la organización.

Para honrar a las víctimas de la plaza de Maidán, hace un año. España ha estado representada por el presidente del Congreso. La Marcha ha concluido con una plegaria por la paz.

Kiev y los prorrusos vuelven a acusarse mutuamente de violar el alto el fuego en Ucrania. Los rebeldes prorrusos del este de Ucrania han anunciado que este sábado se llevará a cambio un intercambio con prisioneros de guerra de los últimos combates, pero no con todos.

Las tropas ucranianas han abandonado finalmente la localidad de Debáltsevo, en el este de Ucrania, importante nudo de comunicaciones y escenario de fuertes combates en los últimos días, a pesar del alto el fuego pactado la semana pasada en Minsk.

Así lo ha confirmado el propio presidente ucraniano, Petró Poroshenko, en un discurso a la nación en el aeropuerto de Kiev antes de volar hacia el este del país. Poroshenko ha explicado que el 80% de las unidades están fuera de la ciudad, y que el resto saldrá en las próximas horas.

Poroshenko ha añadido que la retirada ha sido planificada y ordenada. Las agencias internacionales han difundido imágenes de soldados saliendo de Debáltsevo y llegando a Artemivsk, algunos en vehículos de transporte o tanques, otros a pie.

De esta manera, las Fuerzas Armadas ucranianas rinden la localidad estratégica, situada entre las regiones rebeldes de Donetsk y Lugansk, y que los prorrusos habían decidido conquistar. El martes, los rebeldes irrumpieron en la ciudad y tomaron las vías ferroviarias, precipitando así la rendición, que podría allanar el camino para que los dos bandos cumplan con el alto el fuego.

La canciller alemana Angela Merkel ha hablado por teléfono con los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y Ucrania, Petro Poroshenko, con quienes acordó "pasos concretos" para que la OSCE pueda supervisar el cumplimiento de los acuerdos de alto al fuego en el este de Ucrania. En Debáltsevo hay 8.000 soldados ucranianos que se encuentran cercados por los separatistas prorrusos.

Las tropas ucranianas y los separatistas se acusan mutuamente de no acatar los acuerdos alcanzados la semana pasada en Minsk, con mediación de Francia y Alemania.

Las combates en la zona de Debáltsevo, en el este de Ucrania, no cesan a pesar del alto el fuego entre Kiev y los prorrusos que entró en vigor el domingo y ponen en peligro todo el proceso de paz relanzado la semana pasada en la cumbre de Minsk.