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El papa Benedicto XVI ha invitado a los peregrinos a orar y a acompañarlo espiritualmente en el viaje apostólico que llevará a cabo el 18 de agosto a Madrid para presidir la Jornada Mundial de la Juventud "para que en él se cosechen abundantes frutos de vida cristiana".

Decenas de miles de personas han participado en esta misa oficiada en varios idiomas uno de los mayores actos de bienvenida para los peregrinos, antes de que comiencen su camino hacia Madrid.

Unos 600 jóvenes bielorrusos están ya en Llíria, Valencia, donde han asistido a una misa esta mañana a mayoría acogidos por familias. En Santiago de Compostela, les han dado la bienvenida con una fiesta en el Monte do Gozo. En Bilbao, les han bailado este Aurresku, en el polideportivo donde van a pasar la noche y en el Castillo de Javier, en Navarra, cantos y bailes. Todos juntos esparan así la llegada del Papa

Han llegado a un acuerdo con la Delegación del Gobierno, que había prohibido que esa plaza estuviera en el recorrido. La protesta empezará y terminará en una plaza cercana, la de Tirso de Molina. Los organizadores, 150 asociaciones, han pedido a la Fiscalía General del Estado que vigile si el Papa se entromete, en sus discursos, con nuestras leyes democráticas o incita a la discriminación de algunos colectivos. Insisten en que no es una marcha antipapa.

Será la segunda vez que se celebran en nuestro país. Fue Juan Pablo II quien hace 26 años, creó las jornadas de la Juventud...se encontrarían todos los años en Roma, pero también cada tres en cualquier parte del mundo, durante una semana, en verano. Así nacían las jornadas mundiales.

Algunos de los casi 500 mil jóvenes que van a participar en las Jornadas Mundiales de la Juventud ya han llegado a España. Y no sólo a Madrid. Hoy hemos encontrado peregrinos en Santander y en Extremadura.

Hay un abono transportes especial para los peregrinos. Cuesta un 80 por ciento menos que el habitual de los turistas: cuatro euros, el válido para 3 días y 10 el de una semana. Unos precios muy alejados de los 25 y 50 euros que pagaría cualquier visitante. La Comunidad y el ayuntamiento de Madrid, gestoras del Metro y los autobuses defienden que se trata de una rebaja especial y no de una subvención.