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  • Hay zonas en la ciudad vieja en las que no queda una sola casa en pie
  • Las calles están sembradas de cadáveres bajo los escombros
  • La ciudad ha sido liberada, pero los combates contra el Dáesh continúan
  • La pérdida de control territorial puede obligarle a modificar su estrategia
  • Las autoridades temen el regreso a técnicas de insurgencia propias de Al Qaeda
  • Su derrota puede reabrir las tensiones sectarias entre suníes, chiíes y kurdos

Mónica G. Prieto y Javier Espinosa han escrito 'La semilla del odio', un libro en el que explican cómo la invasión "destruyó el país de la noche a la mañana" y sembró el caos que sigue sacudiendo a Oriente Medio. Un caos que fue terreno abonado para la violencia sectaria que desangró Irak o para el nacimiento de un grupo sanguinario, el autodenominado Estado Islámico.

En Irak, el ejército continúa avanzando en Mosul, y está ya a tres kilómetros del casco antiguo donde está la mezquita desde la que se proclamó el Estado Islámico. Los enfrentamientos con los yihadistas está provocando un nuevo éxodo de la población civil.

Sexto día de ofensiva del ejército para recuperar el oeste de Mosul, el último bastión, la capital, del autoproclamado Estado Islámico o Daesh en Irak. El ejército iraquí ya recuperó la parte al este del Tigris hace un mes. Ahora avanza desde el sur para liberar el oeste. Ayer tomaron el aeropuerto, que está en ruinas, y hoy, una base militar.